Comunicacin interpersonal en la pareja (Ensayo) Captulo 15.
Publicado en Sep 08, 2011
- Claves para el entendimiento de un proyecto común.
Capítulo 15: La confianza familiar. 15.1.- Diálogo sincero: principio de confianza. 15.2.- ¿Existe confianza sin interés?.15.3.- Cuando falla la confianza familiar. 15.4.- El "quemeimportismo".15.5.- Desarrollo de la comprensión. 15.1.- Diálogo sincero: principio de confianza. Comenzamos, ahora, con un capítulo del presente Ensayo que es de verdadera y gran importancia; porque precisamente hoy en día se están derrumbando muchas familias por no saber entender esto que es tan sencillo de comprender: la confianza mutua entre los padres y los hijos. Para lograr dicha confianza mutua entre padres e hijos es muy necesario estar cerca de ellos y de ellas; no tanto en lo físico sino, sobre todo, en el plano de lo mental. En cuanto a tener confianza con nuestros hijos e hijas es importantísimo tener tiempo para poder empatar con ellos y ellas. Un principio de confianza sólo se logra tras pasar muchos días entendiéndolos y, sobre todo, cuando surge la crisis de la adolescencia. Cuando estamos ante un problema con los hijos o con las hijas que no confían en nosotros, debemos recordar cuando nosotros (hombre y mujer) pasamos por la misma situación de adolescencia en la que ellos se encuentran ahora. Lastimosamente muchos son los que se equivocaron en los famosos años 60 del siglo pasado. En aquellos tiempos gran cantidad de hijos e hijas abandonaron el hogar paterno para seguir las consignas de los grupos sociales formados por gente tan incalificable como los que formaron la filosofía hipy, la falsa creación de la felicidad de las drogas consumidas en comunas donde se hacía de todo menos entender lo que era el verdadero amor, los movimientos extremistas que llevaban a afeminar a los jóvenes y a masculinizar a las jovencitas y, por otro lado, para aumentar el desastre familiar hubo demasiados padres (y algunas madres) que tomaron como primer principio humano el consumo, tener más para gastar más, aprovechar hasta el último minuto del día para acumular cosas materiales a cambio de cortar tiempo(algunos hasta el extremo de hacerlo desaparecer por completo) para mantener esa comunicación con los hijos y las hijas. El resultado final fue la destrucción de miles y miles de hogares y varias generaciones de jóvenes perdidas en el alcoholismo, la drogadicción, la promiscuidad sexual, el desorden social y la vida totalmente destrozada en sus fueros internos aunque aparentasen una felicidad que no existía. Eran tiempos "alegres" basados en el desamor de los padres hacia sus hijos y viceversa. ¿Era eso lo que la humanidad quería?. ¿Era esa la transformación social que muchos deseábamos?. Ya he dicho en varias ocasiones que hubo dos movidas, a nivel mundial, diferentes. Los unos destruían familias mientras los otros permanecíamos en el ámbito familiar hasta que estábamos lo suficientemente preparados para formalizar su propio matrimonio de un solo hombre con una sola mujer (y recordad que estoy escribiendo para parejas cristianas o parejas que quieren saber qué son las parejas cristianas conociéndolas directamente y no a través de las falsedades que los antifamilia dicen sobre nosotros). La confianza familiar con nuestros hijos e hijas se basa, siempre y en primer lugar, en una comunicación amplia, sincera, generosa, amistosa, clara y diáfana. Amplia en el sentido de dar ocasión a escuchar la voz de todos los componentes de la familia, sincera para hacer de dicha comunicación algo verdadero llamado amor noble (y no las falsedades de los del "amor libre"), generosa en cuanto al tiempo y al espacio (en cualquier momento y en cualquier lugar, presentes o a distancia), amistosa para demostrar que se puede ser amigo de nuestros hijos e hijas y que nuestros hijos e hijas pueden ser amigos nuestros sin importar, para nada, los datos del carnet de identidad sino los datos de la edad en compañía, clara para llamar pan al pan y vino al vino con lo que derrumbar todas las falsas ideologías que han existido en contra de los beneficios de vivir dentro de una familia sin romper para nada los lazos de amor familiar y la convivencia dentro de un mismo espacio, y diáfana porque debe de salir de la sinceridad de nuestro interior (hablando con el corazón junto con la razón y no contra la razón como hacen quienes tanto hablan, sin embargo, de la razón como su diosa). A nuestros hijos e hijas les aburre ese tópico que muchos aplican cuando, al dirigirse a ellos, lo hacen con el sempiterno "en mis tiempos" y les aburre porque quienes consideran que "sus tiempos" sólo fueron los pasados es que están "muertos en vida" y por eso nada tienen que aportar a las generaciones siguientes. El planteamiento que debemos tener para empatizar con nuestros hijos e hijas, sea que ocnversemos de nuestros asuntos pasados, presentes o futuros y sea que conversemos con los asuntos de ellos y ellas sean del pasado, del presente y del futuro, es saber que "los tiempos" de todo ser humano son desde que nacen físicamente hasta que físicamente mueren. Quienes opinan, ante los hijos o ante la sociedad, cuestiones comenzadas con el repetitivo "en mis tiempos" están rompiendo el diálogo horizontal que se debe mantener con los hijos e hijas y están haciendo una escala de valores vertical en la cual su pasado es más importante y mejor que el presente de sus hijos e hijas. Gravísimo error. Nosotros podemos transmitirle a las nuevas generaciones (hijos e hijas) todo un arsenal de experiencias positivas (señalando de paso cuáles son las negativas que tuvimos que superar) pero de manera agradable y amena, no en plan de superioridad ante ellos porque todavía no han vivido lo suficiente (cosa realmente relativa porque algunos, de corta edad, han vivido más que algunos de mucha edad), usando un lenguaje lo suficientemente comprensible como para no sólo sentirnos jóvenes junto a ellos sino que, en verdad, seamos tan jóvenes como ellos. El lenguaje con nuestro hijos e hijas debe ser personal (de tú a tu pero respetando ambos ´"tús") que sea apropiado y grato tanto para entenderlo como para asimilar lo que con ello decimos. En ese diálogo de la confianza mutua, los hijos y las hijas deben tener la misma igualdad de participación que los padres y las madres, para poder comunicarnos de manera horizontal aunque nunca se olvide que el padre y la madre es una autoridad moral si es que no han perdido la moral (por desgracia eso ocurre muchas veces). Es necesario mantener con ellos y ocn ellas conversaciones de toda índole y de cualquier tema, pero que interese a las expectativas de comunicación y a las inquietudes del presente (sin olvidar que todo presente es el desarrollo concatenado de pasado con futuro) y comportarnos éticamente correctos en la forma de hablar (pues tal como hablamos los padres así hablan los hijos). Muchas veces he visto a padres y madres quejarse de lo mal que hablan sus hijos y sus hijas sin pararse a pensar que son ellos lo que hablan tan pésimamente mal y que sus hijos y sus hijas sólo son resultados de lo mal que halban ellos y ellas). Por último, antes de consultar Internet en búsqueda de información complementaria, debemos de hablar con nuestro hijos e hijas de una maneras coloquial y procurando usar un lenguaje limpio aunque, a veces, tengamos que llamar a las cosas por su nombre (asuntos bien diferentes por cierto porque para llamar a las cosas por su nombre no es ni necesario ni conveniente, ni menos aún convincente, el uso abusivo de las palabrotas que es señal de ignorancia y animalidad). Y también es importante no hacer diferencias de género. La comunicación con el hijo debe ser equivalente a la comunicación con la hija (no dar prioridad a ninguno de los dos géneros). Esto conlleva que las obligaciones de los hijos deben ser también igales que las de las hijas, salvando aspectos personales propios del varón y de la mujer; porque en lo social el rol de los dos géneros es igualitario y equivalente hoy en día; lo cual hace necesario que se cumpla dicho igualitarismo y equivalencia en la familia desde el mismo nacimiento del hijo y de la hija. Sobre la confianza en general (aplíquenlo luego a la familia), lean el siguiente texto escrito por el psicólogo Don Fernando Molina P.: "Es primordial la confianza para mantener una buena salud en la relación entre personas. Cuando confiamos en una persona le permitimos sentirse segura y aceptada. Este sentimiento debe existir si deseamos que las personas rindan mejor en su trabajo. Cuando la gente siente que goza de confianza, se siente en libertad de concentrar todos sus esfuerzos en la tarea encomendada. Si siente que no inspira la suficiente confianza, vive en un permanente estado de tensión. Los mandos que en esencia desconfían, formulan juicios improvisados y casi siempre basados en apariencia externas, por lo cual las personas a su mando se preocupan de manipular sus apariencias externas y ese tiempo y energía lo sustraen de su actividad laboral. Si nosotros confiamos en una persona, le estaremos ayudando a consolidar la confianza y autoestima. Cuando le decimos al personal "Muy bien. Creo que tú puedes hacerlo. Confío en tí", estamos aportando a la persona la dosis de valor y confianza en sí misma necesaria para asumir el riesgo que conlleva el compromiso que va a contraer con usted. Si este proceso se repite una y otra vez, usted está generando un tipo de persona con una gran confianza en sí mismo, y por lo tanto realista con sus virtudes y cualidades. Existen infinidad de formas de demostrar confianza en una persona; a continuación se comentarán algunas de ellas: Delegue tareas importantes: La magnitud de las tareas encomendadas y la importancia de las mismas son los parámetros que miden el grado de confianza que tenemos en esa persona. Demostremos más y más confianza, dándole la ejecución de tareas cada vez más difíciles. Le ayudará a crecer a esa persona y ese crecimiento es mejor en un ambiente de mutua confianza. Delegue autoridad: A medida que delegamos tareas de mayor importancia, debemos ir delegando autoridad a la persona indicada y esa delegación es otra muestra de confianza que nosotros tenemos en él. Concedamos autoridad a una persona, recuérdele que está confiándole el bienestar del Instituto. Conceda libertad a la gente: No hay que convertirnos en la sombra de la persona a la que nosotros damos autoridad y confianza. No existe otro método mejor para demostrar que nuestra confianza no es "integral" como le hicimos saber en un principio. Asígnele tareas y tiempos, defina normas a seguir, solicite informes periódicos (al establecer la autoridad, no en el proceso), y deje a la persona trabajar y desarrollarse. Otorgue el beneficio de la duda: Otorgue el beneficio de la duda, no juzgue y acuse a alguien sin haber tenido la oportunidad de profundizar en el tema y de haber escuchado todos los argumentos. Trate de conocer los motivos para hacer lo que hizo, aún cuando el resultado sea erróneo. Permita el contacto directo con directivos superiores a usted: Existen por desgracia, demasiados mandos que mantienen al personal apartado de los mandos superiores del Instituto. Es una demostración de inseguridad y de desconfianza del mando intermedio. Si usted está seguro, afronte el riesgo, y que sean sus propias realizaciones y el éxito de su departamento el que hable por usted. Es importante para el personal tener la libertad de llegar a cualquier nivel de mando del Instituto, casi nunca usará esa libertad, confían en usted y es usted su conexión más eficaz. Aplicad todo esto a la comunicación entre padres (padre y madre) e hijos (masculinos y femeninos) y tendréis una buena guía para obtener como resultado un diálogo sincero basado en el principio de confianza. En Internet encuentro el siguiente decálogo con el título genérico de Cómo hablar con los hijos: "Cuantas veces nos hemos escuchado decir "me cuesta mucho trabajo comunicarme con mi hijo, a pesar de que me intereso mucho por lo que hace dice que no lo entiendo o simplemente no confía en mi como para contarme lo que le pasa".Cuando surgen problemas en la familia especificamente con nuestros hijos, puede ser debido a varios factores pero todos ellos relacionados a un componente muy importante, la falta de comunicación. La comunicación es una valiosa herramienta que le permite conocer el sentir de su hijo para de esta manera saber como actuar y guiarlo; sin embargo tristemente hoy vemos que ese componente esta muy limitado por lo que es imprescindible que aprendamos a comunicarnos con ellos para asi poder expresarle realmente lo que queremos decir y a la vez, podamos escuchar lo que sienten y quieren transmitirnos. Tal vez para usted esto no sea tan importante pero es verdad que la comunicación es un arma infalible ante las relaciones cotidianas, los conflictos y sobre todo ante las etapas por las que pasan nuestros hijos durante su desarrollo, y en las cuales presentan diferentes conductas y cuestionamientos que en ocasiones les provocan incertidumbre o confusión. Aprenda a comunicarse con sus hijos, conózcalos através de la plática , deje que le expresen sus sentimientos y permítase orientarlos; para ello le damos algunas sugerencias no solo de como entablar una conversación con ellos sino además sobre cualquier tema. 1.-Entre más pronto, mejor: Los niños de hoy se enfrentan a una serie de temas difíciles a edades cada vez más tempranas sin comprender bien todos los aspectos de éstas ideas, por lo que acuden primeramente a sus padres para obtener información; asi que usted será quien tenga la primera oportunidad para hablar con ellos. No la desperdicie porque esto marcará la pauta para cuando sean adolescentes, evitando que ellos hablen sobre temas difíciles con otras personas quienes pueden confundirlos con información errónea o con explicaciones que carezcan de los valores que usted desea inculcarles. Si usted platica más frecuentemente con su hijo desde pequeño, particularmente sobre temas difíciles como el sexo, la violencia o el alcohol, no tan fácilmente en la adolescencia recurrirá a sus amigos, los medios de comunicación y a terceras personas para obtener información. 