Comunicacin interpersonal en la pareja (Ensayo) -20-
Publicado en Nov 25, 2011
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- claves para el entendimiento de un proyecto común.
Capítulo 20: El éxito o el fracaso.
20.1.- ¿Qué entienden los padres por éxito o fracaso?
20.2.- ¿Qué es la realización profesional?
20.3.- Fabricación de campeones.
20.4.- Ganadores o perdedores, vencedores y vencidos.
20.5.- Encuentros y desencuentros de la juventud.
20.1.- ¿Qué entienden los padres por éxito o fracaso?.
Comencemos el asunto por volver a repetir algo ya dicho anteriormente. Algunos padres y madres creen, con total convicción y sin ningún género de dudas, que sus hijos e hijas deben ser una continuación de lo que ellos y ellas son. Greve error. Esto ha producido muchas tragedias humanas en jóvenes que tuvieron que asentir y aceptar la imposición de unos padres y madres que, de manera tirana y despótica, los convirtieron en seres desgraciados... porque creían, y siguen creyendo, que el éxito o el fracaso de sus hijos e hijas depende de ser tal como ellos y ellas dicen que deben ser. No tienen en cuenta algo elemental (ya estudiado en nuestro Ensayo): que cada ser humano, aunque sean nuestros hijos o hijas, son seres únicos e irrepetibles y que, por ello, desde que tienen uso de razón el éxito o el fracaso, para ellos y ellas, es alcanzar o no alcanzar las metas que sueñan desde su infancia o, al menos, desde su adolescencia. Ahora bien, ¿qué dicen algunos profesionales de la sociología y la psicología social sobre este tema?.
He encontrado el siguiente texto por mis investigaciones en Internet: "Las palabras éxito y fracaso parecen tener la virtud de hacer que nos representemos los resultados de la educación en un futuro relativamente lejano.  Así que hablar de fracaso escolar suele dejar a los padres desconcertados, un poco preocupados y, con demasiada frecuencia, sin saber que hacer. No obstante, analizar ciertos aspectos de la educación  en términos de éxito/fracaso ha sido útil para la investigación y para que, sobre sus resultados, se establezcan medidas preventivas, correctoras, etc. A veces los padres y madres preguntan por qué se le da tanta importancia al fracaso escolar y algunos añaden lo siguiente: ¿es que es el primer gran fracaso que puede vivir una persona a lo largo de su vida?, ¿es que augura que todo lo que viene detrás  va a ser necesariamente desastroso?.
Para empezar, conviene aclarar que "fracaso escolar", en su uso mas frecuente, es un término político-administrativo. Es decir que describe lo que las políticas educativas pretenden describir. Por ejemplo podría querer captar o describir cuantos niños de un espacio social, político o geográfico se quedan fuera de la escolarización, dado el objetivo de escolarizar al 100% de los niños de ese espacio. Este no es el concepto que se maneja en Europa, en el momento actual, pero si lo ha sido en el pasado en muchos países europeos y lo sigue siendo en países como Venezuela, Brasil, México, etcétera.
En nuestro entorno (Europa), el concepto se ha ido acercando al número de escolares que  terminan fuera del sistema educativo. Pero si se van tomando medidas como repetir un curso cuantos años sean necesarios hasta aprobarlo, o aprobarlo, sea cual sea el resultado  u otras alternativas encaminadas a que no salga nadie del sistema educativo, puede llegarse a unos datos que indiquen que hay un escaso fracaso educativo.
En segundo lugar conviene aclarar que determinar si los escolares han alcanzado o no los objetivos que están previstos tiene mucho que ver con los procedimientos de evaluación.
Estas aclaraciones pretenden señalar que el "fracaso", en su sentido mas profundo, no como un dato estadístico sino como el proceso que inicia, desarrolla o culmina un niño individualmente, queda al margen o sin abordar con demasiada frecuencia. En todo caso hay bastante acuerdo en que el fracaso escolar es el primero en el tiempo con ese grado de visibilidad y, sobre todo, que tiene una extraordinaria significación personal y social. Ahora bien, para los padres sería desalentador tener que esperar a que se produjeran ese tipo de resultados tan llamativos.
La historia que se ha ido construyendo delante de lo que pueda terminar siendo identificado como fracaso escolar se puede reconstruir de muchas maneras; de hecho se cuenta de muchas maneras cuando ya ha sucedido, pero merece la pena poder contarla antes de que ocurra, es decir, merece la pena investigar y averiguar qué aspectos guardan una relación más clara con el éxito o el fracaso y en qué momentos del proceso están presentes. ¿Dónde están los riesgos? Según los datos de los que disponemos podemos relacionar los riesgos con unos determinados grupos de variables o aspectos:
Las características intelectuales de los niños
Las características de personalidad de los niños
Las características del ambiente familiar
Las características del centro escolar
Un conjunto de contenidos escolares
En cada uno de estos grupos hay algún aspecto que pesa mucho, que tiene una gran influencia de cara al futuro y que tiene una gran dependencia de cómo se vayan desarrollando los cambios recíprocos de niños y padres o de niños y adultos en general.
Características intelectuales.- Inteligencia, Capacidad espacial, Factor verbal, Creatividad, Aptitud numérica, Atención, Razonamiento abstracto, Memoria
 
De este grupo hay que destacar el factor verbal, es decir: el lenguaje. El lenguaje es un vehículo esencial. Este pilar básico sufre un proceso determinante entre el primer y tercer año y entre el tercero y sexto año: primero se inicia y consolida la comprensión del lenguaje tónico y mímico, sobre esta comprensión se inicia y desarrolla la pronunciación de las palabras que permite la construcción de vocabulario y finalmente se producirá la combinación de las palabras en frases. El resultado es que a los tres años los niños tengan en su uso unas trescientas palabras y que a los seis años tengan en su uso unas seis mil palabras. ¿Cómo se ha llegado a instaurar lenguaje dónde no lo había? Las capacidades neuroanatómicas son condiciones necesarias pero no suficientes; sin la interacción con el medio no hay desarrollo del lenguaje. ¿Los niños imitan? Sin duda, pero no es una explicación suficiente. Además de imitar hacen por lo menos otras dos cosas: Identificar objetos e Identificar emociones y significados. Estas acciones requieren que las palabras sean consistentemente acompañadas de tono y mímica. Después llega ese período en que los niños se dedican incansablemente a preguntar. Naturalmente el arranque, desarrollo y consolidación del lenguaje se producirá en las mejores condiciones si el medio (especialmente el medio familiar) les devuelve un vocabulario correcto (no un vocabulario a su medida, en cuanto a su pronunciación) y una interacción activa en cuanto a la exigencia de explicación de por qué dicen la palabra que dicen. No podemos acomodarnos a ellos "entendiéndoles de cualquier manera" porque ellos necesitan "entenderse" adquiriendo esa herramienta. Nos preguntan "por qué" para experimentar con nuestro lenguaje. Descubren que es la fórmula mágica para que "hagamos palabras" y esa es nuestra más importante contribución intelectual. No hacen análisis (descomposición de las cosas) ni síntesis (unión de las características de las cosas) (dejemos esta parte del aprendizaje a los profesores).
En definitiva, a medida que se va desarrollando el lenguaje los niños introducen cambios radicales en la convivencia con sus padres y los padres cambian su comportamiento o mejor dicho se ven obligados a cambiar su comportamiento: ven cómo se rompen los tiempos y las rutinas, cómo todo empieza a exigir más tiempo y mas atención, sobre todo en comparación con las prácticas anteriores que ya son rutina.
