SEORA
Publicado en Sep 06, 2011
Ven, señora de las catorce lunas;
irrumpe en mi corazón, avasállalo. Domínalo hasta la sometida gota de sangre; esclavízanos como saetas perdidas./ Haz de mis ojos cascada y agua salada; renueva las simientes de mi vida toda. Quédate, sé inmortal necesidad en mí; rásgame en el amanecer la piel, señora./ Madona, sólo dilo, por ti se rinden las horas; se entregan irónicas, en el sarcasmo de mi correría. Sacúdeme, trota en mí cual furiosa amazona; y luego apacíguame, quédate, sedúceme./ Escribe las postreras letras al final. En un abrazo vacía tu flor de amor. Que dure sí, hasta el ocaso. Y luego en la noche otra vez, renacer en tu regazo; igual que ayer, igual que hoy, en el glorificar de tus ojazos./ Aquí prohibido nada hay, todo lo comienzas tú, todo; en el requiebro de tu cuerpo, en los besos o el silencio. Fuera nada hay, fallece el tiempo, es otra luz del pensamiento; tan sólo me conduce tu mano, mañana, tarde, para siempre./ Autor: Benjamín Torres Uballe; prohibida la reproducción total o parcial a través de cualquier medio con fines de lucro sin la autorización por escrito del autor.
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Benjamn Torres Uballe
Aprecio mucho tu gentil comentario.
Te saludo cordialmente.
Benjamìn
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