Mientras seguimos al galope de los caballos, con cascos algunos y otros encasquetados como casquetes polares, nuestras Catalinas están calientes. Por ejemplo una de Huesca ha tenido una agarrón (porque para eso es Catalina de Aragón y tente tieso) con un guardia forestal que estaba poniéndola verde y tenemos a otra Catalina, ésta de Valladolid, que está en plena lid con un señor bajito que iba camino de Madrid diciendo ¡ya estoy aquí y ya estoy aquí! lo cual sentó mal a la citada Catalina y le está echando lejía a la ropa del señor bajito para ver si en Lieja dice lo mismo. Por último una Catalina médica (proveniente de "médicis medicae medicanum") quiere pinchar de lo lindo el autocar de los futbolistas del Palencia porque lo ha confundido con el autocar de los futbolistas del Valencia!.
¿Qué está ocurriendo con nuestras Catalinas españolas? Lo que yo pienso y razono y deduzco mientras oteo el otero y Julia Otero se me aparece como por arte de magia es que a nuestras Catalinas ya se les han inflado las anginas y Angelines va camino de la huerta lanzando improperios a los gatos. ¿Qué tienen que ver los gatos con que nuestras Catalinas se hayan inflado? Solamente sé que a alguien se le va a caer el pelo como se le ocurra escribir más Catalinarias porque nuestras Catalinas ya no tragan más. Y eso que estamos en crisis de hambre. Pero ocurre que nuestras Catalinas están hartas de que el hambre la haya provocado un hombre. ¡No quiero saber nada como una de nuestras Catalinas pille al zapatero remendón camino de Villabotas para seguir poniéndose las botas!. ¿Cómo estará nuestra Catalina de Villabotas? Me he enterado, a través de Catalina la navarra que Catalina de Villabotas también está hasta las narices de que el zapatero remendón no le de la cara cuando están hablando en la Tasca de Catalino "El Vecino". La Catalina navarra dice que se va a subir a la parra.
El caso es que el caso es un caso. Nuestras Catalinas ya están hinfladas y faltan sólo dos días para que nos dé tiempo a todos a reflexionar. ¿Y qué debemos reflexionar? Yo me pregunto que deberíamos haber reflexionado desde que aparecieron los huesos de Atapuerca... pero ¡que si quieres arroz Catalina! Y por eso las Catalinas de España ya no quieren reflexionar sino cortar el pelo a cero al citado zapatero que, huyendo por los corrales de las Catalinas, está más temeroso que un caballero templario ante la llegada del inquisidor de turno.
Mal andamos... mal andamos... que equivocamos los augurios de Nostradamos con lo que damos... y es que no damos más de sí y han dicho las Catalinas de España que el arroz hagan el favor de dárselo al abad para que el abad se lo dé a la zorra (dábale arroz a la zorra el abad) porque están hartas de que se lo den a ellas cuando ellas quieren repartir mojicones, tortas y piñazos... ¡y tendremos que ir!... ¿qué remedio nos queda?... a las urnas.
Las nocturnas se están durmiendo. ¿Quiénes se están durmiendo? Las Catalinas nocturnas. Y ya está... pues bueno... pues bien... pues zumba y dale al manubrio... pues estamos arreglados... pues esperemos... pues que venga Dios y lo vea... pues apurados estamos Mariano... pues vamos que vamos y vamos Alfredo... pues que vivan nuestras Catalinas levantadas en armas de trasquilar ovejos. Y es que ovejos hay un montón entre los que se nos presentan a la Elecciones Generales de no sé qué Historia de la Posmodernidad.