Aprendizajes escolares.- Cálculo numérico escrito, Ortografía, Comprensión lectora. Con el fin de dar prioridad al desarrollo de los aspectos en los que los padres tienen un especial papel, no van a ser abordados aquí los aprendizajes escolares. Baste señalar la relevancia de la comprensión lectora, en la medida en que es complementario del desarrollo del pensamiento-lenguaje y en la medida en que los padres pueden colaborar muy eficazmente en este punto motivando y ayudando a sus hijos a leer, en primer lugar y a leer entendiendo, en segundo lugar.
Características de personalidad.- Motivación, Socialización, Miedo al fracaso, Tolerancia a la frustración, Auto concepto. En el escenario del niño, muy tempranamente, empiezan a entrar muy distintos protagonistas, de entre ellos hay un grupo insustituible que el  grupo de los iguales. Esa es la herramienta regia de la socialización. Convivir con niños, jugar con ellos y comunicarse con ellos son elementos definitivos para el aprendizaje humano de ese proceso al que llamamos socialización y que básicamente consiste en: Aprender a entender las expresiones y la palabra, la mímica y la táctica de los otros y aprender a tener comportamientos adecuados. Esto es lo que conocemos como esa parte de la inteligencia que se denomina Inteligencia Social. La actividad preferente de los niños es el juego, sobre esos raíles dejemos que la escuela vaya construyendo otro tipo de actividades. Adicionalmente la interacción contribuye a la definición de si mismo, de las características de uno en relación con los otros, esto es lo que llamamos auto-concepto. El éxito o fracaso de la socialización se pondrá de manifiesto en la adolescencia en términos de inhibición o en términos de agresividad y rechazo.
Afortunadamente, en nuestra cultura, no solo el contacto con los iguales es muy bien entendido por los padres, sino que un buen número de oportunidades para la vida social de los niños es fomentada por ellos. Otra cosa es cómo oportunamente nos preparamos para aceptar los cambios que vienen de la mano de esa socialización. El ingreso en la escuela y la relación con los iguales suponen el inicio de un recorrido irreversible de mayor autonomía, aumento de significados, descubrimiento de sensaciones, etcétera. A los cinco años las condiciones tienen que estar dadas y a los seis se inicia el cambio progresivo de referentes, claramente apreciable a los ocho y a los doce años.
Características del ambiente familiar.- Calidad del ambiente, Nivel socio-económico y cultural, Disponibilidad de lugar para el estudio, Aspiraciones respecto a la buena adaptación escolar, Recompensas y castigos, Antecedentes psiquiátricos, Conducta antisocial, Abuso de alcohol. Lo primero y más importante que debe ser destacado sobre las recompensas y castigos es QUE EXISTAN. La no existencia de reconocimiento explícito de lo que se hace bien y de lo que se hace mal crea un enorme desconcierto y vacío que cuesta años y empleo de mecanismos muy complejos restañar. Cuando los niños son muy pequeños, los adultos son muy proclives al reconocimiento de lo que consideran comportamientos adecuados, pero demasiado pronto tendemos a restringir los reconocimientos positivos y a señalar los comportamientos inadecuados. Esta tendencia bastante generalizada tiene distintas consecuencias.
En primer lugar privamos a los niños de una guía sobre la adecuación comportamiento-contexto, clave para el aprendizaje futuro de un conjunto importante de habilidades.
En segundo lugar, si la proporción de comentarios o indicaciones negativas se impone sobre las positivas estamos primando lo que indicamos que no debe hacerse sobre lo que debe hacerse, con muy negativas consecuencias sobre el modelado del comportamiento y el manejo de los refuerzos.
En tercer lugar vamos creando un modelo de interacción que nos va colocando en muy malas condiciones a medida que se acercan los doce años y, seguidamente, la adolescencia, etapas en las que los motivos de recriminación aumentan extraordinariamente, al mismo tiempo que hacemos una retirada masiva de reconocimientos positivos y los refuerzos paternos se devalúan frente al refuerzo de los iguales.
¿Cuándo se anuncian los riesgos? Como puede fácilmente deducirse, no hay una única señal sino  el efecto acumulativo de unos cuantos aspectos que, con el paso del tiempo y a partir de un determinado punto de inflexión, va generando efectos concatenados. Pero sí sabemos que en el mismo proceso de cambio, proceso absolutamente necesario, se anuncian los riesgos.
Los déficit del lenguaje deben ser detectados y  cuidadosamente atendidos: Los niños "callados" deben ser estimulados más que los habladores, pero no suele ocurrir así. Los niños que tienen pronunciaciones peculiares no deben ser imitados sistemáticamente por sus padres, a los niños que se explican de una forma poco compresible, pero que sus padres les entienden, deben ser estimulados para explicarse mejor.
En cuanto a la socialización hay que tener en cuenta, en primer lugar que empieza muy tempranamente y, en segundo lugar, que de la mano de ese proceso va a ir llegando la inversión de referentes, responsable de un considerable impacto negativo en la familia: Amigos frente a padres, Convivencia entre iguales frente a Convivencia familiar, Atención y refuerzo de iguales frente a Atención y refuerzo familiar.
En cuanto a los refuerzos y castigos, lo primero que hay que asegurar es que existan ambos de forma claramente discriminada y discriminable: Refuerzos y castigos verbales, premios y castigos de otro tipo, programa de economía de ficha, estrategias correctoras de tendencias de respuesta no deseables. En definitiva hay que asegurar: La existencia de ambos, La consistencia en ambos, La contingencia de ambos.
A los 6 años están servidas las condiciones para que, en un futuro muy próximo, si se produce  discrepancia, la tendencia será proteger lo que se obtiene de los iguales frente a cualquier otra opción. Entre los 12 y los 14 años nada es más importante que la aceptación y el reconocimiento de los iguales. Si el grupo de referencia próximo no es receptivo se buscará un grupo alternativo (con frecuencia un grupo de riesgo que potencia conductas de riesgo). Ante esta evidencia los padres reaccionan con angustia, con castigos, introduciendo cambios drásticos, etcétera, pero ya es tarde desde un punto de vista: los procesos que se han venido gestando desde los tres años, cuyas incidencias han pasado inadvertidas o bien se tiende a pensar de ellas que no tienen nada que ver con nada importante.
Precisamente de la necesidad de prever alternativas al grupo de iguales, se deriva uno de los aspectos interesantes de diversificar los intereses y las aficiones (aspecto que debe ser contemplado muy rigurosamente por los centros educativos y por los padres)"
Una vez conocido todo ese desarrollo de lo que pasa por la mente de nuestros hijos e hijas yo me quiero centrar, de nuevo, en la pregunta. ¿Qué entienden los padres por éxito o fracaso?. Y digo esto porque algunos de ellos o ellas, bastantes de ellos o ellas o muchos de ellos o ellas, aplican a sus hijos lo que se conoce como éxito o fracaso para la vida de los adultos (sin tener en cuenta que la realidad de sus hijos es la realidad de unos jóvenes y no la realidad de unos adultos). ¿Qué se conoce cómo éxito o fracaso entre los adultos?.
Estudiemos otra fuente de información de Internet: "El capitalismo del siglo XVIII efectuó un cambio radical: la conducta económica se separó de la ética y de los valores humanos. Se nos hizo creer que las cualidades mismas que el sistema requería de los seres humanos (egotismo, egoísmo y avaricia) eran innatas a la naturaleza humana. El industrialismo moderno ha creado un tipo de hombre: es el autómata, el hombre "enajenado". En él su razón se deteriora a la vez que crece su inteligencia. El hombre actual se caracteriza por su pasividad y se identifica con los valores del mercado. Su autoestima depende de factores externos y de sentirse triunfador con respecto al juicio de los demás. Este tipo de sociedad necesita hombres que se sientan libres o independientes, y que no obstante estén dispuestos a ser mandados, a hacer lo previsto, a encajar sin roces en la máquina social.
