Comunicacin y dalogo o quesadillas con ravioles De: Abraham Arreola
Publicado en Oct 31, 2011
Espero lo puedas leer con calma; tal vez pareció que ya no iba a aparecer nada pero… ya sabes, soy raro. En rarezas: la gente goza al decirme de ese modo; tal vez porque ellos se sienten bien siendo normales, normales como millones de personas; pues que bueno. Bueno: ahora viene el tema central, donde podrás escuchar en tu mente lo que vas leyendo; no hay problema, no tengo voz definida hasta que llegues a escucharme, así que puedes darme incluso una voz femenina. Que importa… importa el mensaje. ¿Cuál? Había una vez un lugar donde todos podían comentar; de ahí salieron varios conceptos de los que ahora, miles de años después, seguimos usando. Como introducción estuvo bueno, porque después llego el rey, el hacendado, el jefe, el amigo, la novia, el enamorado… y aquí la comunicación llego a su fin. Claro, desde hace miles de años también. Dicen las citas: la complejidad es el peor enemigo de la comunicación. ¡Pero qué basura!… Porque, ¿acaso esa afirmación, no es también una sentencia, una deducción? Un aforismo, una ley, pero no una posibilidad de debate. Incluso este texto; yo lo escribo porque quiero ser leído; analogía de hablar y ser escuchado. Analogía de hablar sin que la réplica (comentario) afecte el orden de tal discurso. Comunicación plena como tal, entonces no existe; irónicamente se puede decir. Erase una vez la metamorfosis. El rey habla, el pueblo obedece. Hasta ahora muchos asienten la cabeza; muchos, no todos, algunos vieron películas infantiles y creen que todos los reyes fueron barítonos barbudos amables y que cuidan al pueblo. Después, el jefe, dejemos ya a los hacendados, esos también estaba como los reyes; el jefe habla, el empleado obedece, claro, puesto que es el jefe, ciertamente; pero el empleado aun teniendo más conocimiento que el jefe, no podrá mejorar la empresa, ya que solo hay comunicación en una sola vía. Hasta ahora muchos, pero no tantos, asienten con la cabeza. Después, la amiga; que es la única que vive las aventuras, que es la única que tiene novio, que es la única que llora y necesita atención psicológica barata; ahora sí, esto es más cercano, ya que desde la primaria hasta en la vida laboral podemos observar este fenómeno fenomenal. El marido, que se queja por su gran trabajo, porque su jefe no le hace caso, aunque él tenga la receta para ahorrarse millones de dólares, que regaña a sus hijos porque no comprenden que él está cansado y no puede sonreír ni ser feliz; que maldice a su esposa por cocinar lo de siempre. La esposa, que regaña a sus hijos porque le han ensuciado el mantel, que sufre porque el esposo huele feo, o huele a perfume, que soporta los ronquidos del marido, que prepara el lonche para los niños y debe llevarlos a diario, que solo ve telenovelas baratas, que lee basura en revistas que sin ser cardiológicas son del corazón, que sufre porque no hay dinero, que siente miedo ante la insinuación del vecino y una cierta provocación ante los piropos de un joven preparatoriano, que llora en las noches porque ante su esposo ya no es atractiva… que sólo tiene a los hijos para desahogarse… El circulo vicioso, como muchos otros, está completo; el niño que no habla, escucha y se ahoga entre todas las vivencias confusas de los que lo rodean, el niño que habla se olvida del oído que le ha prestado la atención, gastando su boca en sandeces; porque aunque sea niño, crecerá y será un jefe, un marido, una esposa. La gente estúpida, perdón que lo escriba, pero si lo es. “Esa gente” que al ver un niño intentando llamar la atención de algún adulto, se burla con gran soltura, sin notar que “esa gente” está también tratando de llamar la atención. Y quizá del mismo adulto. Todos necesitamos ser escuchados: “Partes de diario 4” lo demuestra. Psicólogos dicen que hablar mucho, poco, o nada es normal o característico; porque a los psicólogos les prestan más atención que a un niño con diez años. Los dos merecen la misma atención. Ahora no creo que muchos asientan la cabeza; y si esto fuera oratoria, pocos estarían sentados para escuchar el final, que aun tarda en llegar. El científico que no pudo enmaromarse crea teorías donde el deseo nos domina a todos por igual; haciendo de su fracaso personal una nueva característica humana: el no fracasó, claro que no, sólo que nadie puede ganar porque así es como somos… en la teoría de aquel, a quien le dieron atención y no pudo dirigirla correctamente. Y luego, llega lo que todo el mundo esperaba… el internet. Y no es clase de historia para ver el tipo de “webs”, gracias pero mejor paso, paso de lejos a esas rimbombancias. Tú… sí, tú… ¿cansado de que nadie te escuche? Yo sé que nadie te escucha, si… te he visto cuando hablabas de la chica que te gusta; lo que pasa es que tu amigo tiene discusiones frecuentes con su novia, pero no le hagas caso, es un mal agradecido… porque no mejor… creas una cuenta de correo electrónico, abres Messenger y pones un mensaje personal a diario; algo que diga “yo soy bien machota”, “yo leo filosofía”, “se cosas que no entenderían jamás”, “ellos son lo máximo y yo una bazofia”, “este poema es para conseguir novia”, “soy bien malo y digo groserías”, “miren mi nueva canción”, “yo soy patriota y le atoro a todo lo atorable”, “la tarea de ulcerologia es para el sabadingo”, “cuento un chiste para ser popular en clase”… Esas son solo unas sugerencias; puedes hacer poemas buenos y abaratarlos en… Las redes sociales. Donde todos hablan y nadie escucha. Dicen que son efectivas, porque permite hacer muchas cosas, entre ellas: manifestarse sin tapujos y ser lo que se quiere ser. Entonces pues: si nadie sabe escuchar, ¿qué sentido tiene hablar? Y ya. Claro, por si ahora están pensando en decirle a su amigo sobre este texto para atraer su atención y hablar sin dejar opinar al contrario que este texto critica a todos menos a sí mismo; se han equivocado, porque esta es la tercera vez que autoimplico el blog, cuya función es similar a lo que describo, pero un poquitito más literaria. Los oídos deben ser usados a la par de la lengua. Existe una frase tonta “si lo sientes, no lo aguantes, exprésalo”; bien, pero ¿si nadie le prestó atención, como podrá saber que tiene voz? La comunicación se atrofia en uno mismo; en la negación de los problemas, en la terquedad, en la conducta torpe; donde la persona misma se niega a ser escuchada por el hecho de que el soliloquio es la única herramienta. Si, habla solo… ¿pero quién lo escucha? Si él no lo hace, nadie lo hará. Y por más que se hable a si mismo, jamás será escuchado. Lo demás no es pan comido, pero si algo como: rocas con leche y chocolate…
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