2.- Sea usted quien dé el primer paso: No espere a que su hijo sea el que le pregunte, esto no siempre sucede. Es necesario que a menudo sea usted el iniciador de las conversaciones, aproveche la televisión y demás medios de comunicación como herramientas. Por ejemplo si estan viendo un programa donde una persona se droga, una vez que termine el programa pregúntele a su hijo qué opina, si está de acuerdo con el comportamiento de esa persona. Recuerde, basta con una o dos preguntas para iniciar una plática surgida de las circunstancias y eventos de la vida diaria. Es importante también mencionar que al hablar con sus hijos se exprese con palabras que ellos puedan comprender: sencillas y cortas, con explicaciones directas y honestas pero también de acuerdo a su edad, si tiene hijos de diferentes edades lo que le explique a uno quizás no lo entienda el otro, es mejor hablar con ellos aún sobre el mismo tema de manera separada. Con ello evitará además que los más grandes acaparen la atención y la plática. 3.-No le saque la vuelta al tema del sexo: Para la mayoría de los padres nos es muy difícil tratar con nuestros hijos el tema de la sexualidad, pero por el bien de ellos debemos dejar de lado nuestra incomodidad y nerviosismo para hablarles sobre estos temas. Aunque no lo creamo ellos ya tienen conocimiento sobre ésto gracias a los medios de comunicación y a sus compañeros de escuela, sólo que esa información puede estar algo deformada y carente de los valores morales que es necesario inculcarles. 4.-Propicie el ambiente para una comunicación abierta: Es importante fomentar un ambiente donde nuestros hijos se sientan siempre con la libertad de preguntarnos cualquier cosa, independiente del tema y sin miedo a las consecuencias. Para lograrlo debemos alentar, apoyar y comprender a nuestros hijos. Asi que si ellos le hacen una pregunta pero si esté en una situación que le impide contestar o no sabe, dígale que su pregunta es muy importante pero que por el momento no puede contestarla, asi que asegúrele y cumpla responderle después. Y para el caso de no saber, menciónele que no sabe exactamente lo que le pregunta pero que pueden investigarlo juntos. No crea que si sus hijos se dan cuenta de que usted no tiene todas las respuestas, nunca más le preguntarán. 5.-Transmita sus valores: Recuerde que como padre será el primer recurso de sus hijos para aclarar sus dudas, asi que dé información pero además con valores morales implícitos sobre todo cuando platique con sus hijos sobre temas difíciles como las drogas, sexo o la violencia. Diversos estudios han determinado que los niños necesitan recibir una orientación moral por parte de sus padres por lo que no dude en establecer sus convicciones con claridad. 6.-Haga un espacio para escuchar a sus hijos: Es importante que tomemos el tiempo para darle a nuestros hijos toda nuestra atención. Al escucharlos incrementamos su autoestima y les hacemos saber que son muy importantes para nosotros. Esto puede dar la pauta para el inicio de muchas conversaciones sobre una gran variedad de temas. Si escucha atentamente a sus hijos, sabrá excactamente que es lo que quieren saber y aquello que ya comprenden. Así evitamos saturarlos de información y confundirlos aún más. Por ejemplo, si su hijo le pregunta qué es un condón, antes de responder pídale que le explique lo que él sabe del "condón, así podrá conocer el nivel de comprensión de su hijo y podrá adecuar su respuesta. Otra válida razón por la que debemos tomarnos el tiempo para escuchar a nuestros hijos es que nos ayuda a definir sus sentimientos y a saber cuándo debemos terminar la conversación. Si por ejemplo está hablándole sobre la violencia en casa pero después de un rato ya lo ve dístraido, entonces deje el tema por el momento y retómelo en otra ocasión. 7.-Hable con honestidad: Este valor fortalece el sentido de confianza. Si nosotros no respondemos con honestidad a las preguntas que nuestros hijos nos hacen, ellos crearán sus propias respuestas, las cuales no creo que sean muy congruentes. Tal vez en algunas ocasiones no es recomendable o deseable proporcionarles todos los detalles sobre alguna situación en particular, pero por lo general hay que ofrecerles la mayor información posible. Al hacer esto, evitará que ellos saquen sus propias conclusiones. 8.-Por favor, sea paciente: Como adultos a veces creemos que los niños pequeños se tardan una eternidad para decirnos lo que tienen en mente y sentimos la necesidad de apresurarlos terminando sus oraciones y frases antes que ellos. Intente resistir ese impulso. Si escuchamos pacientemente a nuestros hijos les permitimos pensar a su propia velocidad y les hacemos saber que bien valen nuestro tiempo. 9.-Aproveche cualquier oportunidad para platicar: Ciertamente existen ocasiones que por múltiples razones no son el momento oportuno para entablar una comunicación entre padres e hijos, pero sí se puede aprovechar los momentos y situaciones que surgen en nuestra vida diaria para iniciar una plática; de esta manera es poco probable que nuestros hijos nos ignoren. Por ejemplo si usted esta leyendo una nota en el periódico que habla sobre un niño que fue victima de violencia por sus padres, este puede ser el momento que podemos aprovechar para iniciar una plática con nuestros hijos sobre el abuso en los hogares. 10.-Hable con su hijo sobre el mismo tema varias veces: No crea que por haberle hablado en una ocasión a su hijo sobre algún tema en especial o algo dificil, ya entendió todo lo que usted necesita enseñarle. Los niños, sobre todo los más pequeños, asimilan solamente una parte de la información que les brinda cada vez, por lo que es recomendable que después de cada plática , espere un poco de tiempo y luego pregúntele a sus hijos qué es lo que recuerdan acerca de esa conversación. Con ello usted sabrá si existe algun malentendido por corregir o bien para proporcionarles más información. Cuando los niños tiene interés sobre algo específico tienden a realizar preguntas repetitivas, lo que puede resultar un poco cansado para los padres de familia. Ante esto tenga paciencia, las preguntas repetitivas son perfectamente normales por lo que usted debe estar preparado y responderlas. Tampoco dude en retomar pláticas anteriores, si usted es paciente y perseverante al conversar con sus hijos sin lugar a dudas que los resultados serán muy provechoso para ambos. Si quiere sentirse un padre privilegiado por poder estar al lado de su hijo y ser usted el primero con quien comparta sus ansias y alegrías, entonces háblele continuamente y acepte lo que es y siente, de esta manera también él podrá aceptar que no siempre estará de acuerdo con lo que hace en determinados momentos y aún así seguirá confiando en usted, haciéndolo partícipe de sus pensamientos y de sus sentimientos. Termino con dos textos literarios, escritos por mí en Vorem.com, como ejemplos de dos diálogos (en este caso de padre-hija). La niña y el duende (Teatrillo Virtual) Niña.- ¿Qué me traes hoy, mi verde esperanza?Duende.- Una bella canción en forma de estrellaNiña.- Quiero que sea una estrella alegre, como esas que corren fugaces por el cielo. Duende.- Así será, pequeña sonrisa. Una canción fugaz...Niña.- Duende... ¿es la fugacidad la estación de los sueños?. Duende.- Para ti sí, mi amor pequeño. Niña.- ¿Y para ti?. Duende.- Para mí sirve cualquier momento. Niña.- ¿Qué es cualquier momento?. Duende.- El instante en que tú descuelgas tu presencia por el tobogán de mis emociones. Niña.- Y cuando acabe el canto... ¿qué me quedará como recuerdo?. Duende.- El pálpito del eco de una dulce voz como flor de lluvia. Niña.- Que sea un lirio silvestre, por favor...Duende.- Así será. Un lirio silvestre rodeado de margaritas.Ñina.- Empieza ya...Duende.- Margarita... !está linda la mar!. Niña.- ¿Cómo es el mar, Duende?. Duende.- El lugar donde siempre encontraremos nuestro idéntico afán. Sin paisaje ni memoria. Solo con los contornos de nuestro afán. Niña.- Sigue...Duende.- Margarita... !está linda la brisa que se abraza a tu mirada!. Niña.- Por eso siempre querré que tú seas mi Duende. Duende.- Está bien. Yo seré siempre tu Duende y tú la margarita donde dormirá toda mi existencia. Niña.- Te quiero Duende... te quiero mucho...Duende.- Escucha, mi pequeño amor... !está linda la estrella!. Niña.- Déjame alcanzarla...Duende.- Alcánzala hasta que todo el cielo te envuelva de aromas. Niña.- Sigue, Duende, sigue...Duente.- Margarita... !está linda la luz!. Niña.- Dame tus brazos para poder dormirme entre ellos mientras sigue la canción de tu luz. Duende.- Margarita... !está linda la paz!. Hacia nosotros mismos... (Teatro Virtual) - Son las 9 de la mañana mi amor, levántate y ven a mí para iniciar otro nuevo camino. Ven. Dáme la mano e iremos hacia una nueva época. - ¿A dónde iremos?.- Hacia nosotros mismos.- ¿Y dónde está eso?.- Dentro de ti y dentro de mí.- ¿Podemos viajar dentro de ti y dentro de mí a una nueva época?- Sí. Si mantenemos la Esperanza- ¿Y cómo mantenemos la Esperanza?.- Con la Ilusión en renovarnos de nuevo y con la Fe de que ese milagro se puede conseguir.- ¿Sólo con Ilusión y Fe se producirá ese milagro?.- Si.- Es mucho más fácil de lo que yo me imaginaba. - Entonces no tengas miedo a nada ni a nadie, dame la mano e iremos hacia una nueva época.- ¿Pero no me soltarás a medio camino?.- Imposible. Te amo tanto que jamás te soltaré ni al principio del camino, ni a medio camino ni tan siquiera al final del camino.- ¿Cómo es posible eso?.- Eso, mi amor, es posible porque existe la Eternidad.- ¿Y qué es la Eternidad?.- Volver de nuevo a empezar donde nos conocimos en un Principio.- ¿Y cómo se llama ese Principio, mi amor?.- Ese Principio se llama Eterna Juventud. - Me da un poco de miedo pensar que no sea verdad.- La verdad nunca es una mentira.- ¿Pero será aquí en esta misma Tierra?.- !Por supuesto que sí!. !En esta misma Tierra y antes de lo que te imaginas!. - ¿Y si te estás equivocando?.- Yo, como ser humano, puedo equivocarme... pero Jesucristo jamás se equivoca cuando promete un milagro. - Te creo, mi amor, te creo. Se baja el telón cuando Ella le da la mano a Él y este no la abandona ya jamás... 15.2.- ¿Existe confianza sin interés?. Buena pregunta. Antes de aportar mis propias conclusiones vamos a dar un "paseo" por Internet para ver qué se ha dicho sobre esto (si es que se ha dicho algo valioso). Alguien que se denomina "Gaviota Viajera" ha escrito un aspecto, sobre el tema, que me parece interesante exponer aquí para el análisis personal de cada lector: "Confianza es una palabra muy usada en nuestro lenguaje, no importa en qué clase social vivamos. Y dependemos de ella en gran manera. Para nuestro desarrollo emocional y mental, la confianza es muy importante. Cuando vamos al médico porque nos sentimos enfermos y comenzamos a decirle los síntomas que tenemos, lo hacemos en la confianza de que nos curará. Cuando compramos productos por el Internet, tenemos la confianza de que recibiremos lo que hemos comprado y así, sucesivamente, podríamos seguir mencionando ejemplos… ¿Y qué decir de las relaciones interpersonales o de parejas? En todas tiene que prevalecer la confianza, que no es más que otra cosa que “la creencia en que una persona o grupo será capaz y deseará actuar de manera adecuada en una determinada situación y pensamientos” según lo define el diccionario. La buena comunicación junto a la confianza son los dos ingredientes fundamentales para que una buena relación de pareja funcione como debe ser. Van entrelazadas. No puede haber comunicación sin confianza ni confianza sin comunicación. Por eso siempre enfatizamos que una buena relación de pareja tiene que tener estos dos elementos como ingredientes principales. Cuando decidimos hacer nuestra vida con alguien, lo hacemos porque estamos seguras y confiadas en que esa persona responderá satisfactoriamente a nuestras expectativas y que nunca nos defraudará. ¡Pero qué tristeza cuando ese amor nos traiciona, nos humilla y nos hace sentir que no valemos nada! El que ha traicionado una vez, puede arrepentirse de su mal, pero la confianza de su pareja ya no será la misma. Escuchamos a muchas mujeres decir que les pueden dar una nueva oportunidad a sus parejas, pero sin confiar en ellas. ¿Y entonces? ¿Qué hemos resuelto? A fin de cuentas, nada. Al contrario, el problema se acrecentará como un huracán y serán lastimados muchos corazones, incluyendo el nuestro. ¿Es eso lo que quieres para ti?. Cuando la desconfianza es el motivo principal de la ruptura de la pareja, no hay mucho que se pueda hacer. Los sentimientos y emociones se resquebrajan, las personas tienden a cambiar su modo de ser, de actuar, ver la vida de otro modo; ya nada es como antes… Es como si una parte nuestra cayera al vacío y no pudiera recuperarse. “¡Todos merecemos una nueva oportunidad!”, dicen algunos. “Es de humanos errar y reivindicarse”, dicen otros. ¿Qué hacer entonces? ¿Cómo recuperamos la confianza en la pareja? No es tarea muy fácil, pues un eslabón se ha roto. He aquí algunos aspectos que podríamos tomar en consideración: 8 consejos para recuperar la confianza en la pareja: Hablar con sinceridad.- No es hablar a medias, sino abrir el corazón y decir cómo nos sentimos y escuchar lo que la otra parte tiene que decir. No hacernos falsas expectativas de la pareja.- Muchas mujeres somos tan ilusas que seguimos pensando en los príncipes azules del cuento de Cenicienta. Todos tenemos defectos y virtudes. No te ciegues por la desesperación o el coraje.- Es normal que sientas esas emociones, pero hay que verlo todo en su justa perspectiva. Hay que llegar al fondo del problema. Mide la falta cometida.