Texto sin nombre 6 De: Abraham Arreola
Publicado en Oct 31, 2011
Hola, lector; lo saludo con gusto y será para mí un placer que usted me lea en voz alta… bien leído ¡eh!, tenemos que dejarlos impresionadísimos. Vamos, no se desanime, soy un texto divertido. Le contare unos chistes después, pero primero tiene que hablar más alto, que algunos de sus compañeros están volteando para otros lados, otros se han rascado en alguna parte de su cuerpo, unos esperan que entre mis tripas este una mujer que explique lo que mi hermano mayor ha querido decir en su descripción, otros más sonreirán porque se sienten adjudicados; no tengo la certeza de donde estoy siendo leído, por eso digo esto, si soy leído en muchos lados en voz alta, tendría que estar acompañado por otro texto, y yo solito puedo; por eso he nacido así: porque soy para leer en voz alta, en casi todos lados, no para resolver los misterios que un autor dejo pendientes… no se desanime, no soy un texto común y aburrido, diría que soy un intento de metatexto; ya sabe, todo lo que diga "meta" se refiere al mismo objeto referido; como "metaperro", un perro que se refiere al perro en sí mismo, "metacognición" ahhh… "metatexto", que me refiero a mi mismo o "metameta" que es la referencia que se refiere a la referencia ya referida pero que aun no se refiere a su referencia referenciada… Espero ya esté hablando más alto, recuerde que en esta actividad usted y yo somos equipo; trate de hacer de mi cuerpo un ritmo; no precisamente cantado, pero si con algo de música en sus palabras. Estaba pensando; porque yo, texto, pienso, aunque en voz alta; todo lo que pienso está escrito ya, aquí mismo. Estaba pensando en que cantara usted una canción; una de Francisco Gabilondo Soler, no me importa que no se la sepan algunos, yo soy el texto que tiene que ser leído en voz alta. ¡Ah que bonita practica! ¿A usted no le gusta? ¡A mí me fascina! Naci especialmente para ser leída en voz alta, aunque tal vez este algo tímido porque ya he sonado por primera vez. Tengo algunos problemas de ortografía severos; tal vez, en una transcripción me tendrán que hacer una donación de acentos; o una operación a hoja abierta con lápiz de tinta china y serrucho gramatical; pero estaré bien, de eso estoy seguro. Aunque ni con los parches de Redacción Especializada puedo quitarme mi adicción por el "dequeísmo" y las "y". ¡Vamos! No se desanime, no lea como sus compañeros lo han hecho o lo harán; demuestre que usted sabe platicar con un texto, ¡Yo! "Yo, lector, estoy aburrido por que un texto según mis creencias no debe ser de esta forma" ¡Buuu! Es usted tan tradicional. ¿No lo está pensando? Disculpe entonces, yo creía que sí. Mejor le platicare como nací yo, lea con cuidado; ustedes oyentes, presten atención: escúchenos. Estaba yo en el cerebro de mi autor; al principio tenía autobuses, luego fue un balón atorado en el árbol que se encuentra en "La cancha que esta frente a la cafetería de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Autónoma de Querétaro en el municipio de Querétaro del Estado de Querétaro en el país de México del continente América en el planeta Tierra en el Sistema Solar ubicado en la Vía Láctea numero 45232134 interior H-O-L-A"; esto último (H-…) léalo como esta… para los que lo escuchan son solo letras, para usted es un mensaje; de seguro ya lo dijo: vamos no sea tan predecible, haga que del anterior punto y coma al siguiente sea en vano, son regalos para el que me lee, no los desperdicie… entonces, vi la luz, la luz de un foco roto; rompido mejor dicho, no olvide que usted tiene que leer todo lo que yo expreso ¡somos un equipo de pareja de dos!; ya no sea amargado, no piense que yo soy algo sin chiste, no me critique con sus palabras contradictorias, mejor léame en voz alta y mófese de aquellos que presumen escucharlo… después, mi composición estaba casi terminada; yo ya tenía forma, pero faltaba algo. Soy el "Texto sin nombre número seis"; estoy formado por muchas palabras, música electrónica, un código binario y un argumento sencillo. Vamos, no sea tímido: ¡Despierte! ¡Lea con enjundia! ¡Oye! ¡Oigan!, ¡escúchenme!, ¡soy el lector!, ¡todos tienen que prestar atención!, ¡no salir del salón o hacerse los genios!, ¡prohibido hablar con sus compañeros!... perdón por inmiscuirme en sus asuntos, lector, pero si fuera usted desearía que me prestaran aunque sea un poco de atención forzada o fingida; ¡haga valer sus derechos!... ¡cielos!, se me olvida que estoy hecho para ser en voz alta; entonces olvídelo. Fui hecho, como dicen vulgarmente, en "una sentada"; el miércoles a las dos con veintiséis minutos de la mañana; claro esto solo contando plasmar mi cuerpo sin forma en letras redonditas en un documento electrónico; en total fui fabricado en doce horas, o menos. Pues bien, usted lector con sus oyentes ya conocen cómo nací yo; pero tendrán el privilegio de verme morir cuantas veces quieran. Por ejemplo, este párrafo ha sido escrito después del final; ¿no es gracioso?... a mí no me lo parece, pero bueno, tal vez alguno quiera reírse para llamar la atención y simular entender a un texto que habla... ¡Anímese!, ¡que sus escuchas vean que usted tiene talento para la oratoria!, ¡mínimo! para hablar fuerte. Curioso, ya he visto mi muerte, porque la han escrito antes de este párrafo; me gusto mi muerte, es algo extraña, con posibilidad de ser criticada y muy duro. Ya estoy hecho. Todo depende de cómo (usted lector –recuerde que los paréntesis pueden ser o no leídos en voz alta, como un secreto para quien me lee-) sea leído; espero haber sido buen compañero del lector; ¡espero!, ¿poder?, ¡hacerle!, ¿sentir?, ¡bien!, ¡al leerme!... Vamos ahora si con lo bueno: Hola a todos, yo soy "El texto sin nombre número seis", tengo como gusto principal la música electrónica, pues con esas melodías sintéticas he nacido; agradezco al lector por prestarme su voz para darme a conocer; no, no soy una actividad para oratoria, aunque puedo serlo muy bien, pero estoy aquí para contarles una canción con la ayuda de mi gran lector; esta canción es en Do menor con una quinta arriba, a tres voces: soprano, bajo y tenor, con un falsete de diez segundos en cada vocal consonantonga, un pequeño vibrato en las notas yuxtapuestas, recuerde que es Do movible, puede la melodía estar acompañada por cinco pianos -las guitarras si no se tocan bien, mejor para leña-, está hecha originalmente para un tubófono parasicocromatico y unas siete mancuerdas de cloritinio alumbrante… bueno, en ocasiones soy algo exagerado; pero cuando a un texto le dan la misión de ser leído en voz alta ¡qué rayos esperaban! Bien, ya me he expresado, ahora los dejo con mi muerte; será leído con mucho gusto y en voz alta, escuchen bien, espero se hayan divertido: al menos yo, sí; y me divertiré de maravilla todas las veces que sea leído, en voz alta. Yo soy el "Texto sin nombre número seis". Tienen alguna duda, léanme, preferible si es en voz alta; no le pregunten a mi autor, el me dijo que un texto, según su profesora, tiene que ser autosuficiente; si no les parezco lo suficientemente autónomo: entonces olvídenme como lo han hecho con sus sueños de infancia.
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