Yo pisare las calles nuevamente,
Publicado en Sep 24, 2011
"A los chilenos"
El noticiero decia con colores saltones: "nada es gratis en esta vida" Así con verónica, nos habíamos impregnado los olores de los cines a todo color, de las caminatas interminables por los bares y las plazas, de nuestro aliento a lucha, de nuestras marchas por las calles de una Santiago doliente, impregnado de las noches inconclusas de asambleas y el grito del diarero sismo en oriente, muertos y heridos en todos lados, demagogias políticas por todos lados. Días en que mi sabana se impregna en el perfume carmín de tu espalda, mientras acordábamos encontrarnos en el viejo muelle de tablones podridos y clavos oxidados. Yo con mi improvisada caña de pescar, que con sus cinceladas de azul me sumergía en la profundidad más cercana, mientras que vos te mojabas los pies o tratabas de darme conversación, hasta que finalmente te dabas por vencida y te ponía a jugar con las piedritas o mirar con asco las lombrices y luego a mojarse los pies. Mientase que yo , ya más allá del firmamento de nubes me preguntaba por cientos de cosas. El sentido de los ciclos incompletos, historias de amor a medias, de la mierda del mundo, de las manos asesinas, de todas nuestras guerras todos nuestros miedos. Y lo enfrentaba con la mano que contrasta con su hechizo, la de mi maga, mi testigo, mi espía. De quien inútilmente piensa en rescatarme ,de mi canción más sencilla, de mi siguiente discurso sobre el derecho a la educación, su cabello obscuro sobre el hombro y la forma correcta de escupir cangrejos. Todo ello mientras la tarde se desangra en el río, la agonía roja enfermiza encandila mientras va cayendo de rodillas sobre el río. En cierta forma yo comprendía que verónica era una noche, un misterio en cada silencio, , yo intuía que ella sabía de todos mis pensamientos, porque le bastaba con mirarme para saber que mis cinceladas de azul eran excusas para evadirme de este sueño. Y en el fondo yo temía que un día un ojo enorme empiece abrirse sobre ella. Sabíamos que no era amor, porque mi vida el amor debía ser otra cosa, algo menos vago e inconstante, que nuestra paz, libertad con cadenas, triste aguacero del verano que nunca pude entender. Ahora se para detrás de mí, me abraza posando sus manos por mi cuello, choca su cabeza suavemente con la mía, se acerca a mi oído y susurra .-¿en que esta pensando esa cabecita revolucionaria?. ¿No te das cuenta que los pececitos ya te comieron la carnada?.- .- essste claro que sí, igual no hay pique hoy!.- .- pero los de allá (señala con su índice) sacaron como 2 o 3 .- .- (que se maten), bueno mejor nos volvemos, trae las galletitas.- Por la noche cuando me hallaba solo, en el balcón de mi departamento o acostado sobre la cama mirando el techo, volvía sobre esos pensamientos y entonces me preguntaba por cuanto tiempo podría guardar todos estos olores en mi mente, de la fragancia de carmín en las sabanas, de nuestros bares y plazas, por cuanto tiempo guardaríamos el fuego de la lucha apasionada, del los hematomas que ocasionan los carabineros sobre el lomo, de comprender desde tempano, que nuestro camino es la meta. Y dormirme quizás tontamente, con la ambición de que siempre estaríamos impregnados de este mundo de recuerdos. copiar/pegar contradicciones de Piñera, la mentira neoliberal http://www.youtube.com/watch?v=F4lLShxVUik Yo pisare las calles nuevamente Silvio Rodiguez http://www.youtube.com/watch?v=n2GvWyqs6DU
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Delfy