La soledad de Dios y vos.
Publicado en Oct 02, 2011
Y ahora me duele la soledad de Dios
antes que el mundo existiera. No había piedra, ni la palabra piedra. Ni hombre ni mujer, ni dolor ni alegría. Los ángeles buenos le amaban como debe ser y los malos tampoco. Dios estaba solo, solo, solo y entonces pensó en María. Se enojó con algunas de sus creaturas repugnantes, Adolf Hitler, Stalin o Rafael Videla. Decide continuar. Finalmente se enamora de vos, que estás leyendo ahora este poema absurdo. Pero algo falla… ¿por qué sigues, lectora o lector, todavía triste?
Página 1 / 1
|
Jean Tonalli