Una nueva sociedad es posible sólo si, en el proceso de desarrollarla, también se forma un nuevo ser humano. Debe volver a adquirir el sentimiento de ser él mismo y retomar el valor de su vida interior. En el mundo hay sólo dos maneras de triunfar: por la propia capacidad o por la imbecilidad ajena (lo dijo Jean De la Bruyére)
He aquí un lúcido y penetrante análisis realizado hace ya algunas décadas pero todavía útil para la comprensión de la situación actual y una dura crítica al tipo de sociedad que nosotros mismos hemos creado. El cambio de orientación en la mentalidad colectiva operado en el siglo XVIII. El hedonismo radical y el egotismo ilimitado no habrían surgido como principios orientadores de la conducta económica, de no haber ocurrido un cambio radical en el siglo XVIII. En la sociedad medieval, como en muchas otras sociedades muy desarrolladas y también en las primitivas, la conducta económica estuvo determinada por los principios éticos. El capitalismo del siglo XVIII efectuó un cambio radical: la conducta económica se separó de la ética y de los valores humanos. En realidad, se supuso que la máquina económica era una entidad autónoma, independiente de las necesidades y de la voluntad humana. Era un sistema que funcionaba sólo, y obedecía a sus propias leyes. El sufrimiento de los obreros y la quiebra de un número cada vez mayor de empresas pequeñas en bien del desarrollo de las empresas mayores era una necesidad económica que podía lamentarse, pero que debía aceptarse como resultado de una ley natural. EL desarrollo de este sistema económico ya no quedó determinado por la pregunta: ¿qué es bueno para el hombre?, sino por la pregunta: ¿qué es bueno para el desarrollo del sistema? Se trataba de ocultar lo enconado de este conflicto suponiendo que lo que era bueno para el desarrollo del sistema también era bueno para la gente. Esta interpretación se vio reforzada por una interpretación subsidiaria: que las cualidades mismas que el sistema requería de los seres humanos (egotismo, egoísmo y avaricia) eran innatas a la naturaleza humana;  por ello, no sólo el sistema, sino la misma naturaleza humana las fomentaba; se suponía que las sociedades en que no existía el egotismo, el egoísmo y la avaricia, eran  "primitivas" y sus habitantes eran como "niños". La gente se negó a reconocer que estos rasgos que habían dado el ser a la sociedad industrial no eran impulsos naturales, sino productos de las circunstancias sociales.
No es menos importante este otro factor: la relación de la gente con la naturaleza se volvió muy hostil. Hemos tratado de resolver nuestro problema existencial renunciando a la visión mesiánica de la armonía entre la humanidad y la naturaleza, y al conquistar a la naturaleza, al transformarla para nuestros fines, su conquista se ha convertido, cada vez más, en equivalente de destrucción. Nuestro espíritu hostil y de conquista nos ciega al hecho de que los recursos naturales tienen límites y pueden agotarse, y la naturaleza luchará contra la rapacidad humana. La sociedad industrial desprecia la naturaleza. Hoy día la gente se siente atraída por los objetos mecánicos, por el poder de las máquinas, por lo que no tiene vida, y cada vez más por la destrucción.
Hasta ahora, el argumento que hemos expuesto aquí dice que los rasgos de carácter engendrados por nuestro sistema socioeconómico, o por nuestra manera de vivir, son patógenos y a la larga enferman al individuo y, por consiguiente, a la sociedad. Sin embargo, hay un segundo argumento, desde un punto de vista enteramente distinto, en favor de procurar cambios psicológicos profundos en el hombre como alternativa a una catástrofe económica y ecológica. Informes del Club de Roma concluían que sólo unos cambios tecnológicos y económicos radicales a nivel mundial pueden "evitar una catástrofe mundial definitiva". Concluían, además, que estos cambios económicos sólo son posibles "si ocurren cambios fundamentales de los valores y las actitudes del hombre" (o como yo los llamaría, de la orientación del carácter humano) como una nueva ética y una nueva actitud hacia la naturaleza". Una nueva sociedad es posible sólo si, en el proceso de desarrollarla, también se forma un nuevo ser humano, o en términos más modestos, si ocurre un cambio fundamental de la estructura del carácter del hombre contemporáneo. Esos informes por primera vez se refieren a la situación económica de toda la especie humana, a sus posibilidades y a sus peligros. Su conclusión: es necesaria una nueva ética y una nueva actitud hacia la naturaleza. E.F.Schumacher demanda también un cambio humano basándose en dos argumentos: nuestro actual orden social nos enferma; sufriremos una catástrofe económica a menos que cambiemos radicalmente nuestro sistema social. La necesidad de un profundo cambio humano no sólo es una demanda ética o religiosa, ni solo una demanda psicológica que impone la naturaleza patógena de nuestro actual carácter social, sino que también es una condición para que sobreviva la especie humana. Vivir correctamente ya no es sólo una demanda ética o religiosa. Por primera vez en la historia, la supervivencia física de la especie humana depende de un cambio radical del corazón humano. Sin embargo, esto sólo será posible hasta el grado en que ocurran grandes cambios sociales y económicos que le den al corazón humano la oportunidad de cambiar y el favor y la visión para lograrlo.
Erich Fromm en su obra "La condición humana actual"  examina con detalle algunos temas de fundamental importancia para el hombre de hoy (el sexo y el carácter, el psicoanálisis y la psicología, la revolución y la paz...), a través de un análisis pormenorizado de las perspectivas de progreso que abrió la caída del mundo medieval -destrucción que permitió al hombre occidental la posibilidad histórica de un progreso sin límites, de una auténtica realización de la utopía- y de las causas de esta trayectoria inesperada. El hecho es que las sociedades modernas requieren un determinado tipo de hombre para funcionar y "el industrialismo moderno ha tenido éxito en la producción de esta clase de hombre: es el autómata, el hombre enajenado". El ideal de este hombre-autómata, añade Fromm, es que todo transcurra de acuerdo con el viejo slogan de la Kodak: "Usted apriete el botón, nosotros hacemos el resto". Los hombres son, cada vez más, autómatas que fabrican máquinas que actúan como hombres y producen hombres que funcionan como máquinas. Su razón se deteriora a la vez que crece su inteligencia. De este modo, y como dice el propio Fromm, lo más urgente es huir de esta situación y crear un nuevo hombre que deberá ser "temerario, valiente, imaginativo, capaz de sufrir y gozar", pero cuyas fuerzas estarán "al servicio de la vida, no de la muerte".
El hombre actual, según Fromm, se caracteriza por su pasividad y se identifica con los valores del mercado porque el hombre se ha transformado a sí mismo en un bien de consumo y siente su vida como un capital que debe ser invertido provechosamente. El hombre se ha convertido en un consumidor eterno y el mundo para él no es más que un objeto para calmar su apetito. Según este autor, en la sociedad actual el éxito y el fracaso se basa en el saber invertir la vida. El valor humano, se ha limitado a lo material, en el precio que pueda obtener por sus servicios y no en lo espiritual. La autoestima en el hombre depende de factores externos y de sentirse triunfador con respecto al juicio de los demás. De ahí que vive pendiente de los otros, y que su seguridad reside en la conformidad; en no apartarse del rebaño. El hombre debe estar de acuerdo con la sociedad, ir por el mismo camino y no apartarse de la opinión o de lo establecido por ésta.