- Hay errores que pueden ser enmendados y/o perdonados. Todo depende de los motivos que rodean la situación en que te encuentras. Recuerda que tú también puedes cometer las tuyas. Somos seres humanos. Dale tiempo al tiempo.- Hay situaciones que ameritan que la pareja se separe para superar la crisis y subsanar heridas. Pon en balanza la experiencia vivida.- Evalúa tus emociones y sentimientos ante ello.Analiza los pro y los contra de brindar una nueva oportunidad. Siempre habrá pros y contras, piensa en ellos.- No exijas demasiado. Nos gusta exigir a los demás, lo que no podemos cumplir en nosotras mismas. Esperamos demasiado de nuestras parejas, y eso nos crea conflictos internos y externos. Muchas parejas que han logrado recuperar la confianza perdida viven felices el resto de sus vidas porque el amor que se profesaron un día les ha fortalecido en todas las esferas de su vida. Otras, no tienen la misma suerte a pesar del amor que dicen tener uno al otro. Las heridas quedan latentes y es difícil seguir adelante a pesar de que ponen todo su empeño en ser felices. Si aun así, sientes que no puedes volver a confiar en tu pareja, es mejor que le des su libertad. Una vez se pierde la confianza, se ha perdido todo. La desconfianza provoca que la mente juegue con nosotras, llevándonos a una desesperación sin control y malos pensamientos, lo cual pudiese redundar en situaciones más serias a largo plazo. ¿Estarías dispuesta convivir con alguien en quien no confías? ¿Estarías dispuesta a vivir intranquila cada vez que tu pareja salga a la calle? Si fuese a la inversa, ¿cómo te sentirías?. La confianza en sí misma si logra sobrevivir, es porque el amor que los unió es más fuerte que cualquier tempestad". Si leemos el texto podemos aplicar muchos de sus consejos a nuestras relaciones personales con los hijos y las hijas. Y es que la confianza sí tiene algún interés. Es completamente falso que los cristianos hacemos cosas y comunicamos cosas ausentes de todo interés; pero es necesario saber diferenciar entre lo que es el interés sin pedir nada a cambio que el interés egoísta de aquellos que te dan algo para luego pedirte mucho más a cambio. No. Los cristianos y las cristianas nos relacionamos con nuestros hijos e hijas con el interés de lograr que ellos y ellas entiendan cuál es la mejor manera de vivir. Pedimos, por lo tanto, algo a cambio de nuestro interés por ellos. Pero ese algo está desprovisto de avaricia, está desprovisto de ambición y está desprovisto de egoísmo. Conversamos con ellos con el interés único de que comprendan lo que les estamos señalando como camino a seguir... pero no pedimos nada más a cambio. Y es que el interés de los cristianos y las cristianas nada tiene que ver con los intereses materiales (como si fuésemos banqueros que prestamos atención a nuestros hijos a cambio de que nos ofrezcan sus beneficios sociales). Es, por lo tanto, un interés desinteresado. Sólo les enseñamos y les explicamos cuáles son los mejores caminos para cada asunto que nos consultan y, a cambio, sólo recibimos el interés de su amor para con nosotros. Nada más que eso. A través de Wikipedia encuentro el siguiente "Juego de Confianza". Lo traigo aquí porque es importante para que cada lector o lectora lo desentrañe y consiga llegar al punto de comprensión de lo que es una confianza con intereses que vienen a beneficiar a las dos partes (y aplíquenlo con sus hijos): "Un juego de confianza comparte algunas similitudes con el dilema del prisionero. Sin embargo el juego de confianza implica un juego secuencial en que un jugador decide primero su nivel de confianza en el segundo jugador. A mayor confianza mayor es el pago que se genera para el segundo jugador, quien debe después decidir si si corresponde la confianza con una decisión que es mutuamente benéfica para los dos. Un ejemplo clásico es en el que 2 jugadores inician el juego con una dotación de $10 cada uno. El primer jugador debe decidir cuánto de sus $10 enviar al jugador 2. La cantidad enviada se triplica en el camino hacia el jugador 2. Una vez el jugador 2 recibe esa cantidad triplicada, debe decidir cuánto retornar al jugador 1. La cantidad retornada no se triplica. Claramente este juego en una sola ronda tiene un equilibrio de Nash de ($10,$10) en el que el jugador 2 debería quedarse con toda la cantidad recibida, y por tanto el jugador 1 no tiene incentivos a enviar dinero al jugador 2. El óptimo social de este juego se logra cuando el jugador envía toda su dotación al jugador 2 generando una suma total de pagos de 3x$10 + $10 = $40. En términos de los pagos el juego de confianza tiene una estructura similar al dilema del prisionero, ya que la recompensa por la cooperación mutua es mayor que la otorgada por la deserción mutua. El juego de confianza repetido es potencialmente muy estable, ya que da la máxima recompensa a jugadores que establecen un hábito de confianza y cooperación mutua. A pesar de ello, existe el problema de que los jugadores no sean conscientes de que está en su interés cooperar, o que no anticipen la reciprocidad negativa del otro jugador erosionando la reputación, cooperación y confianza en el proceso". Cuando estén pensando y analizando en el interés que existe en un diálogo de confianza con sus hijos e hijas medite leyendo este texto: "Si es importante el diálogo en las relaciones interpersonales, lo es aún más la comunicación en la familia. La comunicación está guiada por los sentimientos y por la información que transmitimos y comprendemos. La comunicación nos sirve para establecer contacto con las personas, para dar o recibir información, para expresar o comprender lo que pensamos, para transmitir nuestros sentimientos, comunicar algun pensamiento, idea, experiencia o información con el otro, y para unirmos o vincularnos por el afecto. Cuando existe la comunicación en una familia, seguramente se puede afirmar que existe un compañerismo, una complicidad, y un ambiente de unión y afecto en la casa. Pero, sobre todo y lo más importante, es que hay un respeto mutuo y unos valores bien asentados que enraizan con el origen de unas buenas relaciones. Sin embargo, crear este clima de comunicación en la família, no es una tarea tan facil. Hay que ayudar a los hijos con prácticas sobre el terreno, con consejos educativos y, sobre todo, con el ejemplo para crear el clima adecuado que facilite esa comunicación. Es fundamental, que los padres introduzcan en el seno familiar, los mecanismos necesarios que faciliten una buena comunicación entre los miembros de su familia. Saber escuchar, hablar con el corazón, mantener una actitud asertiva y mostrar empatía son algunas de las actitudes para promover un buen clima de diálogo en casa con los tuyos". Y he aquí lo que podríamos denominar como intereses cristianos a la hora de formalizar un diálogo con nuestros hijos e hijas. - Al dar una información, busca que siempre sea de una forma positiva. - Obedecer a la regla de que "todo lo que se dice, se cumple". - Empatizar o ponernos en el lugar del otro. - Dar mensajes consistentes y no contradictorios. - Escuchar con atención e interés. - Crear un clima emocional que facilite la comunicación. - Pedir el parecer y la opinión a los demás. - Expresar y compartir sentimientos. - Ser claros a la hora de pedir algo. Hablar desinteresadamente con alguien es no darle importancia a la persona con la que estamos hablando. Muchos son los que cuando hablan con sus hijos no les prestan ninguna atención ni ningún interés a lo que hablan con ellos. Los padres y las madres cristianos y cristianas no somos así. ¡Por supuesto que hablamos con ellos por un interés!. Pero dicho interés no es que nos contribuyan con nada material sino que sean capaces de entender cual es el Camino, la Verdad y la Vida!. ¿Existe algo más interesado que eso?. Muchos hablan con sus hijos para sacar algo material de ellos o para que les cumplan sus caprichos personales. Los padres (hombre y mujer) cristianos les pedimos a los hijos, a cambio de nuestra confianza con ellos, el interés de que aprendan que el Camino es Jesucristo, que la Verdad es Dios y que la Vida es el Espíritu Santo. Termino este punto del Capítulo con un texto que ha escrito un profesor chileno del cual sólo conozco que se llama Carlos: "Confianza es el sentimiento de poder creer a una persona incluso cuando se sabe que él mentiría en nuestro lugar (Henrry Louis); La confianza en sí mismo es el principal secreto del éxito (R. Waldo Emerson). Que importante es cultivar la confianza, y sobre todo demostrarla, así como no perderla, estar atento a lo que de ella se puede derivar. Se dice, que sin confianza no hay acuerdo posible, sin confianza no hay respeto, no hay crecimiento. La desconfianza produce desgaste, la desconfianza desmotiva, crea distancia entre las personas, crea - dentro del ser humano - muchos escudos, protecciones y caretas que son difíciles de derribar. Al respecto, nos aporta eticaysociedad.teologiaysociedad.com, que para confiar en otra persona hace falta primero tener un conocimiento. Cuanto más se conoce, más confianza hay en una relación. Donde hay confianza se da una buena comunicación bonita y enriquecedora. De aquí que en las relaciones es muy importante cuidar mucho la confianza. Ésta siempre se tiene que basar en la libertad. La verdadera confianza existe cuando hay madurez en las relaciones humanas. Implica estabilidad, respeto, amor. Todos necesitamos que alguien confíe en nosotros. Quien confía en otra persona la hace crecer y contribuye a su felicidad. La confianza, desde un punto de vista cristiano, se fundamenta en el amor. Sobre ella nos comenta radiomaiami que el término confianza tiene dos acepciones principales, la primera es la esperanza firme que se tiene en una persona o cosa, y la segunda, ánimo, aliento y vigor para obrar. Podemos decir también, que está emparentado con fidelidad, la que es un requisito básico de la confianza. No hay confianza sin fidelidad. Podemos confiar en alguien que nos es fiel, del cual sabemos que podemos estar seguros que no nos defraudará. La confianza como valor personal es una virtud de ida y vuelta, significa tanto la actitud de fe que uno tiene en los semejantes, como la actitud personal que inspira a nuestros próximos a tenernos confianza. Existen varios grados, la confianza existencial, a la totalidad del individuo, la confianza profesional, relacionada a la actividad específica de una persona, la confianza técnica en cuanto al funcionamiento de ciertos elementos preparados o modificados por el hombre y la confianza social como último elemento de la fidelidad general. No podemos dejar que nos aprisione la desconfianza, debemos darle paso a que esta surja, que como se dice no podríamos vivir en sociedad sin un mínimo de confianza, sin hacer todos los días y a cada instante un acto de fe, de creer en nuestros semejantes y en nuestras circunstancias. Oscar Anzorena con respecto a la confianza comenta, que tomemos en consideración que cuando estamos en un estado de ánimo de confianza sentimos que no hay nada de qué preocuparnos. Actuamos desde una sensación de seguridad y poseemos una expectativa positiva del futuro. El estado de ánimo de la confianza surge ante una interpretación de un futuro que nos parece previsible y tranquilizador. Cuando decimos que tenemos confianza en una persona, lo que estamos diciendo es que poseemos un alto nivel de seguridad con respecto a su conducta futura. Confiamos que es muy probable que haga determinadas cosas y que no haga otras. La confianza siempre supone un juicio sobre el futuro y es por esto que condiciona tan fuertemente nuestros comportamientos. Podemos imaginar cualquier situación, ya sea a nivel personal o laboral y podremos corroborar los distintos comportamientos que adoptamos en una emocionalidad de confianza o de desconfianza. Si tenemos confianza en un amigo, en nuestra pareja, en un proveedor o en un cliente, vamos a suponer que van a actuar dentro de lo acordado, que van a mantener su palabra y que van a honrar sus compromisos, y esto nos da seguridad y tranquilidad. Por el contrario, si en cualquiera de estos casos sintiéramos desconfianza, si tuviésemos temor de que no actúen de acuerdo a lo preestablecido, si pensáramos que existe la posibilidad de que no sean sinceros en lo que nos dicen o que no tengan la intención o la capacidad para cumplir con los acuerdos establecidos, nuestro comportamiento sería notablemente diferente. Tomaríamos recaudos, no estableceríamos el compromiso, nos alejaríamos de nuestro amigo o cambiaríamos de proveedor. La mutua confianza es la emocionalidad necesaria para coordinar acciones entre las personas. Si bien puede ser que alguien que acabamos de conocer nos inspire confianza, generalmente este sentir surge como resultado de un proceso de construcción conjunta que se realiza entre las personas, ya que implica un juicio sobre el proceder del otro y de cómo este comportamiento puede afectar o influir en nuestro horizonte de posibilidades. Pero así como para adquirir confianza necesitamos un tiempo y una experiencia conjunta en la que podamos observar y evaluar la conducta de la persona, paradójicamente la pérdida de la confianza es algo que sucede muy rápidamente. Una acción que defraude la confianza conferida, generalmente es motivo para que cambiemos nuestra actitud y nuestra emocionalidad. Hay un dicho que da cuenta de este fenómeno y dice que "la confianza crece con la lentitud de la palmera y cae con la rapidez del coco". En concreto, debemos estar atento en nuestras acciones, determinar que tanto generamos confianza en las personas, que tan serio somos en lo que prometemos, nos comprometemos, cómo nuestras acciones han dado como resultado que las personas depositen su confianza en nosotros. Así, como evaluamos el comportamiento de los demás, que tanta confianza han sabido propiciarnos, qué tan identificados estamos y como su comportamiento nos inspiran confianza". Apliquen todo esto a su diálogo con sus hijos e hijas y habrán comprendido que todos los cristianos comunicamos con interés... con interés de que nuestros hijos e hijas comprendan lo que es la vida cristiana. 