Seleccin Natural
Publicado en Oct 14, 2011
Era aquel hombre, idéntica imagen de cualquier otro.
Cualquier otro hombre que como él, el lomo se rompiera por un centavo; que entre trabajos citas y papeleos, conocía con dificultad su propio nombre. Por gracia divina se encontró un día -por fin- descansando, cuerpo en cómoda silla, cabeza reclinada y pies descalzos, -¡Al fin respirando!- era tal vez ,la primera vez que lo hacía. Sin la costumbre a su favor, se cerraron sus ojos y su mente voló. Se encontró en su sueño con desperdicios químicos, desechos laborales, todo tipo de chatarra que había él, alguna vez tratado. Viajó entre bosques y soporíferos ríos que con susurros impíos le reclamaban paz, y el sonoro y a su vez sosegador sonido del suspiroso río pareció saciar su deseado descansar. Se nubló el cielo y sin preguntar, repentinamente principió a tronar. Retumbaron con rustica rabia los feroces rayos que tan fuerte, ni Zeus podría mandar. Y el fuerte soplar del viento, y la feroz fusta eólica, le parecían silbar profecías, que ahora con miedo sí iba a escuchar. -¡Madre Santa si hasta están los animales furiosos conmigo!- Se dijo el hombre aterrado, contemplando horrorizado, su terrible terminar. Y entre feroces gruñidos y salvajes silbidos e inamansables criaturas que clamaban paz, se acordó el hombre que este horrible destino, no era sino una onírica imagen de una necia actividad. -¡Despierta!¡Despierta!- se ordenó a sí mismo sin efecto encontrar. Se tornó todo horriblemente real, hasta convencerse el hombre, idéntico a los demás, que sería este su último suspirar. Y los ríos le ahogaron y los rayos chamuscaron, y animales devoraron sin el hombre chistar. Sin embargo, no te alarmes lector, no fue esto crueldad, existe entre bestias la selección natural: Fue aquel el castigo de tan despreciable animal. 2011 ***
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