La sociedad de consumo para funcionar bien necesita una clase de hombres que cooperen dócilmente en grupos numerosos que quieren consumir más y más, cuyos gustos estén estandarizados y que puedan ser fácilmente influidos y anticipados. Este tipo de sociedad necesita hombres que se sientan libres o independientes, que no estén sometidos a ninguna autoridad o principio o conciencia moral y que no obstante estén dispuestos a ser mandados, a hacer lo previsto, a encajar sin roces en la máquina social. Los hombres actuales son guiados sin fuerza, conducidos sin líderes, impulsados sin ninguna meta, salvo la de continuar en movimiento, de avanzar. Esta clase de hombre es el autómata, persona que se deja dirigir por otra. El humano, debe trabajar para satisfacer sus deseos, los cuales son constantemente estimulados y dirigidos por la maquinaria económica. El sujeto automatizado se enfrenta a una situación peligrosa, ya que su razón se deteriora y decrece su inteligencia, adquiriendo la fuerza material más poderosa sin la sabiduría para emplearla.
El peligro que el autor ve en el futuro del hombre es que éste se convierta en robot. Verdad es que los robots no se rebelan. Pero los robots no pueden vivir y mantenerse cuerdos. Entonces buscarán destruir el mundo y destruirse a sí mismos, pues ya no serán capaces de soportar el tedio de una vida falta de sentido y carente por completo de objetivos. Para superar ese peligro el autor sostiene que el ser humano debe vencer la enajenación, debe vencer las actitudes pasivas y orientadas mercantilmente que ahora le dominan y elegir en cambio una senda madura y productiva. Debe volver a adquirir el sentimiento de ser él mismo y retomar el valor de su vida interior.
¿Hay una alternativa para evitar la catástrofe?. Lo casi increíble es que no se haya hecho un verdadero esfuerzo por evitar lo que parece un decreto final del destino. ¿Es posible que hayamos perdido el más fuerte de todo los instintos, el de conservación?  Parece que los gobernantes hacen muchas cosas para evitar una catástrofe; da la impresión de que los problemas se han identificado y que están haciendo algo para resolverlos. Gobernantes y gobernados anestesian sus conciencias y su voluntad de sobrevivir, aparentando que conocen el camino y que avanzan en la dirección correcta. Pero si el egoísmo es un pilar de la ética práctica contemporánea, ¿por qué  se habría de actuar de otra manera? No parecen saber que la avaricia vuelve a la gente estúpida aun en lo que atañe a su verdadero interés, al interés de sus propias vidas y de las vidas de sus esposas y sus hijos. Al mismo tiempo, el público en general está tan preocupado por sus asuntos particulares que presta muy poca atención a los problemas que trascienden el terreno personal.
Sin embargo, hay otra explicación más del debilitamiento de nuestro instinto de conservación: en la vida se requerirían cambios tan enormes que la gente prefiere una catástrofe futura al sacrificio que tendría que hacer hoy día. Además de esta explicación de la fatal pasividad humana en cuestiones de vida o muerte, hay otra: no tenemos otras alternativas que los modelos del capitalismo cooperativista, el socialismo socialdemócrata, o un fascismo tecnocrático con una cara sonriente. Hemos hecho muy pocos esfuerzos para estudiar la posibilidad de crear modelos sociales enteramente nuevos y de experimentar con éstos, nos falta imaginación para crear alternativas nuevas y realistas".
Entonces vuelvo a preguntarme ¿qué es para los adultos el éxito o el fracaso?. Ante todo saco una primera conclusión sobre algo que debemos conocer en profundidad. Es saber hasta dónde llegaron los alcances profesionales de los padres y las madres... porque resulta que, a veces, existen padres y madres que, a como dé lugar, desean a toda costa que sus hijos e hijas lleguen allí donde ellos no pudieron llegar. Estamos hablando de un aspecto simplemente material y social. ¿Alcanzaron esos padres y esas madres el éxito económico y social?. Como en muchos casos no fue así se entiende, aunque no lo comparto absolutamente en nada, que deseen que sus hijos y sus hijas logren esas soñadas metas materialistas de ser millonarios o famosos o ambas cosas a la vez. ¿Es justo pedir a los hijos y a las hijas que lleguen a donde los padres y las madres no consiguieron llegar?. Para mí eso no sólo significa un fracaso temporal de los padres sino que está abocado a ser un fracaso total de los hijos y las hijas a los que se les exigen alcanzar esas barreras materialistas y sociales que los padres no llegaron a alcanzar.
La mejor manera de entender el éxito o el fracaso de nuestros hijos es la medida en que se conviertan en seres felices o infelices. Sea cual sea el rendimiento escolar y social de los hijos y las hijas, el primer parámetro por el que yo catalogo que mis hijas (soy padre de dos hijas y por eso expongo mi razonamiento) es verlas completamente felices... porque es en base a la felicidad de nuestros hijos cómo podemos hacer que, por propia inercia psicosocial, se encuentren a sí mismos y a sí mismas y consigan superar "las barreras de la vida" no exigiéndoles que sean tal como somos nosotros, no haciéndoles optar por los logros que hemos conquistado nosotros, etcétera, sino más bien por los éxitos que ellos y ellas consideran que son sus metas, el cumplimiento de sus expectativas y no las nuestras.
Ahora bien, ¿quiere esto decir que abandonemos a nuestros hijos e hijas en la incertidumbre de sus realizaciones en el futuro?. Todo lo contrario. Si somos padres y madres conscientes de que tenemos fuerte influencia en nuestros hijos e hijas (y del mundo cristiano hablo) es necesario que cumplamos nuestra labor informativa con ellos y ellas. No estoy diciendo labor impositiva sino asesoramiento formal cuando surgen los problemas. Efectivamente, cuando el padre y la madre están capacitados para asesorar a los hijos y las hijas es cuando podemos exigirles que alcancen esas metas que no hemos propuesto nosotros pero las apoyamos firmemente porque son sus ideales, son sus anhelos, son sus aspiraciones y son sus sueños.
En este sentido, para que nuestros hijos e hijas tengan éxito en la vida, debemos dejar que se sientan amigos y amigas de nosotros y, como amigos y amigas, tendrán mayores capacidades de obtener el éxito que ellos y ellas han decidido como tales. Si los embarcamos en nuestros sueños estamos exponiendo su felicidad... pero si nosotros nos embarcamos en sus sueños estamos formando un equipo de apoyo que ellos y ellas valoran profundamente. Esa es la clave principal para entender qué es el verdadero éxito y qué es el verdadero fracaso.
20.2.- ¿Qué es la realización profesional?.
Empecemos este asunto con un texto que nos sirva, a la vez, de referencia y de guía. Escojo el texto publicado por Sandra Patricia Coral Dulcey, Directora del Portal Psicoexito, entresaco lo siguiente: "Todo se humano merece lograr todo lo que sea capaz de concebir su mente. ¿Alguna vez te han preguntado si te sientes realizado? esta pregunta muchas veces se torna dificil de responder. En el campo profesional se refiere a sentirse feliz con tu profesión actual, primero el disfrutar la ocupación que tienes, la cual debe de llenarte de alegría y en ningún momento ser un peso para ti el hecho de realizarla. Cuando dedicamos nuestra vida a algo que no nos agrada, sentimos cada minuto como si fuese eterno, contamos los días, las horas, los minutos para poder irnos a casa y dejar atrás la rutina, infelicidad o aburrimiento que la profesión nos causa, ¿que vida es esa?. Cuando nos sentimos realizados en el ámbito profesional, gozamos nuestra tarea, el hecho de poder realizar esta actividad con gusto y alegría, hace que nos levantemos de un salto de la cama con ánimos rebosantes para iniciar un nuevo día con el agrado de disfrutar de ese trabajo. Qué bueno es sentir que amo lo que hago y aparte de eso me pagan por hacerlo. Eso es la realización profesional".
