Testigo
el cielo nublado
triste color gris
de ladrillos fríos
que fue alguna vez
la pared
estrujada de amor pobre
por la espalda tibia
recargada de presión
soportada por una sola pierna
compañera de caricias
sobre un muslo
alcanzado por el aire invernal
cubierto por las huellas prometedoras
de un futuro incierto
 lengua mentirosa
serpiente silenciosa
generadora de gemidos sofocados
con movimientos eróticos
oleaje de lluvia fina
con piel virgen
entrega temeraria
de su sonrisa vertical sin frigidez
bofeteado regalo
del vacio olvidado
de una penetración al natural
inconsciente humedad interna
duración de nueve meses
con orfandad solitaria
del futuro niño abandonado
entre las moscas voladoras
comen mierda
posadas sobre sus labios partidos
y todo su cuerpo de frío
por eso todos los hoy
serán días de noche
oscura, nublada y sin luna
porque ni el verso más triste
podrá descubrir  su tiempo de sombra...