No todo es sexo, pero si mucho sexo
Publicado en Sep 09, 2011
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Llevaron a la vecina de casa (una quinceañera) a una de esas reuniones sobre la proclamación de la castidad. La llevó su padre de la mano, acera abajo. Ella, como las demás chicas, proclamó haber cometido algún acto impuro. Pero los hombres allí reunidos, todos de camisa de cuello blanco, le solicitaron detalles. Fue cuando Joanna se dio cuenta de que iba el juego. Así pues, cempezó a explicar con detalle esos actos impuros: a los trece se tocó las tetas con alguna de sus  compañeras de clase, también le dio por enjabonarse con quien nadaba como ella las pruebas de velocidad del colegio. Jugaban a meterse los dedos en su coñito por estrenar. Luego fue cuando contactó con los primeros chicos. En su calle alguno incluso le pagó quince euros por una mamada a medianoche al amparo de un jardín. Después se cepilló a tres o cuatro de su edad. Sabía que estaba mal, pero como le gustaba, pronto se folló a seis, sieto, ocho. O quizás más. Ya tíos de veinte años. Una amiga le invitó a una orgía y, al gustarle, lo probó otras veces. No sabía decirles a los allí presentes si aquello era sexo muy duro o no, pero les aclaró que estaba enmedio de muchos otros cuerpos desnudos y con una mano frotaba un palitroque mientras que con la lengua limpiaba una vagina. Resumiendo, a sus veintidós años ella entendía que era cierto que necesitaba lo que en la reunión le ofrecían: una vuelta a la castidad mediante la confesión de cuanto había realizado.
Cuando ella calló sus ojos observaron. Y vio todos los cuellos masculinos de aquellos varones hinchados. Los rostros enrojecidos, los ojos saltones. Miró a su padre por si había metido la pata con su explicación y fue cuando recibió una ostia del demonio que le giró el rostro cúal si se lo rompieran. Y su padre la llamó ramera a voz en grito. Entonces fue cuando Joanna sintió la necesidad de huir de aquel templo custodiado por las fuerzas del bien. Salió a todo correr a la calle, vino acera arriba hasta donde me encontraba yo, sentada en un banco público y disfrutando de la levedad de la noche, se tropezó con mis piernas y cayó de bruces a mis pies. La ayudé  levantarse, la senté a mi lado y mientras observaba junto a mí como la noche extendía un suave velo cúal si lo hiciera sobre un cuerpo desnudo, me preguntó:
-¿Por qué dicen que no todo es sexo si quieren mucho sexo?
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Foto del autor Encubierta
Textos Publicados: 16
Miembro desde: Jul 26, 2011
8 Comentarios 1515 Lecturas Favorito 4 veces
Descripción

relato descuidado

Palabras Clave: sin braguitas

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



Comentarios (9)add comment
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Radharani Delgado Berjman

Me gustó mucho... es sorprendente!
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November 22, 2012
 

Aurora Colorado

el humor suaviza la dureza y crueldad que expones. Hace muchos meses que abandonaste este foro.
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October 27, 2012
 

JO. Garca

me gusto, no soy muy conocedor del todo, pero la poesia en sus duferentes ramas de sentimiento lo muestra..saludos..y si el sexo, bien amado es fabuloso..
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October 27, 2012
 

Shona Lee

"La llevó su padre de la mano, acera abajo". Para buenos entendedores pocas palabras bastan.
Relato transversal de una sociedad... encubierta.
Muy buena la crítica de Marcelo:*****
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September 13, 2011
 

Marian

El título no es muy académico. La narración tiene mucha profundidad pero no está demasiada bien escrita, amiga. Aunque el ritmo acelerado me gusta.
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September 12, 2011
 

Encubierta

Yo creo que si sartre.
Exacto Marcelo. "No es lo querían escuchar, es mucho más de lo querían escuchar". Ellos sólo estaban allí para calentarse un poquito, no para avergonzarse escuchando las intimidades sexuales de una adolescente. Les dio más de lo que les hacía falta: así lo planteo yo.
Saludos para ambos.
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September 10, 2011
 

Marcelo Sosa Guridi

Muy buen relato! Hay cierta ambigüedad al final que está buena, en esa primera persona que hace dudar acerca del alcance de lo ficticio y lo anecdótico del relato (iba a decir real, pero me di cuenta que esa palabra no encajaba: hay ficciones mucho más reales que lo que pasa el noticiero). Si no fuera por el estallido de la violencia, inevitable para la trama, casi sería gracioso ver la cara de esos hombres. No, no es lo que querían escuchar, es mucho más de lo que querían escuchar. No, no querían a alguien tan culpable, querían a alguien que pudieran perdonar para sentirse justos.
Me gustó mucho, Encubierta. Se te extrañaba por estos lares.
Saludos.
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September 09, 2011
 

sartre

la verdad al descubierto ,encubierta ,un autentico y sincero relato ,,,la pura verdad es que al hombre le da miedo la sinceridad de la mujer sobre el sexo,,,sera culpa de la educacion machista,no crees,un abrazo
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September 09, 2011
 

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