15.3.- Cuando falla la confianza familiar. Como estamos viendo hasta ahora, la familia comienza por ser familia cristiana en el mismo momento en que un hombre se casa con una sola mujer o una mujer se casa con un solo hombre y lo hacen hasta que la muerte los separen e incluso hasta la Eternidad (lo del divorcio lo trataremos al final del Capítulo 16 del presente Ensayo), y por eso vamos a ver qué es la confianza en la pareja con arreglo al diálogo con sus hijos pero enmarcado, en este primer paso, dentro de la confianza en general. Para eso cito el presente texto entresacado de Internet: "Problemas típicos de las parejas: Las parejas entran en crisis frecuentemente por una serie de problemas típicos que sobrevienen a la convivencia. La vida de pareja lleva consigo afrontar muchos temas: trabajo, relaciones con terceros, familia, altibajos, dinero, etc. etc. Muchas parejas afrontan y superan estos problemas, otras no. Aquí presentamos algunos de los problemas más frecuentes. Problemas, problemas... soluciones, soluciones. Todas las parejas se enfrentan a problemas y casi todos los problemas tienen su solución. Lo importante es mantener la fe de que merece la pena encontrarla y luchar por ello. Es importante identificar y abordar los problemas correctamente y salir fortalecidos una vez que los hemos superado. Vamos a comentar algunos de estos problemas (su orden no indica relación de importancia). 1.- Trabajo. Muchas parejas trabajan en sitios distintos. Más de ocho horas fuera de casa, cinco días a la semana. Todo un mundo de percepciones, estados de ánimo, tensiones, experiencias, relaciones con terceros... Muchos días ocurre que el semblante de la vuelta a casa es muy diferente del que había al despertarse al calor del hogar. Muchas horas, mucha vida sin compartir. Sólo la comunicación, la sinceridad, la confianza y la capacidad de apoyo no permitirán que la ausencia laboral se convierta en un problema. 2.- Viajes, ausencias, distancia... También el trabajo u otras razones pueden imponer viajes, distancia y ausencias prolongadas de por medio. La pareja se ve privada de poder reafirmar su compromiso diariamente a la vuelta del trabajo. Es un "más difícil todavía". La solución debe pasar por una mayor comunicación (llamadas de teléfono, hablar mucho, apoyarnos en continuos detalles, atenciones...), y sobre todo más sinceridad, confianza y apoyo. La pareja tiene que hacer un esfuerzo por compartir lo que ocurre fuera del hogar: las aspiraciones, las frustraciones, los éxitos, los enfados, etc. 3.- Familia. Padres de ella, padres de él, hermanos, cuñados... ¿Mucha actividad familiar? ¿excesiva?. La familia puede ser una fuente de maravillosas y bonitas relaciones, pero también de distorsiones. Los problemas surgen cuando la actividad familiar afecta a la vida de la pareja con intromisiones, injerencias, preocupaciones, problemas, etc. La familia supone una prueba de fuego para la pareja, la cual tendrá que asumir decisiones y responsabilidades. 4.- Hijos. Los hijos contribuyen de forma decisiva a afianzar la vida de pareja con sentimientos y responsabilidades que hacen más sólida una relación. Pero no siempre ocurre así. Especialmente si no hay equidad, corresponsabilidad, convergencia en los puntos de vista, complicidad a la hora de criar, tratar y educar a los hijos. 5.- Desconfianza. La confianza es un pilar fundamental de la vida de la pareja. Si no hay confianza muchos problemas se harán irresolubles en la vida en común. Uno de los problemas más típicos de la falta de confianza con los celos. Pero no es el único. La desconfianza puede provocar actitudes humillantes para la pareja, además contribuye a fomentar una imagen negativa, la falta de autoestima, etc. La desconfianza debilita el apoyo, la comunicación y el compromiso otros dos pilares importantísimos para la larga vida de la pareja. 6.- Apoyo. Apoyo sin reservas, esa es la receta. La falta de apoyo crea un sentimiento negativo de frustración, de pensar que "el otro" te ha fallado. La actitud solidaria debe ser una de las constantes vitales de la pareja. 7.- Infidelidad. Hoy en día parece que la infidelidad es un valor a la baja. Sin embargo, también hoy en día se baten récords cada año en rupturas de parejas. Recientemente el INE recogía que las parejas (matrimonios) que habían roto (separación) tras su primer año habían crecido un 325% en sólo doce meses. Una cosa es que se adopten actitudes liberales y permisivas y otra muy distinta es que en la práctica se tolere y se conviva bien con la infidelidad. Si quiere destruir una pareja, sea infiel; o incluso basta con adoptar actitudes equívocas: excesiva amabilidad, confianza o confidencialidad con un tercero... Algunas parejas no reconocen que estas cosas les sientan mal, las acumulan y van generando desconfianza, negatividad, introversión, falta de comunicación... La pareja, en la practica, suele ser exigente y absorbente y no admitirlo puede llevar a la relación por unas vías llenas de turbulencias y de riesgos. 8.- Sexo. Quizás puedan existir parejas felices sin que el sexo tenga protagonismo. No caeremos en la tentación de sobredimensionar el sexo. La pareja evoluciona en el tiempo y con ello la propia relación sexual. Sin embargo, una relación sexual viva, imaginativa, intensa, vibrante... será un magnífico "seguro" para aguantar y sobrellevar otro tipo de problemas (familiares, laborales, etc.). Así que si quiere un buen consejo para superar problemas aquí va: haga que su vida sexual reavive la ilusión y el interés mutuo, que sea una forma de transmitir armonía, deseo, amor y sellar de forma cómplice la unión que define a la propia pareja. Haga el amor, no la guerra. Y hágalo con la pasión que lo hacía cuando comenzó a caminar. Si falta el buen sexo, quizás haya despedido un buen aliado para la salud de la pareja y para la solución de muchos de sus problemas. 9.- Casa. Un espacio para dos... o más. En la casa se pasan muchas horas, se trabaja en las tareas del hogar, se ve la TV, se usan los mismos cuartos de baño, se escucha música... Para la casa se compran muebles, se piden préstamos, hipotecas, etc. Cada persona hace un uso de este espacio vital que es la casa conforme a su educación o a su cultura. A algunos no les importan los olores, otros son muy sensibles a estos y no los soportan; a unos les agrada el desorden, a otros les irrita; los hay maniáticos de la limpieza e incluso les crean problemas de asma, otros pasan de ella. Hay quienes quieren dejar una luz encendida por la noche, otros no pueden dormir con luz. No digamos los que pretenden dormir en invierno con las ventanas abiertas, mientras que su pareja se desvela por el frío y los frecuentes constipados. Incluso poner la mesa o lavarse las manos antes de sentarse a ella, puede ser objeto de polémica. No digamos la intendencia diaria de la casa: mantenimiento, limpieza, etc. etc. Todas estas diferencias pueden ser extenuantes en la vida de la pareja. Algunos pactan y con flexibilidad llegan a contentar a ambas partes, otros recurren al sexo y en la cama olvidan las diferencias domésticas... Hasta el punto que si la discusión era pintar una habitación de rojo o amarillo, al final se pinta de naranja. No digamos si a veces viven otros familiares (suegros, hermanos...) y la situación se agrava; en esto casos la casa se puede convertir en una importantísima fuente de problemas. ¿Cómo resolverlos? A veces la respuesta está en la comprensión, otras veces en la tecnología o en cambiar de casa ¿Por qué no? (mejor que cambiar de pareja). 10.- Amistades. La pareja debe llevar una política única de amistades. Una fuente de problemas son las amistades de uno, las amistades del otro. El problema podría ser anecdótico, pero no tanto si la pareja va notando cómo las confidencias entre los amigos de uno y otro superan la comunicación de la pareja; algo que es aconsejable que no ocurra nunca. En la práctica la pareja debe redefinir el concepto de amistad; aquellas parejas que no lo hacen, tienen en este punto una fuente de distorsiones que deben superar con la comunicación, la confianza, la fidelidad, etc. etc. 11.- Manías, gustos, aficiones diferentes. Hace años las mujeres se dedicaban a bordar y hacer tareas del hogar y los maridos se iban al bar a jugar a las cartas o al fútbol. Hoy en día esto no es tan extremo y quizás el tema se reduzca a una discusión sobre quién se queda con el mando a distancia de la TV. Si es sólo eso quizás sea muy superable. Pero ¿qué pasa cuando uno quiere las vacaciones en una playa masiva y otro una casita rural?. ¿O si uno quiere jugar al golf y el otro montar a caballo?; uno prefiere ir a un restaurante francés y otro a un thai; a uno le encanta el bricolaje y al otro ir de compras, etc. etc. El tema se complica... Y habrá que contar con otros activos (buen sexo, comprensión, empatía, flexibilidad -hoy tú, mañana yo- etc. etc.) 12.- Falta de equidad en las cargas del hogar. Muchas parejas suelen cargar muy desigualmente las tareas del hogar. Si por ejemplo uno trabaja fuera y el otro no, la conclusión es que el segundo debería acometer en mayor medida las tareas del hogar. Esto es un contrasentido, puesto que la brecha se hace aún más grande. No sólo no se comparte una gran parte del tiempo cuando se está fuera sino que en casa tampoco se comparten tareas que pueden servir de excusa para aproximarse, dialogar, en síntesis, estar más juntos. El sentimiento de proximidad, de solidaridad, de apoyo, es muy importante en la pareja, y debe hacerse todo lo que sirva para fomentarlo. Hacer la cena juntos, meter juntos los platos en el lavavajillas, encender la chimenea, repasar lo que ha sido el día antes de ir a la cama, compartir las obligaciones del día siguiente... todas esas cosas son muy saludables para la pareja. 13.- Inflexibilidad. La falta de flexibilidad y de comprensión es otra fuente de problemas. La vida en común exige de empatía y de la adopción de posturas acordes con la situación que se vive en cada momento. Las posturas inflexibles en el tiempo fomentan otras rigideces e intolerancias, fomentando la negatividad. 14.- Negatividad. Pensar en negativo es un estado mental que es demoledor para una persona. Se empieza criticando a una vecina y tras esto se sigue con amigos, familiares, etc. Al final la negatividad llega a la pareja y a nosotros mismos. La falta de autoestima es un peligro para la relación de la pareja. La inseguridad se traducirá en desconfianza, falta de apoyo, etc. 15.- Aburrimiento. Algunas parejas someten su relación a rutinas o cargas tan previsibles que llevan a un aburrimiento hasta que al final acaba pasando factura. El aburrimiento es subjetivo. Una pareja de enamorados se divierte con un parchís y una tortilla francesa y dos velas encima de la mesa. A otras les aburre un safari por África o una noche en París. El aburrimiento suele ser una consecuencia de otros problemas acumulados: falta de comunicación, falta de equidad en las cargas, inflexibilidad, amistades, gustos diferentes, sexo... 16.- Falta de comunicación. Es una de las causas más importantes en la generación de problemas de una pareja. A veces determinadas discusiones no se han resuelto bien. La conclusión de una de las partes es "la próxima vez mejor callar que discutir", esto no lleva a nada. En la pareja una discusión debe concluir con acercamiento, aplicación de posturas flexibles, y con el sentimiento de que ha servido para acercar y comprender mejor. Hay que combatir la irritación, los malos entendidos, las incomprensiones, etc. etc. Todas estas cosas de no resolverse acentuarán la incomunicación. No dejes que el mayor aliado de la salud de la pareja (la comunicación) se separe de vuestro entorno. Cuida al máximo la comunicación. 17.- Falta de sinceridad. Incluso hasta la mayor fluidez en la comunicación de la pareja no servirá para nada si no hay sinceridad. Un mandamiento irrenunciable para la pareja: la sinceridad. Cuando falta provoca negatividad, desconfianza, recelo, falta de comunicación y en muchos casos ruptura o problemas mayores de diversa índole. La falta de sinceridad es, de hecho, una falta de respeto a la persona. Y cuando en la pareja falla el respeto la evolución del problema puede adquirir dimensiones realmente preocupantes, hasta el punto de adulterar y prostituir el propio concepto de pareja. 18.- Falta de capacidad para perdonar. Cuánto más amas a una persona, más capaz eres de perdonarla. Así de sencillo. La falta de capacidad para perdonar es un mal síntoma: indica que el amor no goza de buena salud. Todos comentemos errores; compréndelos y perdónalos de antemano. Piensa en positivo lo que aporta tu pareja. Practica la empatía, tu perdón es un regalo de amor. 19.- Falta de correspondencia. Por supuesto en el amor; pero también en todo. La pareja es cosa de dos. La convivencia no puede estar fundamentada en la generosidad, paciencia, el apoyo mutuo y comprensión de solamente una de las partes. Se perdona y se comprende si hay capacidad de corresponder por ambas partes. 20.