7.- Alistair M.
Publicado en Sep 15, 2011
Al llegar a la parte del relato en que el fantasma que veía Ben se presentó, el semblante de Isaac cambió de la perplejidad al enojo. Sus facciones se endurecieron y sus ojos se fijaron en el piso con cierto resentimiento. Sus mandíbulas se tensaron por unos segundos mientras pensamientos desagradables pasaban por su cabeza.
El padre Juan no pasó por alto este cambio de ánimo. •- ¿Qué sucede, Isaac? •- Fue un momento difícil, créame. Aún, y a pesar de las circunstancias presentes, recordarlo me irrita mucho. •- Puedo percibirlo. Si has permanecido con ese enojo durante esos meses, no creo que te haya hecho ningún bien. ¿Qué fue lo que te molestó tanto? Isaac suspiró, tratando de aliviarse la carga que traía encima. "Inmediatamente reconocí al monje que Eugene me había mencionado a propósito de la cueva. No dormí esa noche, temiendo lo inevitable. Al día siguiente aguardé inquieto hasta el mediodía, y me dirigí a la huerta, donde había citado a Eugene. •- ¿Qué tratas de hacer?- le dije en cuanto lo vi. •- ¿De qué hablas? •- ¡De Ben! ¡Lo estás asustando! •- ¿Yo...? •- Dime una cosa y quiero la verdad ¿Lo llevaste a la cueva? •- No entiendo... •- ¡No me mientas! Eugene me observó con cautela, algo que me cayó raro desde luego. Acostumbraba sulfurarse y gritar a diestra y siniestra cuando se le confrontaba. Pero su actitud había cambiado conmigo desde que me había llevado a aquel espantoso lugar. •- ¿Qué le pasa a Ben? •- ¡Cómo si no lo supieras! •- No lo sé, es la verdad. Jamás lo he llevado a la cueva, ya te lo dije, eso es algo que queda entre nosotros. Lo que Eugene me decía se escuchaba congruente. Pero desgraciadamente yo ya no le creía. •- Ben ve el fantasma de Alistair M. Se le aparece en la noche y le dice cosas extrañas. Eugene se quedó pensativo unos instantes. Se veía preocupado. •- No le he contado a Ben nada acerca de Alistair M. Sabes que no soy muy comunicativo con él. Una súbita preocupación me asaltó de pronto. •- Tal vez habló con él durante el concierto de pascua, de igual forma que tú. •- No lo creo. Recuerda que Ben enfermó durante esa semana de varicela. •- Eugene... tú hablaste con ese tipo. Ahora se le aparece a Ben... ¿Cómo es que está vivo? Eugene me miró con cierto remordimiento en su rostro. Luego dijo algo que me indignó aún más. •- Isaac... Alistair M. no existe... lo inventé. Jamás hablé con él. Lo que experimenté en ese momento no lo había sentido anteriormente. Algo en mi interior se hizo pedazos. Ya no pensé en lo complicado de todo aquello, sólo me sentía profundamente decepcionado. •- ¿Me engañaste?- le pregunté casi al borde de la rabia. •- No del todo- aclaró Eugene, que estaba realmente alarmado por mi enojo -parte es cierto. Pero es difícil de explicar la verdadera razón por la que llegué a la cueva, temí que creyeras que me había vuelto loco. •- Loco ya estás, hermano. ¿Y por qué le andas contando a toda la gente semejantes mentiras? Si no sabes cómo explicarlo mejor mantén la boca cerrada. •- Ya te dije que no le he dicho a nadie más que a ti, Isaac. No sé como diantres sabe Ben de Alistair M. ¡Lo juro! •- Todo esto es muy sospechoso Eugene. Nunca has querido a Ben, jamás te ha simpatizado. Si pudieras quitártelo de en medio para seguir siendo la primera voz, sería excelente idea ¿No es así? Eugene no supo qué decir. Quise pensar que estaba avergonzado por su proceder, pero me dio la impresión de que en realidad su mente se ocupaba de otros asuntos. Entonces me propuso algo completamente ajeno a la conversación. •- Hace mucho que no vas a la casa, Isaac. Te invito este fin de semana ¿Qué opinas? Le miré de reojo. Eugene me preocupaba, realmente estaba perdiendo el juicio. •- ¿Piensas congraciarte así conmigo? •- En parte, no voy a negarlo. Pero también quiero que veas algo, es la verdad sobre la cueva. •- Lo único que me interesa es que dejes a Ben en paz, Eugene. •- Entonces debes acompañarme a casa, Isaac. Allí lo entenderás todo."
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Antonio JImenez Villa
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