Ayer so...
Publicado en Oct 03, 2011
Ayer soñé con un chico joven, guapo, apuesto, como decían nuestras abuelas. Era alto y salía de una casa-hogar para gente pobre. Lo seguí de lejos. Me tomé el colectivo equivocado...no llegaba ni de cerca a mi destino y el conductor me confesó estar ebrio. Entre risas y brubujas tintas que se mezclaban con el volante y el freno, me indicó el lugar donde bajarme. Descendí del colectivo a toda prisa. Había visto al chico del sueño y de mis sueños: lo seguí. Entró en una taberna y pidió una bebida escosesa extraña. De pronto me descubrí transformada en una irlandesa y por tanto con mi garganta preparada para cualquier grado de alcohol. Entré en el pub y pedi lo mismo que él. Se acercó el chico y me sacó conversación, ¿de qué podríamos hablar? De sueños, proyectos, creencias, ansias de cambiar el mundo, cuántas películas habíamos visto dos veces y qué diálogos sabíamos de memoria. En una representación de uno de ellos me besó apasionadamente casi sin que tuviera tiempo de oponerme. ¡No pdía creerlo! El chico más increíble del mundo me había besado, y no solo eso...cinco minutos después declaraba su amor impetuoso y se disculpaba por no haber pedido permiso para tocar mis labios. Yo me derretía literalmente y lo miraba embobada. De pronto aparecimos de nuevo en el hogar para necesitados en donde estaban limpiando y dando órdenes las hijas de una querida profesora. Los muebles se movían solos. Entré a un cuarto contiguo al comedor y vi a mi profesora hablando con alguien a quien no reconocí. Estaba confesando. Eso fue lo primero que me hizo pensar que se trataba de un aueño. Noté que el joven no estaba. Lo busqué. Salí de la casa y vi al joven de mis sueños, alto, rubio, hermoso. Lo seguí y tomé el colectivo equivocado.
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Turmalina
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Jean Tonalli