Hecha ya la introducción yo opino que la realización profesional es poder estar realizando en tu vida laboral lo que siempre te ha llamado la atención como tu verdadera vocación. Ya cité lo sucedido con aquella Encuesta que llevé a cabo entre mis antiguos compañeros y compañeras de Banca en la cual nadie respondió que su ilusión de infancia y pubertad era ser empleado o empleada de Banca. Sucede que la realización profesional se logra a través del esfuerzo que tienes que realizar para conseguir, al final, poder hacer lo que más te gusta y, además, que te estén pagando un sueldo por ello.
En este sentido es muy importante que los padres y las madres que profesamos el Cristianismo sepamos entender qué sueñan nuestros hijos e hijas para cuando se hagan mayores y tengan que incluírse en el mercado profesional. Dejada ya la primera intención mítica (que tenemos todos desde que usamos la razón) pasamos ahora a poder ayudar a nuestros hijos e hijas con su vocación ya superada la primera etapa de las ilusiones mitificadas. Ahora no. Ahora nuestros hijos e hijas se han hecho ya jóvenes y jovencitas con plena conciencia y tienen muy claro qué es lo que desean ser cuando se hagan mayores. Aquí es donde nos necesitan más que nunca. Está bien lo de amar a nuestros hijos e hijas. Está bien lo de cuidar y alimentar a nuestros hijos e hijas. Pero llega un momento en que nuestros hijos e hijas desean ser algo propio, desean cumplir sus expectativas y no las nuestras, desean poder estudiar para alcanzar el éxito en su vocación, desean trabajar en lo que más les gusta.
Ahora bien, hay una fuerte barrera que puede llevarles a la desilusión, la depresión y la apatía (con lo que supone esto de tristeza) en su personalidad. Esta barrera es la poca oferta de oportundiades que hay cuando lo que desean nuestros hijos e hijas también lo desean otros millones de seres humanos. Es normal que, entonces, tengan que pasar por la prueba de las oposiciones, de los exámenes, de las entrevistas de aptitudes o de otras formas y manera de ganarse la oportunidad que están deseando tener. Debemos ayudarles en todo lo posible para que puedan, al menos, tener la oportunidad de demostrar si valen, si están capacitados para ser lo que sueñan o si, por el contrario, no valen o no están capacitados para ser lo que sueñan. Una vez me encontré con un compañero de Banca que tenía el brazo izquierdo inmovilizado desde la infancia. Un día nos dijo que aunque quisiera ser boxeador nunca podría serlo porque sólo podía manejar uno de sus brazos. Esto suele suceder a veces y es bueno hacérselo saber a nuestros hijos e hijas. En otras ocasiones hay jóvenes que no han aprendido todavía a saber cuál es su vocación y entonces se deciden por probar a entrar a trabajar en algo que les de mucho dinero. Hay que abrirles los ojos y hacerles saber que para conseguir un trabajo en el que le paguen mucho dinero es necesario ser el mejor o de los mejores y hay que tener dones especiales para dichos trabajos.
Una vez me entrevistaron para una tesis escolar sobre el periodismo. Me preguntó la jovencita entrevistadora que debe ser muy bonito ser periodista y que te paguen por ello. Sí. De acuerdo. Pero le dejé bien en claro que la profesión de periodista, que tan bonita parece desde fuera, tiene mucho de sacrificio, de ejercicio de una fuerte voluntad, de aprendizaje de conocimientos de miles de tareas, de incomodidades físicas y hasta sentimentales... y que sí, que es verdad que se disfruta con el trabajo de periodista, pero después de haber pasado muchos calvarios. Esto no le gustó ya tanto a la jovencita y decidió estudiar medicina.
Bien. Entonces hay algo muy claro. O sabemos cuáles son nuestras limitaciones (y yo creo que limitaciones son pocas si tu vocación es mucha) para saber si estamos dispuestos a luchar lo indecible por superarlas y alcanzar la realización profesional que nos atrae cuando ya somos verdaderamente conscientes de cual es nuestra vocación o no estamos preparados para ello. Porque sucede que muchos jóvenes y jovencitas llegan a la edad de trabajar (o seguir estudiando para después poder trabajar) y no saben exactamente cuál es su verdadera vocación o, al menos, cuáles son lss dos, o tres, o hasta cuatro actividades en las que trabajarían con sumo placer.
Es cierto que existe el asesoramiento escolar en los últimos cursos de orientacíón preuniversitario o prelaboral pero el estímulo inicial, ese estímulo que se necesita para tener la autoestima suficiente de saber que vas a luchar por conseguir alcanzar a ser lo que sueñas (los dos, tres o cuatro trabajos en los que serías feliz) se inicia en la familia. Si los padres y las madres saben que su hijo o hija (o al menos alguno de sus hijos o sus hijas) tienen sus propios sueños para ser, de mayores, lo que están soñando ser desde que son sólo niños o niñas es una obligación moral que dichos padres y madres apoyen con todo lo que puedan (a veces no es el dinero lo que se necesita sino otras cosas de orden superior) para que ese hijo o esa hija que ya tiene bien claro lo que quiere ser de mayor tenga todo el refuerzo anímico de saber que su padre y su madre van a poner todo de su parte para que lo consiga. Muchas veces esto no ocurre. Muchas veces hay padres que quieren que todos los hijos e hijas sean iguales (lo cual además de antinatural es horrendo) y a quien quiere ser diferente, distinto a los demás hermanos o hermanas, les ponen infinidad de barreras e impedimentos para que no cumplan sus sueños. Eso es inmoral, eso es amoral y eso es abuso de poder. No sólo se debe exigir a un padre y a una madre que apoyen al hijo o la hija que quiere ser diferente al resto de sus hermanos sino que, en caso de que no lo deseen así, al menos le den la libertad suficiente como para que ellos lo logren sin tener que superar barreras inmorales, amorales y abusivas.
Volvamos ahora a revisar otro teexto de profesionales en el tema. Es de un anónimo y se encuentra en Internet bajo el título de "El desarrollo profesional". Dice lo siguiente: "Crecer como personas y realizarse en sus trabajos son algunas de las necesidades inherentes a los individuos. La autorrealización se da en un gran porcentaje cuando nos sentimos plenos en la labor que realizamos. El desarrollo profesional es fruto de la planeación de la carrera y comprende los aspectos que una persona enriquece o mejora con vista a lograr objetivos dentro de la organización. Se puede dar mediante esfuerzos individuales o por el apoyo de la empresa donde se labora.
El desarrollo profesional individual se inicia en cada persona por su disposición a lograr metas y por la aceptación de responsabilidades que ello conlleva. Pueden emprenderse varios pasos, considerando posibles resultados: Obtención de mejores niveles de desempeño. Es la forma más segura de lograr promociones y reconocimiento en el trabajo. Relación más estrecha con quienes toman decisiones puesto que al ser mejor conocidos por las personas que efectúa promociones y transferencias, suben sus posibilidades de desarrollo, existe escasa disposición a promover personas desconocidas. Un empleado puede incrementar el grado en que es conocido mediante su desempeño, mediante informes escritos, presentaciones orales, trabajo en comités y comisiones especiales, y horas consagradas a las labores cotidianas. Desarrollo de un sentimiento de lealtad a la organización. Muchas personas anteponen sus intereses profesionales a la organización a que pertenecen. Aunque el objetivo de mantener el nivel de rotación al mínimo posible es muy apreciado, la mayoría de las personas que consiguen escalar puestos ejecutivos ha trabajado para más de una empresa. Con creciente frecuencia, el empleado medio se siente excluido de la organización a la cual presta servicios. Los ejecutivos de las grandes organizaciones tienden cada vez más a considerar a sus recursos humanos con la misma actitud con la que deciden adquirir nuevos equipos. En las empresas orientales, el sentimiento general es de intensa adhesión y lealtad a la empresa en la que se trabaja. Cuando el empleado considera que existen mejores oportunidades en otra organización posiblemente se vea obligado a renunciar. Algunos cambian de compañía como parte de una estrategia consistente. Esta técnica sólo puede emplearse con cautela y cuidando siempre de no crear la impresión de falta de estabilidad. La organización muy rara vez se beneficia de las nuevas experiencias y conocimientos de la persona que parte, ya que es muy bajo el porcentaje de quienes vuelven al cabo de algunos años.