- No defender tu espacio. Cuando terceras personas ocupan el espacio (no sólo físico, sino muy especialmente psíquico) de la pareja, esta devalúa su relación. La pareja debe defender un espacio que le es propio para tomar su propias decisiones, para llevar a cabo sus ilusiones, para compartir problemas, preocupaciones, etc. No renuncies a luchar si ves que por cualquier circunstancia ese espacio se ve disminuido o alterado". Me viene a la memoria la siguiente frase de La Bruyere: "La mayoría de los hombres emplean la primera mitad de su vida en hacer miserabla la otra". Es una verdadera desgracia personal ser uno de esos hombre citados por La Bruyere. Es una verdadera desgracia personal que, además, arrastra a todo el resto de la familia. Por ejemplo, hablando ya de los hijos y las hijas; cuando te comportas como un ogro irritable y autoritario (hasta llegar incluso a lo despótico) lo más seguro es que cuando los hijos y las hijas sean mayores y puedan defenderse por sí mismos y sí mismas se alejen definitivamente de tu lado. Los hijos y las hijas no deben ser víctimas de un padre patético (a veces de una madre patética aunque existen muchísimos menos ejemplos entre ellas). Lean con atención lo que entresaco de una página web titulada "La familia bajo techo": "El rol de ser padres es muy complicado y a ser padre solamente se aprende con el tiempo y todos los dias es el dia del padre, con la práctica, ya que no está escrito en ningún libro y cada persona puede tener un concepto diferente. Hay que tener en cuenta que es muy complicado cumplir con todas las responsabilidades, que el ser padre implica. Los padres le enseñan a los hijos sus valores, pensamientos e ideologías; todos los padres tratan de educar a sus hijos lo mejor posible, pero las cosas no son siempre como ellos desean. Sus hijos también van creando su personalidad interior, y el hijo recién nacido contiene información genética de los dos adultos, por eso hay características que tienen los hijos que no son de cada padre en particular, sino una mezcla de los dos. La función de los padres es entonces, ir guiando a los hijos en el camino de la vida, pero teniendo en cuenta que cada individuo es único, por esto el educar no es hacer una persona, sino ayudar a que el niño se encuentre a sí mismo. Los padres tienen responsabilidades sobre todo morales y todos los dias son el dia del padre , brindarles un buen hogar donde exista la tolerancia, el buen diálogo y respeto entre padres e hijos (es decir que halla muy poca agresión verbal y/o física); que sus hijos reciban la mejor educación que le puedan brindar, en la casa como en los estudios. Los padres tienen la obligación de cuidar a sus hijos hasta la mayoría de edad, en la que ya se los considera adultos. Pero esto no significa sobreprotegerlos sino todo lo contrario, hay que ir soltándolos poco a poco para que empiecen a conocer la libertad y aprenden a manejarla. A medida que los hijos van creciendo, exigen más la libertad de salir al lugar de moda, poder llevar a sus amigos y/o novio/a a su casa y cosas típicas de las exigencias de los hijos a medida que van creciendo. ¿Qué hacer en estas situaciones? No imponérseles a los hijos, sino hablar con ellos y tratar de que entiendan que hay cosas que los padres no comparten, y hay que hablarlo para poder llegar a un acuerdo que a las dos partes les sirva. Los padres deben criarlos con ciertas reglas de compartimiento, poner límites claros, y también enseñarles que no siempre van a tener todo lo que deseen, por eso se dice que es bueno que en la infancia nos quedemos con frustraciones, así podremos afrontar con mayor facilidad las frustraciones del futuro. Una de las cosas más importantes en el día del padre es qué significa ser padre, es poder brindar amor a sus hijos; el brindar amor incluye las cosas que nombramos anteriormente. Que sus hijos se sientan queridos es muy importante, para que entiendan determinadas acciones". Enfoquemos el asunto, ahora, desde el rol de los hijos y, para ello, expongo lo escrito por Adelayde Rivas Sotelo en el Suplemento Semanal del Diario "La Prensa" del día 22 de junio de 2004: "Los hijos juegan un papel fundamental en la vida de todo matrimonio y dependiendo de la madurez alcanzada, pueden consolidar la relación o abonar a que hayan problemas en la misma. El psicólogo Alberto Sánchez Argüello considera que un matrimonio joven con hijos está doblemente afectado porque si no hay en la pareja la madurez emocional necesaria para poder convivir, negociar y ponerse de acuerdo, los hijos son un extrafuerte. “Implica darle tiempo a la pareja y a los hijos”, dice. “En jóvenes que no han alcanzado su madurez y no se han descubierto a sí mismos, los hijos se convierten en un gran distractor de este proceso. Se corta una gran parte del proceso de maduración personal y lo más peligroso es que los padres pueden tenerle rabia a los hijos, aunque no sea algo consciente”, agrega. Otro efecto negativo es que los padres pueden querer que sus hijos vivan lo que ellos no pudieron vivir y en cualquier caso viven la vida de sus hijos y los afectan porque “cortan su crecimiento y el de los hijos”, expresa el especialista. Sin embargo, cuando los padres han alcanzado esa madurez o están en ese proceso y los hijos llegan en el momento adecuado, las cosas son diferentes y no hay efectos negativos ni en la relación de la pareja ni en los hijos que procrean. Es muy importante que antes de tener hijos, la pareja disfrute su vida matrimonial y luego decidan entre los dos, cuál es el momento adecuado, porque los hijos llegan y crean otra dinámica completamente distinta en un matrimonio, finaliza". En definitiva, para que no falle el diálogo con nuestros hijos y la confianza de ellos hacia nosotros he aquí, por ejemplo, lo que se recomiendo en la página de Internnet titulada "Padreshoy.com": "La relación con tus hijos es uno de los tesoros más importantes que deben cuidarse desde un comienzo. El diálogo es siempre fundamental, una correcta relación entre padres e hijos contribuye a un crecimiento sincero, sano, y sobre todo frontal entre ambos. El crecimiento de los hijos será aun mucho más estrecho y de confianza, crecerán sabiendo que tienen el apoyo y respaldo de sus padres en cualquier ocasión. Los padres siempre tienen ese sentido que les permite percibir cuando los niños se sienten mal, cuando hay algún problema en particular y cuando todo se encuentra en orden. Para esto no siempre es necesario comenzar un diálogo, con solo encontrarse entre ellos es suficiente para notarlo. En estos casos es importante preguntar siempre cuál es el problema, no quedarse con esa sensación que corte un diálogo futuro. La confianza que exista con los hijos, el respeto que tengan en la familia y el ambiente que se generen, contribuirá siempre a una correcta relación que abra el diálogo para hablar de todos los temas necesarios entre padres e hijos. Nunca hay que tener ningún pudor al momento de tocar determinados temas: drogas, sexo, educación, amistades, entre otros, son temas que siempre deben hablarse. El diálogo con los hijos puede verse afectado en caso de que los padres reaccionen de una forma violenta, agresiva, con diferentes formas que muchas veces pueden resultarles chocantes a los niños. Por esto es que los temas deben tocarse con cuidado y siempre con suma atención, temas que los niños precisan hablar y de los que muchas veces no saben cómo comenzar a tocarlos". Termino este punto del Capítulo con un "popurrí" de frases dichas por hombres y mujeres famosos a lo largo de la historia humana con el objetivo de que quienes las lean puedan meditar profundamente sobre lo que debe ser la confianza con sus hijos: "La confianza en sí mismo es el primer secreto del éxito" (Ralph Waldo Emerson), "Generalmente ganamos la confianza de aquéllos en quienes ponemos la nuestra" (Tito Livio), "La fuerza es confianza por naturaleza. No existe un signo más patente de debilidad que desconfiar instintivamente de todo y de todos" (Arturo Graf), "Confiamos porque somos precavidos" (Epicteto), "La única forma posible de que perduren valores tales como la confianza y la prudencia, es a través de un estrecho contacto" (Winston Churchill), "La confianza en sí mismo es el requisito para las grandes conquistas" (Ben Jonson), "La confianza no es otra cosa que confianza" (José Víctor Martínez Gil) "La vida no es fácil, para ninguno de nosotros. Pero... ¡Qué importa! Hay que perseverar y, sobre todo, tener confianza en uno mismo. Hay que sentirse dotado para realizar alguna cosa y que esa cosa hay que alcanzarla, cueste lo que cueste" (Marie Curie) -con esta frase en particular discrepo en eso de que cueste lo que cueste puesto que hay cuestiones, como el Cristianismo, el amor, la nobleza, la amistad, el compañerismo... que no se venden por nada- , "Como es nuestra confianza, es nuestra capacidad" (William Hazlitt), "Siempre es mejor actuar con confianza, no importa si es poca" (Lillian Hellman) -también discrepo de una parte de esta frase puesto que opino que siempre debe ser mucha si queremos tener éxito-"Trataba de un modo tan natural a la gente que conocía que pronto gané su confianza, lo que me permitió aprovechar únicamente sus cualidades. Con frecuencia me sorprendió mucho descubrir la facilidad con que conseguía mis objetivos, en comparación con otros que habían recibido una educación muy superior a la mía" (Robert Owen), "Como el contagio de una enfermedad, el contagio de la confianza puede generar más confianza" (Marianne Moore), "Cuando te vaya bien llévame contigo, cuando te vaya mal no me defraudes" (Bob Marley), "Para tener sabiduría es necesario tener fuerza interior. Sin un desarrollo interno, podemos perder la confianza en nosotros mismos y el valor. Lo imposible puede ser posible con fuerza de voluntad" (Dalai Lama) "Sólo los líderes capaces de inspirar confianza en base a su carácter pueden mantener a todos centrados en las tareas importantes" (Warren Bills) y "Si nada queda de estas páginas, esperamos que por lo menos algo permanezca: nuestra confianza en el pueblo. Nuestra fe en los hombres y en la creación de un mundo en el que sea menos difícil amar" (Paulo Freire). Pero especialmente descado las dos de Stephen Covey que dicen: "Si uno quiere despertar confianza, debe ser digno de confianza" y "Creo que si el lector cultiva el hábito de mantener siempre las promesas que hace, tenderá puentes de confianza que pasen sobre las brechas de incomprensión que puedan existir entre él y su hijo. Entonces, cuando el pequeño quiera hacer algo que uno no quiere que haga, y cuyas consecuencias puede prever una persona madura, pero no el niño, podemos decirle: "Hijo, si haces esto, te aseguro que esto otro será el resultado". Si en ese niño se ha cultivado la confianza en la palabra de los padres, en sus promesas, seguirá el consejo". Y aporto una recién inventada en estos mismos instantes en que escribo, por mi persona: "La confianza es siempre aquello que nos hace ser amigos de nuestros hijos e hijas sin que exista distancia de edades porque somos una misma edad familiar" (José Orero De Julián). 15.4.- El "quemeimportismo". Comienzo imprimiendo en este Ensayo un texto que aparece en la obra titulada "El pensamiento vivo de Benjamín Carrión" que escrita por mi esposa Liliana Del Castillo Rojas y yo mismo, nos valió para ganar el Concurso Nacional de Ensayos de la Casa de la Cultura de Guayaquil en 1996 y que se publicó, en junio de 1998 en la Colección Letras del Ecuador (es el ejemplar número 155 de dicha Colección). Es el siguiente: "En dos momentos coyunturales de su vida, Benjamín Carrión se dirige directamente a los ecuatorianos ("Cartas al Ecuador" de 1943 y "Nuevas Cartas al Ecuador" de 1960, aclaro) a través de obras plenas de irónica exposición léxico-semántica, para hacer reflexionar a sus compatriotas sobre las graves deficiencias de costumbres que son de origen secular y que se arrastran como rémoras en el comportamiento social; dando, a veces, mala imagen en lo interno y externo de la consideración ecuatoriana. Con mucho amor -dejando traslucir las decepciones que en su ánimo producen estos inexpugnables baluartes del comportamiento ecuatoriano- Carrión hace una larga exposición de las varias virtudes que observa en le común de sus ciudadanos pero, a la par, de las graves conductas, bastante extendidas a nivel popular, que se traducen en el "quemeimportismo", la nefasta educación literaria de los "caramelos" psicodramáticos, las faltas de compromiso a la hora de ser sinceramente auténticos, el disimulo de la realidad personal, lo aparente, la patética viveza criolla... Actitudes que Benjamín Carrión observa finamente para luego intentar corregir a través de una dura crítica que rompa la pobreza de los vicios idiosincrásicos de las gentes dadas a la medros y mentirosa estafa de picarescas ya obsoletas para el siglo XX. En estos libros, verdaderas confesiones al pueblo, se reflejan también algunos complejos de inferioridad que se ocultan en las falsas historias familiares de "sangres azules", destellos de soberbias irreales, "populismos" políticos que facilitan el engaño electoral, el arribismo de los amiguismos, los cambalaches y las "palancas" en los cargos públicos, etc. Toda esta crítica la hace Carrión porque ama profundamente a su país y desea presentar estos "retratos" sociales para transmitir a sus compatriotas el enorme deseo que él tiene para intentar reeducar a gran parte de los habitantes del Ecuador" (páginas 191 y 192 del citado libro). Yo hago extensivo estos problemas a nivel de todos los pueblos de la Tierra en la actualidad pero entresaquemos sólo dos cuestiones del texto: ¿quién fue Benjamín Carrión y qué es el "quemeimportismo"?. En cuanto a Benjamín Carrión he de decir que fue uno de los más grandes escritores-pensadores de Ecuador y de toda América Latina (lo que le hace ser, de paso, un gran escritor-pensador a escala mundial) y en cuanto al "quemeimportismo" antes de tratarlo personalmente vamos a ver qué dice de ello la Real Academia de la Lengua Española. Pues sí. Consultando su Diccionario dice lo siguiente: "Coloquialmente hablando, en Ecuador, es una actitud de indiferencia y apatía ante los asuntos propios o los sociales". Trasvaso dicho ecuatorianismo a cualquier idioma de cualquier otro país (porque está demostrado que hoy en todo el mundo existe bastante "quemeimportismo") y me queda el presente relato para demostraros lo que es. Lo he publicado en la Revista ecuatoriana "Espacio U" (número especial de agosto de 1996) y también en Vorem.com con el título de "¿Quién eres tú...?". Es para pensar y meditar largamente después de haberlo leído. "Al igual que todos los días, Jaime Sabido llega a casa alrededor de la 1,30 p.m., almuerza y se encierra en su habitación