Simplemente De: Abraham Arreola
Publicado en Nov 02, 2011
Oye, quiero hacer un trato contigo. Sabes, es arriesgarse demasiado a estar solo; así que necesito una alianza. Te he estado buscando desde hace tiempo; no podía evitar dejar de pensar en ti; por más confuso que suene… desde niña ya te deseaba. Si me hubieras visto, estarías tan emocionada como yo. Cuando supe que ya estabas cerca, créeme, no cabía de la emoción. Conforme yo iba creciendo, estaba más cerca de conocerte y tener alguien a quien amar. Los novios pueden besar y fingir querer por años; pero tú, serás diferente a ellos, comprenderás lo que es un cariño sincero y yo seré la primera afortunada en recibir tus besos y caricias. Hare todo lo posible por que te sientas cómodo, descuida: nada te hará falta; y si algo escasea, discúlpame con toda tu alma, que siempre daré mi vida con tal de que tú me des una sonrisa, sin importar que esta sea falsa. Me esforzare porque por más de una década, vivamos en armonía. Porque llegará el día en que todo termine, pero ya te tuve y es necesario que te vayas. La gente al ver que estamos juntos, me miraran distinto: me tendrán respeto, bajaran la cabeza cuando hable, pedirán mi opinión en conflictos. Las arrugas deformaran mi cara, pero las canas adornaran mis sienes. MI alma se revestirá con el blanco de mi cabello. La espera de tu llegada, es una parte diminuta comparada con lo que después será tu ausencia. Quiero ir al grano, pero la emoción me invade, te amo tanto que no me importa que tú me dejes en la ruina, podré quererte y perdonarte después de todo. Después de todo, es mi culpa que esas cosas sucedan. Por un tiempo, te lo digo desde ahora, me veras como la mujer más hermosa e inteligente de tu vida… espero atiendas a mi aviso, porque me dolerá ver que soy sustituida por alguien que no es como yo; lo entiendo, es tu destino, pero debes escoger con más cuidado. No quiero ser grotesca, pero ahora estás débil: y yo te protegeré. Pero prométeme que cuando mi cuerpo falle, que como tu ahora este sin fuerzas, cuidaras de mi. Si no cumples la promesa, no importa, aun así te seguiré queriendo… esperando tu llamada, que dirá lo mismo, que también me amas; que me recogerás cuando te den tu casa, que tu esposa también se afana, que mejor entre viejos estoy, que ya perdí el juicio y la razón, que me aparte de tu vida, que yo no tengo corazón. Yo te diré que alguna vez lo tuve, pero te lo di al nacer.
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