Recursos a expertos en el campo (Mentores).-  Los empleados jóvenes suelen recurrir a la experiencia y el consejo de personas de mayor edad, que no necesariamente tienen un nivel jerárquico superior. Este tipo de asociación informal depende en gran medida de factores puramente personales.
Recursos a subordinados clave (Brazos derechos). Los directores de éxito suelen apoyarse en subordinados que contribuyen efectivamente al desarrollo de sus superiores. En ocasiones, el subordinado posee conocimientos especializados de gran valor, en otras sus habilidades administrativas se combinan con una gran dosis de lealtad personal. El impulso profesional que recibe el jefe en este tipo de asociación suele incluir también al subordinado. Los procedimientos suelen hacerse muy expeditos, y hay una tendencia general a mejorar el desempeño. Las asociaciones personales de este tipo corresponden con frecuencia a un sentimiento de lealtad que excluye a gran parte de los miembros de la organización.
Oportunidades de progreso.- Cuando los empleados mejoran sus calificaciones complementan los objetivos de su organización. Tanto la experiencia en nuevos puestos como la obtención de nuevos conocimientos y habilidades constituyen vehículos para el crecimiento personal.
El desarrollo profesional no debe apoyarse solamente en los esfuerzos individuales. La organización posee objetivos bien determinados y puede alentar a sus integrantes para que contribuyan a lograrlos. Esto tiene un doble efecto: evitar que los esfuerzos de los empleados se dispersen, conduciéndolos a objetivos y campos que son ajenos a los que se propone la empresa, y asegurarse de que todos conocen bien las oportunidades presentadas por la organización.
En los planes de desarrollo profesional resulta esencial el apoyo que pueda prestar la gerencia. Apoyo de la gerencia. A menos que se cuente con el apoyo de los directivos de la empresa, los esfuerzos llevados a cabo por el departamento de personal surtirán escasos efectos. La gerencia general debe ir mucho más allá de sólo tolerar estas actividades, resulta indispensable un interés activo por el desarrollo y crecimiento de todos los empleados.
El campo internacional.- Uno de los aspectos más importantes es la exposición a otras culturas. Un limitado grado de exposición e información sobre lo que ocurre en otras áreas conduce necesariamente a una limitada gama de posibilidades en el campo internacional. Indudablemente, las lenguas extranjeras constituyen un elemento de primera importancia para acceder al campo internacional.
Retroalimentación.- Sin retroalimentación que le permita conocer cómo se juzga en la empresa su desempeño profesional, el empleado tiene escasas posibilidades de saber si se encuentra en la ruta adecuada. El departamento de personal puede suministrar retroalimentación mediante los parámetros de desempeño que rijan en la empresa y por medio de información concerniente a las políticas de promoción y concesión de nuevos puestos.
Información concerniente a promociones.- Si un empleado es promovido, puede provocar sentimientos de inadecuación entre los aspirantes a la vacante, que tienen derecho a recibir retroalimentación al respecto. En este caso, la retroalimentación cumple con tres objetivos: Confirmar a los aspirantes a promociones que la compañía aprecia sus esfuerzos y los considera para futuras promociones. Explicar por qué fue seleccionado un empleado determinado. Orientar a los aspirantes respecto a las habilidades y conocimientos específicos que deben adquirir para obtener la promoción en el futuro.
El otro tipo de retroalimentación se refiere al desempeño laboral, probablemente el más importante de cuantos recibe el empleado".
Volvamos a la época juvenil. Siempre he considerado y sigo considerando que sólo se es joven cuando se tienen sueños por conquistar. No comprendo a los jóvenes que no saben soñar y para mí esta clase de jóvenes son viejos prematuros. La juventud no es una etapa como dicen los sociólogos y los psicólogos, porque la juventud, y lo afirmo rotundamente, es una época y, como tal época, te puede durar toda tu vida. Los jóvenes sueñan porque es absurdo ser joven y no tener sueños. Y entre los sueños de la juventud su realización profesional es uno de los más interesantes, importantes y sobresalientes. Siempre he dejado que mis hijas elijiesen qué querían ser en la vida, qué quieren ser en esta su existencia porque yo también lucho, todos los días, por seguir siendo lo que sueño ser.
He aquí un texto de Alfonso Aguiló titulado "Los ideales de la juventud" que muchos padres y madres de hoy en dia deberían leer para tenerlo muy en cuenta a la hora de saber apoyar a sus hijos en la hora en que deciden contar cuanles son sus sueños para el futuro: "«Hete aquí, pues, cerca de los cuarenta y dos años... ¿Qué pensaría de ti el muchacho que eras a los dieciséis, si pudiera juzgarte? ¿Qué diría de eso que has llegado a ser? ¿Hubiera simplemente consentido en vivir para verse transformado así? ¿Acaso valía la pena? ¿Qué secretas esperanzas no has decepcionado, de las que ni siquiera te acuerdas? Sería extraordinariamente interesante, aunque triste, poder enfrentar a estos dos seres, de los que uno prometía tanto y el otro ha cumplido tan poco. Me figuro al joven apostrofando al mayor sin indulgencia: "Me has engañado, me has robado. ¿Dónde están los sueños que te había confiado? ¿Qué has hecho con toda la riqueza que tan locamente puse en tus manos? Yo respondía de ti, había prometido por ti. Y has hecho bancarrota. Más me hubiera valido marcharme con todo lo que aún poseía, y que también has dilapidado..." "¿Y qué diría el mayor para defenderse? Hablaría de experiencia adquirida, de ideas inútiles echadas por la borda, mostraría algunos libros, hablaría de su reputación, buscaría febrilmente en sus bolsillos, en los cajones de su mesa, para justificarse. Pero se defendería mal, y creo que se avergonzaría.»
Estos párrafos del Diario de Julien Green son una interesante reflexión, tanto para el pasado como para el futuro de cualquier vida. Porque -como ha escrito de Martín Descalzo- toda vida tendría que ser la cosecha de la gran siembra de los años juveniles. Vivir es fructificar. Y no simplemente avanzar y envejecer. La vida es apostar decididamente cuando se es joven, y mantener y mejorar esa apuesta cuando se madura.
Y cabe entonces preguntarse: si ya es difícil mantener esa apuesta de juventud cuando en esos años se sembraron grandes ideales, ¿qué será cuando sólo se sembraron desilusiones o insustancialidad? Cuando una persona joven no tiene ideales, o son pequeños y vulgares, es bien probable que le espere un futuro poco alentador. Por eso quizá una de las mayores infamias es empujar a los jóvenes a la mediocridad o a la desesperanza.