para oír el disco de "The Stranges Grandees" y, mientras escucha "soy un verdadero enigma para ti, que juegas a charlar con las paredes intentando recoger elogios sobre tus grandes encantos personales", se abre la puerta de la sala de abajo y atruena la misma voz de siempre: !!"Puerco Espín"!!. Y entonces sabe que debe dejar a un lado las erizadas espinas de su carácter y salir a dialogar... - ¿Ves cómo era cierto lo que yo decía?. He consultado con tío Alberto y, además, escucha lo que dice el diccionario: "Comunicación, dos puntos. Transmisión de la información en el seno de un grupo, considerada en sus relaciones con la estructura de este grupo". - Pero... - No contestes de esa manera a tu papá -recrimina mamá Luz- a ver si aprendes que lo que él dice no tiene vuelta de hoja. Jaime da vuelta a la hoja del libro que tiene entre sus manos y se atreve a continuar. - Es que en esta ocasión... - "Ocasión, dos puntos" -interviene "Rose Marie" que estudia para azafata y no desea que se la llame "Rosita" como siempre fue- "Objeto vendido a un precio inferior al habitual"- termina "Rose Marie". En ese mismo instante la voz de "Radio Understanding" informa que "según diálogo directo establecido entre Simon Peres y Yasser Arafat, se ha llegado al acuerdo de que no se ha llegado a ningún acuerdo en el problema de los altos del Golán"... - ¿Quién ha goleado a quién?... - !Argentina al Perú, papá!. !Ha debido ser Argentina al Perú... porque hoy jugaban para la Copa América! -deduce el pequeño Juan "White-Striped" Sabido. - Yo quisiera -intenta volver a la carga Jaime... Pero papá Sabido ya se ha lanzado sobre el televisor. - "El acuerdo al que se ha llegado entre Simon Peres y Yasser Arafat establece que, al no poder existir acuerdo alguno entre ambos líderes, se decide que intervenga Bill Clinton en fecha que se acordará debidamente. De momento, ambas partes han establecido, de mutuo acuerdo, que si no existiese un acuerdo definitivo, la cuestión de los Altos del Golán continuaría sin posible acuerdo". - Estos políticos... - ¿Te has puesto de acuerdo con tío Alberto para saber que día haremos la reunión familiar? -le pregunta, amorosa, mamá Luz. - La verdad es... - "Verdad, dos puntos" -matiza "Rose Marie"- "Dícese del momento en el cual una intención, un propósito o algo semejante, debe encontrar una verificación en la realidad del instante en que se debe poner en práctica determinadas afirmaciones". Jaime "Puerco Espín" Sabido desplaza su mano diestra por las púas del pelo corto que cubre su cabeza. Piensa breves segundos. Sube la escalera. Se desliza hacia el interior de su habitación y... cuando va a entrar... - !!"Puerco Espín"!!... - ¿Sí, mamá?... - Nada, nada hijo mío, en realidad no sé qué iba a decir... Jaime se tumba sobre la cama y enchufa de nuevo el "compa" disk. Se escucha la voz del cantante de "The Stranges Grandees"... "mañana quiero volver a hablar contigo para entendernos definitivamente". Y la voz de ella... "sí, mi amor, mañana seguiré sin escuchar tu voz porque el ruído de nuestras emociones me lo impedirá". - No sé que pasa... pero cada día que pasa entiendo menos a nuestro hijo- dice papá Sabido. - No te preocupes, Aristóteles -responde mamá Luz- llegará un día en que todo se aclarará... Y entonces es cuando se apaga la luz por falta de fluido eléctrico. Enmudece la voz del locutor que hablaba por "Radio Understanding". Desaparece la imagen televisiva que emitía "Informativo General". Y el "compa" disk letal, deja latir en el ambiente una frase inacabada: "¿Quién eres tú... que tan cerca estás de mí y sin embargo... José Orero De Julián "Diesel"Revista Espacios U de la Universidad Central de Quito (Ecuador)Agosto de 1996. Me parece ya bien aclarado lo que es el "quemeimportismo" trasvasado a la realidad de muchos ambientes familiares entre padres, madres, hijos e hijas en el día de hoy y a escala planetaria. Un psicólogo argentino tiene escrito en Internet otro texto que también lo define acertadamente: "Explícito e implícito-La arbitrariedad con sus formas explícitas e implícitas: A décadas, de haber pasado por una arbitrariedad total y abierta aún no se ha logrado un término de arbitrar - cuando ello es necesario - desde la lógica, la flexibilidad, el sentido común etc... O bien se mantiene el poder arbitrario absoluto o bien se usa su aparente contrario. El light, el "hacete cargo vos", - expresiones del autodenominado y pretendido post-modernismo - que desde el número pasado lo castellanicé con el término quemeimportismo. Asombra, alarma, asusta. Asombra el escuchar - padres ellos, docentes ellos, abuelos ellos, adultos ellos - que las órdenes, los límites a los hijos SIEMPRE deben ser explicadas. Pues sino es arbitrario. Esto, simple y llanamente: Es imposible. Por maduración del conocimiento y la inteligencia no se pueden entender todos los porqués antes de pasada la adolescencia. Nunca vamos a entender totalmente todos los porqués del otros. Aunque se entiendan los argumentos no hay obligación de aceptarlos, si hay explicación se da la posibilidad del disenso, aún en los niños. Los porqués de uno pueden no ser válidos para cualquier otro. Hay órdenes, límites inamovibles, no negociables (pobres de los padres que no los tengan y más aún pobres de esos hijos) y cuando se explican los porqués se transforman en negociables, cuando se explican comienzan a ser negociados. Esta concepción de explicarlo todo justamente, en general, es la arbitrariedad encubierta. Así como suena y resulta tremendo: bajo la careta de no ser arbitrario se ejerce arbitraria e imperceptiblemente el poder. Veamos un ejemplo: - "Andá a comprar atún, Juan, porque lo necesito para la cena y ya cierra el almacén". - "Esperá que termino este juego, ya voy" - "Ya son las ocho, hijo, y si no vas ahora no voy a poder hacer las empanadas de atún". - "Ahh, pero yo prefiero de jamón y queso y eso hay". - "¡No!, porque. . .", y así de corrido "... bué, deja que va tu hermana que es mas voluntariosa que vos". Y colorín colorado, empanadas de atún no se comieron pues el almacén ya había cerrado. ¿Resultado?, ¿además de perderse toda la familia las empanadas de atún?: múltiples arbitrariedades: desvalorización del hijo en comparación con la hija, valorización superior de la hija en función de conseguir lo que no se anima a exigir y de los hijos sobre madre y padre. Y todo en gran clima gran de democracia, explicaciones y ecuanimidad. - Alarma que se consienta en el poder absoluto a determinadas autoridades, pasa en la casa, en la escuela, en los poderes más elevados de las instituciones. Poder arbitrario, en el sentido de contrario a la justicia, ya que la justicia contempla la posibilidad de disentir con las autoridades: libertad de palabra que se llama. - Asusta, el quemeimportismo, en nombre de no ejercer arbitrariedades. Quemeimportismo en no saber poner fin a relaciones que dañan a nuestros hijos. Quemeimportismo en seguir permitiendo que amigas/os, vecinas/os, parientes, alumnas/os sean maltratadas/os. Y está claro que esto es falta de protección a la persona en especial niños y adolescentes. Falta de protección que lleva a que se ejerzan sobre ella arbitrariedades. ¿¿Sería otro tipo de arbitrariedad encubierta??. - "Hija, a mi me parece que ese chico no te conviene, te golpea mucho, de todos modos yo no puedo decidir sobre tu vida, vos sabrás". Mirar para otro lado y dejar que se ejerza el poder en forma arbitraria, en tanto se explica lo inexplicable, es una forma más de ejercer el poder absoluto, por actuación o por omisión. La cobardía de enfrentar la responsabilidad de la prohibición, la cobardía de la denuncia, la cobardía de la negación decidida e inhibidora a conductas que degradan, deterioran y aniquilan, cerrar los ojos, no ver, no escuchar, no actuar ante hechos déspotas y salvajes es una complicidad hacia dichos hechos y a las personas que ejercen abiertamente ese tipo de poder". ¿Y que tal si terminamos este asunto con algún otro punto de vista hecho público?. Vamos a buscar. Vean "Aprendiendo a desaprender de un seguidor (o seguidora pues no conozco su género) cristiano: "Anoche me estaban callando porque no dejaba ponerle atención a la novela, mientras les protestaba al decirles que mas les interesa estar observando esa gente lloriqueando, que solo demuestran la malísima karma que tienen [los personajes de las telenovelas] por estar de vagos en lugar de trabajar o estudiar o hacer deportes. Y cuando me decían que no hacian nada malo, que solo estaban viéndolos, les replicaba que en lugar de estar viendo tantos malos ejemplos, deberían estar previniendo a nuestros familiares y amigos en el Ecuador sobre esos criminales que siguen engañando a tantos incautos, que cobran miles de dólares ofreciéndoles un ideal. Hoy me sorprendió en cambio buscar la palabra “quemeimportismo” en la Internet, y encontrar un monton de enlaces relacionados al Ecuador; mezclada con las palabras cotidianidad, sinvergüencería, impunidad, pereza, mezquindad, egoismo, pesimismo, entre otras tantas negativas. Es como que en eso estamos… ¿o es que tampoco nos importa?". Y terminemos enfocándolo desde un punto de vista filosófico por ver si tiene algo que ver con el pensamiento humano. Lean porque no tiene desperdicio alguno. Viene en Internet y lo escribe Alejandro Ippolito: "Seguramente usted no sólo sabe de qué se trata sino que debe presenciar frecuentemente expresiones originadas en esta corriente de "despensamiento". Fíjese y después me cuenta. El Quemeimportismo es una importante corriente filosófica que adhiere a René Descartes sólo en un punto: cree que el otro es descartable. Esta forma de pensar hace que el cuerpo se retrotraiga al período fetal y el sujeto quemeimportista termina observando únicamente su ombligo. Esto, como es lógico, le quita posibilidades concretas de observar lo que sucede a su alrededor, deja de considerar como importantes a su entorno y a los demás individuos, ya que este ensimismamiento lo lleva a pensar que sólo él existe. El Quemeimportismo se nutre de sujetos egoístas. Pueblan sus filas el mediocre, el oportunista, el desconsiderado y los sucios vocacionales. No es necesario que exclamen el clásico verso que corona su escudo: “Y a mí qué me importa” devenido del antiguo “No calentarum largum vivirum” ya que su filosofía se demuestra menos por la declamación que por la acción. El quemeimportista es básicamente un activista. Demuestra con hechos – o con desechos – su ferviente pasión por ignorar la existencia de su entorno. De esta manera encontramos seres desaprensivos que colman de basura las veredas, amontonan porquerías que por el solo hecho de estar a más de un metro de sus puertas ya no son parte de su responsabilidad, escuchan música a todo volumen porque el vecino no sólo no importa sino que es sordo, ensucian o pintarrajean esculturas y demás objetos de disfrute público - lo que no enchastran directamente lo rompen -andan por las calles con sus vehículos sin luces y cruzan las esquinas como si sólo ellos circularan (de hecho eso es lo que creen), conversan a viva voz en los colectivos de larga distancia en el justo momento en que todos pretenden dormir; y una importante cantidad de inconductas sociales que forman parte de los cien mandamientos del buen quemeimportista. Ensucian, molestan, prepotean, ignoran, ventajean, se abusan y sólo registran al otro si es que van a utilizarlo. El ombligo es un cráter pequeño, insignificante, pero cuando ocupa toda nuestra atención se convierte en un verdadero universo atestado de ignorancia y estupidez. Los adherentes al Quemeimportismo se cuentan por centenas. No suelen ser mayoría dentro de las diferentes comunidades, pero sus acciones son pesadas y agobiantes. El ciudadano común, respetuoso de la vida en comunidad y sin mayores pecados sociales, sufrirá el avasallamiento de estos seres repulsivos: esquivará su mugre, alterará su sistema nervioso, será utilizado laboralmente para luego ser desechado como un animal sarnoso, verá su propiedad utilizada como lienzo por artistas vulgares y un sinnúmero de agresiones cotidianas producto de esta corriente de pensamiento que crece proporcionalmente con la falta de educación. Tal es así que el quemeimportismo, a nivel mundial ya tiene una fuerza inusitada y es promovido por las grandes potencias que la practican asiduamente (ya hemos dicho que el quemeimportista es, básicamente, un militante). De esta forma se promueven masacres, se establecen acuerdos en base a desacuerdos, se entablan demandas desproporcionadas, se realizan bloqueos comerciales y culturales. Se destruyen ciudades para favorecer a empresas constructoras, se incentivan golpes de Estado, se destruye, se tortura, se secuestra, se devora, se desgarra, se viola, se asesina, se... Se olvida. Simplemente se nos olvida nuestra rotunda insignificancia. La magnífica y contundente pequeñez de la existencia. Si, ya sé, usted dirá “tanto lío por un poco de basura, mire a dónde fuimos a parar” y yo le digo que prefiero que me diga eso y no que me salga con aquello de “¿Y a mí que me importa?”