Una joven y bella dama
Publicado en Sep 28, 2011
Una joven y bella dama se encontraba bajo un viejo paraguas siempre parada con la mirada fija en la distancia. Esa joven dama parecia una estatua esculpida en medio de la rutina diaria de quienes ahi habitaban, ella solo ahí parada estaba esperando algo que nadie comprendía, esperando a alguien que nadie conocía.
Con el cielo azul de compañero, con las gotas de lluvia bañandola y el frio aire despeinandola ella cada día aparecia bajo su paraguas en medio de la multitud de personas que simplemente la ignoraban. Vestida con gran esmero esa blanca piel invitaba a colorearla cada vez que a su lado pasaba por esa calle tan transitada, pero su mirada nunca hiba dirigida a nadie más que la distancia. Yo soñaba con esa dama, noche tras noche yo la imaginaba recreando la historia de la persona que ella esperaba, siendo a veces su padre ó un buen mozo que la enamoro. Algunas otras veces me apetecia imaginar que ella ni siquiera existia, que era de un lugar distante y facinante, que ahi donde ella esperaba estaba la puerta para regresar a su casa. Su viejo paraguas finalmente se vencio contra el tiempo y el clima que le abrazó, pero ella no por eso le abandono. Su nuevo adorno era un sombrero pasado de moda que cubria perfectamente su cara mientras su vieja sombrilla ahora como bastón le servia. Así que mientras el reloj del tiempo seguía ella de ahí no se movia. La joven y bella dama en una mujer de pelo blanco se convertía, su piel blanca con arrugas se llenaba mientras su ropa los agujeritos carcomian. Esa fina estatua se degradaba con cada tic tac que los años marcaban. La gente que ahí habitaba de loca la tachaban pero ella nunca los escuchaba, ella lejos de todos nosotros habitaba. Para mí ella nunca dejo de ser esa bella y joven dama que a alguien ó algo esperaba. Esa fina estatua esculpida en el camino que yo transitaba en mis días de colegio, de parranda y trabajo, en los que llovia y nevaba, pero tambien en los que el sol quemaba. Esa joven y bella dama sigue ahi parada mirando a la distancia, aún cuando ya no hay un camino donde pararse, donde no existe ya una ciudad habitada. Ella sigue ahí mirando eso que yo imaginaba.
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luis jos
Reyna
En este caso no es solo como la veo sino el como imagino que se vera por la forma tan decidida e intrañable de sus actos en el presente. saludos.