Hoy me he levantado aunque sé que volveré a caer, en toda esta longitud del día, al proyectarme como ser viviente. Vivimos como una lluvia de ideas y hay que seleccionar todo aquello que nos sirva para desarrollarnos un poco más de lo que pensamos nada más aparecer el alba. Puede ser dífícil pero también puede ser fácil. Todo depende de los deseos que tengas en seguir la carrera o abandonar para siempre.
Siempre. Siempre es una palabra que nunca cesa de llegarnos a la memoria. Es como un parecer imposible de consolidarnos y, sin embargo, siempre es solamente uno de los sueños que es necesario interpretar. No hay mejor camino del día. Siempre. Siempre es la oportunidad de que conocer no es quimera.
Pienso en alguna ocurrencia de mi pasado y la traspaso al presente pero adornándola de una larguísima cadena de sentimientos que lo hacen imperecedero. Sirviéndome de una hoja de papel me propongo situarme en el eje tranversal de ese diámetro existente donde todo lo que me rodea es sólo un silencio lleno de ideas.
Y voy y escojo algunas para poder vivir y seguir caminando. Hay una larga línea entre lo que veo y lo que quisiera ver. Es una larga línea proyectada en el interior de mi persona que me hace sentir ligera el alma.
Con el alma sucede como con las demás pertenencias humanas. O la tenemos leve y ligera o la tenemos pesada y obtusa. No me gusta pensar en esas distancias que nos guían a callejones sin salida; y por eso, hoy, al despertar, comienzo a alargar la línea de mi existencia anímica para escribir, con total conciencia y consciencia de lo que digo, que las quimeras dejan de serlo siempre que querramos amar algo más que las apariencias de la vida. Siempre. Otra vez siempre delante de la hoja en blanco que va tomando consistencia con el esmero de mi mano para traducir lo que llevo dentro.
Hoy quería hablar de algún suceso extraño y, sin embargo, ya me véis... otra vez hablando de ese siempre sempiterno que es la luz que tenemos en nuestra presencia y en esa ausencia de los otros. Y es que siempre estamos acompañados de las leves coincidencias de los unos con los otros sin tener que acordarnos, para nada, de que aún quedan muchas horas del día para vivir.
Siempre buscamos dar rodeos en vez de atajar por el camino recto. Es una costumbre muy humana... porque siempre estamos destinados a un por qué, a un para qué, a un sentido especial de vivir cada día con lo que queremos expresar. ¿Hablar?. ¿Es necesari hablar?. Podría ser. Pero yo no me lo impongo como una obligación y me limito a escribir sentimientos en mi memoria mientras observo la luz del sol atravesando por la ventana de la biblioteca.
Siempre. Siempre comenzando a hilvanar sueños para demostrarme a mí mismo que el conocer no es quimera. Es necesario comenzar por algo. A mí me vale comenzar con un pensamiento: "Si logras sentir el día habrás andado un largo trayecto de tu exitencia". No lo escribo por causa de una quimera sino por la Gracia de Dios que me ha permitido vivir un siempre más.