. Volvamos a la relación del quemeimportismo de unos padres para con sus hijos y viceversa de unos hijos para con sus padres. ¿Qué resultado obtenemos?. No. No voy a consultar ahora ningún texto en Internet. Es fácil, muy fácil de deducir, porque el resultado que obtenemos es la incomunicación cada vez más grande hasta desembocar en la incomunicación absoluta (al menos en los temas trascendentales que son los que en realidad forman la base de una familia). Quemeimportismo social es sinònimo a quebrantamiento familiar y al quebrarse la familia se descompone todo su tejido humano. De ahí que veamos, a diario, en las páginas de sucesos hechos que hasta nos horrorizan porque éramos incapaces de llegar ni tan siquiera a pensarlo. Bien. Las cosas son como son... ¿o pueden ser de forma totalmente diferente?. Sólo sé y entiendo que con el quemeimportismo es totalmente imposible cambiar el estado de cosas que leemos, escuchamos y vemos a través de los medios de comunicación social mientras a nuestros gobernantes, políticos y líderes económicos, sociales y culturales (añadamos también a muchos líderes religiosos insistiendo que el Cristianismo no es religión) a los que parece importarles menos que un comino la incomunicación en las familias hasta que suceden las cosas que aterran y entonces les basta y sobra (quemeimportimso total) con echarle la culpa a Dios. ¿Saben ustedes qué es un comino ahora que he expresado lo de "importarles menos que un comino"?. Derivado del latín "cuminum", y este del griego κύμινον, comino es la pequeñísima semilla de una hierba de la familia de las Umbelíferas y cuando alguien nos importa "menos que un comino" (quemeimportismo llevado a la cruda realidad) es que estamos tratando de decirle que, para nosotros y aun que sea hijo o hija de nosotros, es totalmente insignificante y tienen tan poco valor (a veces muchos padres y, viceversa, muchos hijos) que prácticamente no nos vale para nada ni lo que hacen, ni lo que dicen, ni lo que piensan, ni lo que sienten... Ahora bien, cuando se produce quemeimportismo en los hijos y las hijas hemos de saber deducir, con total claridad, que eso se produce en familias donde, antes, los padres y las madres han demostrado quemeimportismo para con ellos y con ellas. 15.5.- Desarrollo de la comprensión. "Si no llegamos a comprender lo que tenemos de locura en nuestro interior no llegaremos nunca a comprendernos a nosotros mismos". ¿Quién dejó escrita esta frase para la posteridad y, sobre todo, qué tiene que ver esta frase con el asunto del desarrollo de la comprensión?. No me importa aclarar que la escribí yo y la tengo publicada en Vorem.com y a la segunda parte de la pregunta he de constestar que es necesario ya estar loco -cristianamente loco- para tener la suficiente lucidez como para poder decir al mundo que está en el mal camino. Porque observando el mapa político, el mapa económico y el mapa social de este mundo en que vivimos, si no están locos de verdad poco les falta. Empecemos por comprendernos a nosotros mismos para poder comprender a nuestro hijos. Vamos a por el tema. Empecemos por los niños y las niñas. Primera Fuente: Rahima Bladwin. "El período de aprendizaje y crecimiento más importante de cualquier otro período en la vida de un niño es desde que nacen hasta los 6 años. Entre el nacimiento y los tres años tiene lugar el crecimiento físico y un aprendizaje acelerado. A partir de los cuatro años el niño sigue aprendiendo del mundo a través del juego, imitando todo cuanto ocurre a su alrededor y manifestando su personalidad, y es así como puede ir acercándose al mundo que le rodea. Todos como padres deseamos darles lo mejor a nuestros hijos, ¿pero qué es lo mejor? Si hoy en día tenemos tantas dudas y nos sentimos tan culpables en el modo de educar a nuestros hijos es porque nos sentimos solos, y nos faltan modelos para seguir, pero todo ello se debe al resultado de estar viviendo en un momento de grandes cambios, cambios en el mundo laboral de la mujer, la distancia entre las familias, la tecnología… Pero así como los bebés vienen al mundo sin esperar que todo en nuestra vida esté en perfecta armonía, los niños no esperan de nosotros que seamos unos “padres perfectos”. La educación infantil es un proceso de crecimiento mutuo en el que los padres y los hijos crecen en escalas diferentes por medio de la interacción y los elementos que se aportan entre sí.Por otra parte, nuestra cultura considera a los niños, y de hecho a todos los seres humanos en general, como máquinas. Nuestra sociedad valora el desarrollo intelectual por encima de todo y no presta atención a otros aspectos muy importantes para el desarrollo, como la parte física, emocional y mental, así como la espiritual que resulta menos tangible. En un intento de querer obtener estudiantes y adultos más intelectuales y competentes, se está cometiendo un error que pone en riesgo a los alumnos de preescolar ya que todo ello no aporta beneficios reales, tal y como demuestran estudios donde analizan el desarrollo saludable de los niños sometidos a estímulos y aprendizajes que no les correspondían. Cada niño tiene su propio ritmo ya desde bebés, a cada uno le salen los dientes en su momento, empieza andar cuando se siente preparado, al igual que con el habla… pero cuando se trata de educación no se tranquiliza a los padres, ni se mantiene la autoestima del niño si no sigue el mismo ritmo de su clase, considerando que tiene dificultades de aprendizaje y se le lleva a clases de repaso con lo que al final el niño deja de ver la riqueza y la diversión que conlleva el aprendizaje. Esto no significa que no se tenga que hacer nada cuando se observa un problema en el niño, sino que lo que se haga esté dentro del propio ritmo de cada niño, no es sano saltar etapas, ni hacer que el niño aprenda cosas que no le corresponden para su edad. Y el hecho de que haya algo que “ahora” no sea capaz de hacer eso no significa que no pueda hacerlo más tarde. “Lo que está dormido despertará”. La clave para evitar muchos problemas en la educación infantil en nuestros días es comprender el desarrollo de los pequeños. Si comprendemos la naturaleza del pequeño mientras se desarrolla, seremos capaces de satisfacer sus auténticas necesidades a fin de lograr un desarrollo equilibrado de la mente, el cuerpo y las emociones". Sigamos con la adolescencia. Segunda Fuente: Doctor Tango. "Es de esperarse que el desarrollo de los niños de 12 a 18 años de edad abarque acontecimientos importantes y predecibles a nivel mental y físico. Durante la adolescencia, los niños desarrollan la capacidad para: Comprender ideas abstractas, como conceptos de matemática superior, y desarrollar filosofías morales, incluyendo derechos y privilegios. Establecer y mantener relaciones personales satisfactorias al aprender a compartir la intimidad sin sentirse preocupado o inhibido. Ir hacia un sentido más maduro de sí mismos y de su propósito. Cuestionar los viejos valores sin perder su identidad. Durante la adolescencia, las personas jóvenes atraviesan por muchos cambios a medida que pasan de la niñez a la madurez física. Los cambios prepuberales precoces ocurren cuando aparecen las características sexuales secundarias. Las niñas pueden empezar a desarrollar los brotes de senos a los 8 años de edad, con un desarrollo completo de ellos que se alcanza en algún momento entre los 12 y los 18 años. El crecimiento del vello púbico, de la axila y de la pierna comienza normalmente alrededor de los 9 o 10 años de edad y alcanza los patrones adultos alrededor de los 13 o 14 años. La menarquia (el comienzo de los períodos menstruales) ocurre en forma característica alrededor de dos años después de la aparición del vello púbico y senos incipientes. Puede suceder incluso ya a los 10 años o, a más tardar, hacia los 15 años. La edad promedio de la menstruación en los Estados Unidos aproximadamente a los 12.5 años. Entre los 9.5 y los 14.5 años se presenta un crecimiento rápido en la estatura en las niñas, alcanzando el punto máximo alrededor de los 12 años. Los niños pueden comenzar a notar un crecimiento del escroto y los testículos ya a los 9 años de edad. Pronto, el pene comienza a agrandarse. Hacia la edad de 16 a 17 años, sus genitales tienen generalmente el tamaño y la forma de los genitales adultos. El crecimiento del vello púbico, así como también el vello de la axila, la pierna, el pecho y la cara en los hombres, comienza en los niños alrededor de los 12 años y alcanza los patrones adultos más o menos de los 15 a 16 años. Un crecimiento rápido en la estatura sucede en los niños entre las edades de más o menos 10.5 a 11 años y 16 a 18 años, alcanzando su punto máximo alrededor de los 14 años. Los niños no comienzan la pubertad con un incidente súbito, como lo es el comienzo de la menstruación en las mujeres. Tener emisiones nocturnas regulares (poluciones nocturnas) marca el inicio de la pubertad en los varones y ocurre normalmente entre las edades de 13 y 17 años, con un promedio alrededor de los 14.5 años. El cambio en la voz en los hombres sucede al mismo tiempo que el crecimiento del pene. Las poluciones nocturnas ocurren con el punto máximo de aumento de estatura. Los cambios rápidos y súbitos a nivel físico que experimentan los adolescentes los lleva a ser tímidos, sensibles y a estar preocupados respecto a los propios cambios corporales. Ellos pueden hacer comparaciones angustiosas respecto a ellos mismos y sus compañeros. Debido a que los cambios físicos quizá no ocurran en un plazo regular y sin problemas, los adolescentes podrían pasar por etapas de incomodidad, tanto respecto a su apariencia como a su coordinación física. Las niñas pueden estar ansiosas si no están listas para el comienzo de los períodos menstruales y los niños pueden preocuparse si no saben acerca de las emisiones nocturnas. Durante la adolescencia, es normal que los jóvenes empiecen a separarse de sus padres y a establecer su propia identidad. En algunos casos, esto puede ocurrir sin problemas de los padres y otros miembros de la familia. Sin embargo, en algunas familias, la rebeldía del adolescente puede conducir a conflictos a medida que los padres tratan de mantener el control. A medida que los adolescentes se alejan de los padres en búsqueda de su propia identidad, sus amigos se vuelven más importantes. Su grupo de amigos puede convertirse en un refugio seguro, en el cual el adolescente puede probar nuevas ideas. En la adolescencia temprana, el grupo de compañeros por lo general consta de amistades no románticas, a menudo incluyendo "pandillas", bandas o clubes. Los miembros del grupo de compañeros con frecuencia intentan comportarse y vestirse en forma semejante, tener códigos secretos o rituales y participar en las mismas actividades. A medida que el joven avanza hacia la adolescencia media (14 a 16 años) y más allá, el grupo de compañeros se extiende para incluir amistades románticas.Desde la mitad hasta el final de la adolescencia, los jóvenes a menudo sienten la necesidad de establecer su identidad sexual, llegando a estar cómodos con su cuerpo y sentimientos sexuales. A través de las relaciones románticas, las citas y experimentando, los adolescentes aprenden a expresar y recibir intimidad o insinuaciones sexuales. Las personas jóvenes que no tienen la oportunidad de tales experiencias pueden tener más dificultad para establecer relaciones íntimas cuando sean adultos. Los adolescentes generalmente demuestran comportamientos congruentes con varios mitos de la adolescencia: El primer mito es que ellos están "en escena" con la atención de otros constantemente centrada en su apariencia o en sus acciones. Este egocentrismo normal puede parecer (especialmente para los adultos) que raya en la paranoia, el amor propio (narcisismo) o incluso la histeria. Otro mito de la adolescencia es la idea de que "eso nunca me sucederá, sólo a los demás". "Eso" puede representar resultar embarazada o contraer una enfermedad de transmisión sexual luego de tener sexo sin protección; causar un accidente automovilístico mientras se conduce bajo la influencia del alcohol o las drogas, o cualquiera de los otros numerosos efectos negativos de los comportamientos peligrosos. Los adolescentes se vuelven más fuertes y más independientes antes de haber desarrollado buenas destrezas para tomar decisiones. Una fuerte necesidad de la aprobación de los amigos podrían incitar a los jóvenes a intentar actos arriesgados o tomar parte en comportamientos peligrosos. Se debe hacer énfasis en la seguridad con los vehículos a motor, centrándose en el rol del conductor, del pasajero y del peatón, los riesgos del abuso de substancias y la importancia de utilizar los cinturones de seguridad. Los adolescentes no deben tener el privilegio de utilizar carros y automotores recreativos a menos que puedan demostrar que los pueden usar de manera segura. Otras cuestiones de seguridad son: Los adolescentes involucrados en deportes deben aprender a utilizar el equipo y los implementos o trajes protectores. Se les debe enseñar las reglas del juego seguro y los métodos saludables para las actividades que requieren niveles de destreza avanzados. La gente joven necesita estar muy consciente de los peligros potenciales, incluyendo la muerte súbita que puede ocurrir con el abuso regular de sustancias y con el consumo experimental del alcohol y las drogas. Los adolescentes a quienes se les permite el uso o tienen acceso a las armas de fuego necesitan aprender la forma segura de utilizarlas de manera legal y apropiada. Si los adolescentes parecen estar aislados de sus compañeros, no tienen interés en actividades sociales o escolares o muestran una súbita disminución en el desempeño escolar, laboral o deportivo, necesitan una evaluación. Muchos adolescentes se encuentran en alto riesgo de depresión e intentos potenciales de suicidio debido a las presiones y conflictos en sus familias, el colegio, organizaciones sociales, grupos de compañeros y relaciones íntimas. Por lo general, los adolescentes requieren una privacidad en la que puedan contemplar los cambios que se llevan a cabo en sus cuerpos. Lo ideal es que el joven tenga su propia habitación, pero si esto no es posible, deben tener al menos algún espacio privado. Fastidiar al niño adolescente sobre sus cambios físicos no es apropiado, ya que puede causar timidez y vergüenza. Los padres deben recordar que el interés del adolescente por los cambios corporales y temas sexuales es normal y natural. No significa que el niño esté involucrado en actividad sexual. Los adolescentes pueden experimentar o considerar una gran variedad de comportamientos y orientaciones sexuales antes de sentirse cómodos con su propia identidad sexual. Los padres deben tener cuidado de no referirse a los nuevos comportamientos como "erróneos", "enfermos" o "inmorales". El complejo de Edipo (atracción