 
Es verdad que no basta con soñar durante la juventud, porque esos sueños pueden quedar en proyectos ingenuos o ilusorios. Pero quien no sueña nunca, quien se limita sólo a constatar la dificultad, quien siempre se jacta de ser muy realista y considera ingenuos a todos los que aspiran a mejorar ellos y mejorar el mundo en que vivimos, esos no se dan cuenta probablemente de que el enemigo principal no son todos esos que con tanto énfasis señalan fuera, sino que el peor enemigo lo tienen en su interior, en su mediocridad y en su desesperanza.
Y luego, cuando los adultos tendemos tan fácilmente a echar las culpas a tantas circunstancias para justificar el abandono de los que fueron nuestros grandes ideales de juventud, también entonces solemos engañarnos miserablemente. Es cierto que los proyectos de aquellos años necesitaban ser adaptados y modificados a lo largo de la vida, porque la vida da muchas vueltas y hay cosas muy poco previsibles, pero sabemos bien que muchas veces lo que hemos hecho con esos ideales es simplemente rebajarlos, por pereza, por abandono o por mezquindad. Y lo que logramos con eso es ir deshinchando nuestra vida como un globo, casi sin darnos cuenta.
 
La desesperanza -señala Josef Pieper- está en la misma estructura mental de quien orienta mal su vida. Supone un dolor siempre grande, propio de quien se niega a caminar por el camino hacia la plenitud que su naturaleza le llama. A la desesperanza no se llega de modo repentino. Su principio y su raíz suelen estar en la pereza (quizá por eso asegura el dicho popular que la pereza es madre de todos los vicios). La pereza es sinónimo de dejadez, de desinterés, y eso siempre conduce a una tristeza que paraliza, que descorazona. Y lo peor es que lleva a un círculo vicioso de desgana que refuerza la dejadez. El hombre perezoso parece querer sustraerse de las obligaciones propias de la grandeza de su misión. Es como una humildad pervertida, propia de quien no quiere aceptar su verdadera condición y sus talentos, porque implican una exigencia. Como un enfermo que no quisiera curarse para que no le exijan lo que se exige a una persona sana.
Hay un tipo de esperanza que surge de la energía juvenil pero se agota con los años, al ir declinando la vida. Sin embargo, la verdadera esperanza es una despreocupada y confiada valentía, que caracteriza y distingue al hombre de espíritu joven y lo hace un modelo tan atractivo. La esperanza da una juventud que es inaccesible a la vejez y a la desilusión. Así, aunque día a día perdemos un poco la juventud natural, podemos día a día renovar nuestra juventud de espíritu. En vez de dar culto a la juventud del cuerpo, de modo exterior y forzado, y que además produce desesperanza al ver cómo se va marchando, hemos de buscar esas cimas más altas a las que se puede remontar la esperanza del hombre que rejuvenece día a día su espíritu".
Continúo yo afirmando algo que quizás parezca sorprendente, utópico o ilusorio... pero es mi verdad. El cuerpo físico también rejuvenece con la juventud de espíritu. ¿Por qué se empeñan tanto los moralistas de todas las épocas, faltos de visión para entender que los milagros existen, en negar la recuperación física llamándola vanidad?. Vanos son ellos porque circulan por las vías de la vida como trenes desvencijados que ni aportan nada de interés a los sueños juveniles de cualquier edad ni aportan nada interesante para quinenes leen sus filosofías negativas. No. Si nos realizamos plenamente en lo profesional, también nos podemos realizar plenamente en lo corporal. Eso es lo que debemos entender cuando de juventud se trata. Y eso es lo que debemos inculcar a nuestros hijos e hijas cuando nos piden consejos para poder triunfar en lo que sueñan. No envejezcáis nunca vuestros talentos y seréis siempre jóvenes de espíritu y de cuerpo. Es mi irrenunciable propuesta personal y no voy a admitir que quienes no lo comprenden me impongan sus mortales oratorias. No es cuestión de oratoria. Es cuestión de vivir.
Y si de vivir hablamos debemos entender que nuestros hijos e hijas, cuando llegan a descubrir qué es la verdadera juventud que, desde luego, no es estar tirado por los suelos por culpa del alcohol, ni estar "volando" por la inconsciendia con los porros soporíferos y anuladores de la personalidad, ni es esa enloquecida carrera de tener sexo a como de lugar en cualquier lugar y por cualquier motivo. Judas de la juventud les imponen las creencias de que se es joven si se vive a mil por hora. Judas de la juventud los que no les apoyan en las verdaderas y nobles causas para que puedan realizarse plenamente, tanto en lo personal como en lo profesional. Y Judas de la juventud los que niegan que se puede ser joven eternamente sin haber renunciado, para nada, a la prosperidad profesional y a la prosperidad económica ganada en el pulso que mantenemos siemrpe contra todas las barreras que nos quieren imponer.
Me bastan dos ejemplo: Mayte rennució a seguir la costumbre mercantil de toda su familia porque tenía otro sueño para su futuro y lcuhó contra viento y marea hasta conseguirlo. Yo estuve presente en ello y le dije siempre... ¡avanza!... ¡no te detengas!... ¡te van a retirar el saludo por todo ello pero saludarás a tu futuro siendo la más joven de todas!. Y me basta el ejemplo de mí mismo. Si me gustaban las Letras me hicieron estudiar Ciencias. Si me gustaba escribir me hicieron trabajar en la rutinaria, anodina e insustancial oficina principal de un Banco principal. ¿Y qué?. Estudié, por fin, Letras para ser yo mismo. Salí de la cárcel de aquella entidad bancaria (donde jamás quise hacer carrera alguna porque decidí no ser como ninguno ni ninguna de mi familia) para ser yo mismo. Y por eso soy joven. Porque soñé con ser periodista y lo conseguí... porque soñé con enseñar Literatura y lo conseguí... porque soñé con ser escritor y lo conseguí... porque sigo soñando con nuevas metas y las he de conseguir. No ser como los demás hermanos. No quise ser como los demás hermanos a pesar del empeño de mis padres y por eso no solo soy eternamente joven habiendo alcanzado ya mi realización profesional sino que cada día que pasa más aprendo a ser joven... cada día que pasa más entiendo qué es ser joven... y cada día que pasa más apoyo a mis hijas para que sigan siendo jóvenes (incluyo a mi esposa también) y luchen por conseguir, cada día, un poco más de su grandeza personal: la realización profesional como meta para poder ser algo más que lo que los Judas de la juventud vienen predicando desde los años 60 del siglo XX. Y de eso ya he hablado bastante.
20.3.- Fabricación de campeones.
He aquí un curioso texto que publica una persona que forma parte de la Asociación Civil "Mostrando Caminos". Es digno de extraer como introducción al tema: "Cuando estuve en Filipinas, año 1989, fuimos a visitar un hogar de personas con capacidades diferentes que realizaban distintas actividades, desde artesanías y manualidades hasta la fabricación de elementos ortopédicos. En la recorrida me encontré con un joven que hacía trabajos en madera, y me impactó un portalapiceras que tenía cuatro orificios para lapiceras o lápices, y en su frente una inscripción: imposible con las dos primeras letras, i y m tachadas, por lo cual uno terminaba leyendo posible. Tanto me llegó ese mensaje que compré dos portalapiceras, pero además me quedó grabado para siempre aquel momento, a tal punto que hoy, 20 años después, lo tengo nítidamente ubicado en mis recuerdos de aquella inolvidable experiencia vivida. ¿Y porqué traigo esto a colación?. Porque la trayectoria de dos años de la Asociación "Mostrando Caminos" y los logros conseguidos en tan poco tiempo haciendo felices y protagonistas a seres que tienen el mismo derecho que cada uno de nosotros a serlo, es la muestra palpable, irrefutable de que lo imposible se vuelve posible cuando el ser humano pone en lo que hace fe, esfuerzo, convicción, esperanza y mucho amor".
