Dado que
Publicado en Sep 22, 2011
…
Hoy he estado en clase, lejos de atender a una mera chapa leída en voz alta (esta nueva iniciativa de traer a profesionales en vez de profesores resulta un fracaso lamentable) he leído durante hora y media la recien empezada autobiografía de Ray Charles, el más grande. Una verdadera expresión de sentimientos y un talento natural para describir su entorno (aún siendo ciego). En fin. Aeroplano de RHCP. Es una oda a la música en toda regla. Gran disco el One Hot Minute, que a pesar de ser considerado un fracaso (porque lo es en números) me parece uno de los discos con más alma y curiosidad de su discografía. Navarro por sacar a flote el barco. Una canción que rebosa ganas de vivir solo por la música, esa mujer que entiende a todos y puede acostarse con todos. Y todas. Tuve una buena idea. Tendré mejores siempre que a los demás se les ocurran las peores. Era yo el único que leía la autobiografía del que seguramente será uno de los mejores músicos de todos los tiempos, pero no era el único que no obecedía las palabras contundentes del profesor, “profesional” en empresas de Marketing. De vez en cuando he levantado la cabeza y la he girado, disimuladamente, en medida de lo posible, para ver si ella hacía lo propio. Debo ser imbecil tratando de parecer alguien interesante leyendo un libro a su izquierda, mas no pienso si soy deficiente si para ella soy eficaz el ras de su pensamiento, de sus curvas, de su mente. Tal vez ella esté inmortalizando el momento pintando un cuadro, escribiendo o contándolo. Puede que se esté comprando unos zapatos. No lo se, pues no conozco los dueños de los látigos que mueven sus ojos cuando me miran. Porque si hay algo que me obligue a hacer un posible ridículo, eso son sus intermitentes miradas, al frente, hacia los lados o hacia atrás, siempre puedo contar con un percibir el atisbo de su genialidad concentrada. All this love de Bria Valente. ¿Qué voy a hacer con todo este amor que me acorrala contra la pared?¿Puedo abrazarlo sin que me muerdan sus dientes? Vamos a crecer, vamos a ser más mayores aún. Qué sorpresa. Algo tan obvio que no vemos, o quizá no queremos asumir dado el alto consumo al que nos hemos visto sometidos en esta etapa. Esa etapa de bipolaridad, en la que eres ya un adulto, pero quieres serlo aún más, y en la que al dormir quieres olvidar y revivir exactamente lo vivido hasta hoy, pues no recuerdas lo que era sentirlo con esta otra mentalidad. Idioteque de Radiohead. Perspicaz. Escuchen buena música por favor. Que les haga sentir triste y feliz, el mismo día, la misma canción cuando has aprobado o tienes una buena noticia, que cuando te ha llamado a la puerta el desamor. Qué gratificante es hablar del mal propio inexistente, cuando todo es tan perfecto. Race de Prince. Buenísimo. Cuando todo eso es mentira, que ofendería a cualquiera que pase por lo susodicho, tengo que decir que es un plan arriesgado carcajearse del destino, pero para eso estoy aquí, para reírme de él, de ti y de mi mismo. No quiero llorar por ti ni por mí, y menos por el primero en alzar el mazo creyendo que tiene realmente poder sobre mí. The love we make de Prince. Una canción cuya letra merece ser leída (hazlo) porque la metáfora se ríe, cada vez que se acuerda de cómo pudo adoptar la forma que quería “el artista” en 1997. Brillante pero cambio de canción. Tras pasar unas 10, me quedo en Freddie Freeloader de Miles.
Página 1 / 1
Agregar texto a tus favoritos
Envialo a un amigo
Comentarios (0)
Para comentar debes estar registrado. Hazte miembro de Textale si no tienes una cuenta creada aun.
|