del niño por el progenitor del sexo opuesto) es común durante los años de la adolescencia. Los padres pueden hacer frente a esto reconociendo los cambios físicos y lo atractivo del niño, y enorgulleciéndose del crecimiento del joven hacia la madurez, sin cruzar los límites de la relación entre padre e hijo. Es normal que el padre o la madre encuentren al adolescente atractivo, especialmente debido a que el joven con frecuencia se parece mucho a lo que el otro padre (del mismo sexo) era a una edad más temprana. Esta atracción puede hacer que el padre o la madre se sientan incómodos, pero se debe tener cuidado de no crear distancia, lo cual puede hacer sentir al adolescente responsable. No es apropiado que la atracción de un padre por su hijo vaya más allá de esa simple atracción como padre. La atracción que traspasa las fronteras de la relación padre e hijo puede llevar a comportamientos íntimos inadecuados con el adolescente, lo cual se conoce como incesto. La búsqueda de la independencia por parte del adolescente se presenta como un aspecto normal en su desarrollo y el padre o madre no deben verlo como una actitud de rechazo o pérdida del control. Los padres necesitan ser constantes y coherentes. Deben estar disponibles como una caja armónica para las ideas del joven, sin dominar la identidad independiente que está surgiendo en el niño. Aunque los adolescentes siempre retan a las figuras de autoridad, necesitan o quieren límites, lo cual les brinda una frontera de seguridad para crecer y desempeñarse. Establecer límites se refiere a tener regulaciones y reglas predeterminadas con respecto a su comportamiento. Las luchas de poder empiezan cuando la autoridad está en juego o el "tener la razón" es el asunto principal. Estas situaciones se deben evitar, en lo posible. Una de las partes (normalmente el joven) resultará dominado, causándole desprestigio. Esto puede provocar que el adolescente sienta vergüenza, insuficiencia, resentimiento y rencor. Los padres deben estar preparados y reconocer que existen conflictos comunes que se pueden desarrollar durante la crianza de los adolescentes. La experiencia puede estar influenciada por aspectos sin resolver de su propia niñez o de los primeros años del adolescente. Los padres deben saber que los adolescentes desafiarán reiteradamente su autoridad. El hecho de mantener líneas de comunicación abiertas, al igual que límites o fronteras claras e incluso negociables puede ayudar a reducir los conflictos mayores. La mayoría de los padres sienten que tienen más conocimiento y crecimiento propio a medida que se levantan frente a los retos de criar adolescentes" Vamos ahora con la jventud propiamente dicha. Tercera Fuente: Erik Blumenthal. "Que nunca se imagine que los jóvenes tienen que esperar a sus años de madurez antes de poder prestar servicios de valor inestimable" (Shoghi Effendi): La historia de la vida de numerosas familias está caracterizada por una constante general: simple y sencillamente, no hay un entendimiento entre las dos generaciones. Los jóvenes viven en el futuro, los mayores en el pasado, y todos tienden a olvidarse del presente. La nota dominante es la rivalidad que con frecuencia reina en las familias, y esta falta de armonía afecta a todo el mundo, tanto a los jóvenes como a los mayores. La generación de los mayores intenta educar a sus hijos con métodos que no están de acuerdo con los tiempos en que vivimos, y constantemente tienen la sensación de estar fracasando. La gente se desalienta y teme, los jóvenes exigen más libertad y los mayores no quieren renunciar a sus privilegios. La tensión va en aumento hasta que el desafío y la rebelión se convierten en algo cotidiano; poco importa si los jóvenes se rebelan abierta o encubiertamente. Los jóvenes que no se sienten comprendidos o apoyados, buscan la aprobación de sus iguales y, unidos en su rebelión, buscan cualquier método que sirva para poner de manifiesto la impotencia de la generación de sus mayores: desorden, cortes de pelo estrafalarios, música alta, tabaco, alcohol, sexo, drogas y un rechazo total de los valores de sus padres. Solamente cuando los padres aprenden a ver a sus hijos de manera diferente, a mostrarles su respeto desde temprana edad, a tratarles como amigos e iguales, a permitirles colaborar y a darles responsabilidades, a creer en ellos, empezaremos a ver armonía, respeto mutuo, amor y estima entre la generaciones. Hay muchos padres que no están dispuestos a admitir esto, que no están preparados para ver los signos de los tiempos, para quienes todas estas ideas "nuevas" son demasiado incómodas, que, sobre todo, no están dispuesto a renunciar a los privilegios de que han disfrutado hasta ahora. Pero incluso en estos casos no hay razón para el pesimismo, puesto que aunque los esfuerzos por fomentar una mayor comprensión y una relación más armoniosa los hagan únicamente los jóvenes, aún así todavía se puede conseguir mucho. La condición previa para que esto ocurra es que se aleccione a los jóvenes a creer en sí mismos y en la capacidad de sus padres para cambiar, y dar los pasos precisos para conseguir esto. Los mayores pueden aprender de los jóvenes tanto como estos de aquéllos. Sin embargo, es tan inútil que los jóvenes intenten "educar" a sus mayores como que los educadores vean a los jóvenes solamente como ignorantes que necesitan ser formados. Las siguientes directrices pueden ser de ayuda en cualquier situación conflictiva, pero especialmente en caso de dificultades generacionales: 1) Aceptar la situación (aceptar no significa aprobar). 2) No huir del problema. 3) Procurar descubrir los motivos ocultos. 4) No guardar ninguna animosidad secreta. 5) No intentar echarse la culpa el uno al otro. 6) Analizar qué puede cambiar en sí mismo. 7) Preguntarse qué puede hacer uno mismo por aliviar la situación. 8) Olvidar la sensación de desamparo. 9) No recurrir al conflicto ni a la fuerza. 10)Recordar que la otra persona también está sufriendo. Las dos partes pueden aprender y aplicar estas pautas de comportamiento. Es totalmente inútil hacer conjeturas sobre quién tiene más culpa. Cuando la paz se ve perturbada, siempre hay dos partes. Todos cometemos errores, y necesitamos tener el valor de ser imperfectos. Es comprensible que los jóvenes piensen siempre que son sus padres quienes cometen el primer error, pero ellos tienen que darse cuenta de que si reaccionan de manera incorrecta ante los errores de sus padres, sólo van a conseguir perpetuarlos. La amenaza sigue a la amenaza, la venganza al castigo, y la guerra al uso de la fuerza. Y, sin embargo, nadie debería permitir que otras personas le digan cómo tiene que comportarse. Los jóvenes quieren libertad e independencia, pero no se dan cuenta de los dependientes que se hacen ellos mismos a causa de sus reacciones y su imitación inconsciente de los métodos equivocados de sus padres. Por razones comprensibles, normalmente a los jóvenes les resulta más fácil que a los mayores darse cuenta de cuál es la manera correcta de comportarse y de que la libertad interior, que es prácticamente ilimitada, es mucho más importante que la exterior.¿Qué podemos hacer nosotros, cualquiera que sea el lado del conflicto en que nos encontremos?. 1) Tenemos que aceptarnos a nosotros mismos, al joven y a la situación, renunciando a los sentimientos negativos, a las emociones y a las agresiones. 2) Tenemos que reconocer los problemas de los jóvenes y las razones de su rebelión. 3) Tenemos que darnos cuenta del significado de nuestro propio miedo y nuestro propio desaliento. 4) Tenemos que comprender las consecuencias del cambio de los valores sociales y el consiguiente conflicto generacional. 5) Tenemos que respetar a los jóvenes en su calidad de compañeros en igualdad de condiciones, escucharles y ayudarles a conseguir la libertad interior y a aprender a tomar sus propias decisiones. 6) Tenemos que compartir las responsabilidades con los jóvenes. 7) Tenemos que permitir que los jóvenes colaboren y debemos darles reconocimiento y prestigio, puesto que todos los grupos, ya sea en la familia, en la clase, en el trabajo o en el tiempo libre, poseen la cualidad de formar valores y, por tanto, pueden ayudar a los jóvenes a construir sus propios valores. 8) Podemos formar consejos de familia, alumnos y estudiantes, pero no de manera que sean dirigidos por adultos que no hayan sido elegidos por los miembros del grupo. Los jóvenes también deben tomar parte en los asuntos de la comunidad, porque siempre podemos aprender de ellos, con su valor y su entusiasmo. Un ejemplo de esto nos llega de Jacksonville, Florida, donde la delincuencia juvenil se redujo a la mitad tras la introducción del jurado juvenil. El jurado no tenia autoridad legal, pero sí un importante efecto psicológico, y los componentes del jurado juvenil, que tenían una mejor comprensión de sus iguales, se daban cuenta mejor y más rápidamente de lo que estaba ocurriendo, eran unos agudos observadores, estudiaban sus veredictos cuidadosamente y eran notablemente imparciales. 9) Podemos darnos cuenta de que el diálogo y la comunicación con los jóvenes en su propio ambiente es, con frecuencia, más importante que el hecho de que se les faciliten centros de recreo o educativos, o que se les dé orientación y ayuda terapéutica". ¿Cuál es el enfoque profundamente cristiano del desarrollo de la comprensión mutua de padres e hijos y/o hijas?. El hogar cristiano debe ser un ejemplo al mundo de cómo el amor de Cristo puede desarrollarse en nuestra vida. Veamos qué dice Efesios 6:1-4 y después deduzcamos lo que se ha escrito, en Internet, sobre dicho pasaje bíblico. Efesios 6, 1-4: "Hijos, obedezcan a sus padres. Ustedes son de Cristo, y eso es lo que les corresponde hacer. El primer mandamiento que va acompañado de una promesa es el siguiente: "Obedezcan y cuiden a su padre y a su madre. Así les irá bien, y podrán vivir muchos años en la tierra". Y ustedes, padres, no hagan enojar a sus hijos. Más bien edúquenlos y denles enseñanzas cristianas". El comentario de un experto bíblico que he encontrado en la red del Internet es el siguiente: "La instrucción de obedecer a los padres por lo general se aplica a los niños más pequeños. Pero ¿qué de los hijos ya crecidos? La obediencia es el concepto más apropiado para los hijos más pequeños. La honra es el concepto más apropiado para los hijos crecidos. Vemos ambos términos en Efesios 6:1,2. El concepto de la honra incluye obedecer cuando la obediencia se pide en forma correcta. Puede ser difícil para un niño pequeño entender el concepto de honrar; a él le resultará más fácil comprender la obediencia. Aprender a obedecer es el primer paso hacia el principio de honrar a los padres. La referencia de Pablo acerca de los Diez Mandamientos (Éxodo 20) muestra que fue Dios quien estableció la autoridad de los padres. Como Pablo les recordó a los efesios en el versículo 3, el mandamiento de obedecer va junto con la promesa de las bendiciones de la obediencia. Si uno aprende y obedece el mandamiento de honrar al padre y a la madre, tendrá relaciones correctas en el hogar y en la sociedad. Obedecer la autoridad de los padres prepara a los hijos para obedecer otras formas de autoridad, ya sean terrenales o divinas. No todos los adultos son padres, pero cada adulto debe preocuparse de esta generación de niños que pronto serán los líderes morales y espirituales de nuestra sociedad. Se dice con frecuencia que los padres deben pasar tiempo con sus hijos, pero a la vez, uno debe, como padre, estar atento a lo que sus hijos dicen. Cuando los hijos reciben corrección y disciplina de sus padres, este es un momento en que los padres les prestan atención. Pero si este es el único tiempo en que los padres les prestan atención a sus hijos, es probable que los hijos identifiquen este tiempo con sus padres como un tiempo de disciplina y corrección. En tales casos carecerán de la atención positiva que es tan esencial para el desarrollo completo. Efesios 6:4 da un resumen de verdades que sirven para criar una familia. La primera parte del versículo, en términos generales, les dice a los padres que no exijan demasiado de sus hijos. Los niños son sensibles y tiernos de espíritu. Los padres deben tratarlos con consideración, sin esperar que respondan como si fueran adultos. Esto no es una apelación a que los padres no disciplinen a sus hijos o de que tomen la posición de "no tocarlos". La segunda parte de Efesios 6:4 exige pasos muy positivos y activos para influenciar a los hijos para Dios. Es una tarea que dura todos los años de la niñez de los hijos, y que abarca cada aspecto de la interacción entre padres e hijos. La mayoría de los alumnos en la clase de adultos tienen un papel qué desempeñar en el hogar. Puede ser un hijo que cuida de un padre anciano; puede ser un padre y una madre que están criando a sus hijos en el temor Dios; puede ser un padre o una madre que vive solo criando a sus hijos para que sirvan al Señor; puede ser una pareja anciana que tienen hijos que tienen sus propias familias. En cada caso, Cristo desea que exista armonía entre sus miembros. Las tensiones en una relación -entre padre e hijo, entre cónyuges, entre hermanos- pueden causar que otras amistades y relaciones se desintegren. Tener paz con Dios es el primer requisito para cada individuo en el hogar. Cuando la dedicación espiritual de un miembro empieza a menguar, pronto habrá conflictos. Cada miembro debe guardar su relación personal con Cristo y a la vez permitir que el Espíritu Santo cultive en él el fruto del Espíritu. El amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza... todo este fruto es esencial para que uno se lleve bien con los demás. Sin excepción, no existe un hogar donde no haya conflictos y tensiones. Aún somos humanos y sujetos a los fracasos. Pero el Espíritu está presente para ayudar a los miembros del hogar que desean tener esa armonía sobrenatural".
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