Los padres cristianos y las madres cristianas tenemos el derecho y la obligación de educar a nuestros hijos e hijas para que sean los mejores en lo que hayan decidido voluntariamente ser en su futuro. La fe, el esfuerzo, la convicción, la esperanza y mucho amor mueven montañas. El punto de encuentro con nuestros hijos e hijas es saber cómo debemos orientarles para que, cuando llegue su "hora de la verdad" estén ocupando los mejores puestos y los mejores lugares en las áreas laborales, sociales y vivenciales que hayan elegido como vocación. El Cristianismo debe dejar de ser entendido como un conformismo inane e inactivo. No. El Cristianismo debe de asumir la conciencia social de que debemos ser motores de cambio y transformación para la sociedad y la mejor manera de ser motores de cambio y de transformación para la sociedad es haciendo que nuestros hijos e hijas sean los mejores, los campeones en lucha abierta y leal, en manejar la inteligencia que poseen y que les viene dada por Dios. Es necesario estimular a nuestros hijos e hijas y a apoyarles en todo aquello que necesiten. Sabemos que tanto ellos como nosotros debemos tener fe infinita, debemos saber que todo esfuerzo trae beneficio, debemos entender que la convicción de ser los mejores nos convierte en campeones, debemos mantener la esperanza viva de que vamos a llegar a las más altas metas de la sociedad si queremos de verdad cambiar el mundo y debemos, para ello, siempre dar amor, mucho amor, a los que quieren embarcarse en esta marcha hacia un destino mejor para todos.
He aquí otro fragmento de un texto editado por Esperanza para la Familia, A.C., de Monterrety: "Hoy como nunca ser padre y ser madre requiere una vocación de tiempo completo. Los padres y madres que realmente quieran criar campeones, criar hijos e hijas que puedan hacerle frente a las diferentes problemáticas que atraviesen en sus vidas, prepararles para la victoria, tienen que estar comprometido. El mejor ejemplo es aquel atleta que corre, que juega o practica algún deporte con la finalidad de ganar. Obviamente su entrenador será una pieza clave: será la persona que está detrás del atleta preparándole para vencer los obstáculos, incrementar su capacidad y finalmente impulsarlo a la victoria. De la misma manera ocurrirá con el padre y la madre que quieran criar hijos e hijas campeones que puedan triunfar en el mundo. Se requerirá toda tu capacidad, toda tu inteligencia, todo tu esfuerzo, toda tu voluntad, y todas aquellas herramientas de las cuales puedas echar mano para ayudar a tus hijos e hijas en esta gran labor. Con tristeza y por desgracia sabemos que muchos padres y madres de familia piensan que sus hijos e hijas se crían solos y que aprenden con los golpes de la vida; otros padres y madres piensan que los amigos y las amigas son los mejores consejeros de sus hijos e hijas, y finalmente otros delegan la educación de sus hijos e hijas a terceros. Pero el diseño original de la familia dice que los padres y las madres son los que tienen la autoridad moral para poder guiar a sus hijos e hijas y prepararlos mejor que ningún otro ser en la Tierra".
Veamos ahora unos consejos prácticos de parte del Profesor Humberto Ayup para lograr que tus hijos y/o tus hijas sean campeones de la vida:
Enseña a tu hijo que sus mejores amigos son papá y mamá.
Busca seleccionar sus amigos. Que tengan bases  morales, correctas, cristianas, verdaderas, para que tu hijo sea influenciado positivamente.
Procura crear una atmósfera positiva en el hogar, donde tus hijos se sientan más a gusto que en la calle, y aun cuando regresen de la escuela bajo las fuertes presiones, se sientan aceptados por ti.
Que sientan que los amas. No vayan a estar mendigando unas migajas de amor cuando tú les debes dar un pan entero de amor cada día desde que se despiertan y aun al anochecer.
Ten muy presentes los cambios hormonales y la presión grupal que analizamos para que puedas entender sus reacciones.
Mantén activos a tus adolescentes, que no estén ociosos. Que estén estudiando algún idioma si tienes la posibilidad de hacerlo, o música, que escojan un buen deporte o arte que les guste. Acuérdate que hay mucha energía en nuestros jóvenes la cual pueden canalizar a lo malo si están ociosos.
Prepárate y  compra  buenos  libros  que te ayuden a educar correctamente a tus hijos.
Organiza tu día para que pases tiempo de calidad con tus hijos.
Duerme bien y aprende a alimentarte con comidas nutritivas para que tengas energías para compartir muchas actividades con ellos.
Lee las Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para salvar a tus hijos de esta ola de maldad que se ha soltado contra ellos y que no los va a perdonar.
Y sobre todo, mantente en tus rodillas orando a Dios para que tus hijos puedan ser libres del terrible tiempo que les ha alcanzado de corrupción, dolor, vergüenza y confusión".
Como cristianos y cristianas que somos es fundamental tener en cuenta estos sabios consejos y, además, para que tus hijos e hijas sean campeones de la vida recuerda el pasaje bíblico del Proverbio más preferido por mi esposa cuando educamos a nuestras dos niñas y a los niños y niñas de nuestra unidad educativa Frederick Hopking School. Es el Proverbio 22:6 y dice así: "Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él".
Y termino este asunto del presente capítulo con un texto ajeno y amplio, basado en las últimas investigaciones en Neurociencias: "La mirada de diferentes personalidades, psicólogos, filósofos, psiquiatras, padres de familia...
Para John Rosemond, psicólogo y terapeuta familiar (EEUU), la respuesta no es tan complicada como parece. Su libro "El plan de seis puntos para criar hijos sanos y felices" nos dice: Preste más atención a su matrimonio que a sus hijos. En otras palabras, fije las prioridades como corresponde y no deje que ese orden se altere. Si usted no tiene pareja, esto significa: préstese más atención a usted que a sus hijos. Recuerde que resultará difícil que pueda dar algo, si su propio "stock" está agotado. Dé por sentado que sus hijos le obedecerán y tómelo como lo único que cabe esperar. Deje de disculparse por las decisiones que toma, referidas a la vida de sus hijos. Vuelva a conectarse con la fuerza de la frase: "Porque yo lo digo". Deje de creer que puede persuadir a sus hijos de las decisiones que está tomando son para el bien de ellos. Para que un niño pueda sentirse seguro y protegido, es esencial que sus padres tengan autoridad, sean decididos, y que el chico pueda contar con ellos. En pocas palabras, que detenten el poder. Así que ¡Adelante, sus hijos cuentan con usted! Asegure la participación de sus hijos en la familia, esperando y dándoles la posibilidad de colaborar en forma activa y concreta, de la única manera en que ellos lo pueden hacer: ayudando en la casa. Y al convertirlos en miembros responsables de la familia, hágalos también responsables de su propia conducta. Deje de correr el ómnibus cuando a ellos le corresponde hacerlo, deje de atarle los cordones de los zapatos, deje de evitar que se caigan de narices. Déles la oportunidad de aprender "por la fuerza", que, muy a menudo, es la única forma posible de aprender.
Administre a sus hijos dosis regulares y realistas de Vitamina NO. Cuando lo haga, y ellos se tiren al suelo gritando y pataleando, felicítese por cumplir bien su tarea de padre o madre. Recuerde que al experimentar suficiente frustración durante la infancia, el niño se prepara para enfrentar la realidad de la vida adulta y , además, va desarrollando una cierta tolerancia a las frustraciones. Esa tolerancia tiene como resultado la perseverancia, que es el ingrediente esencial para tener éxito en la vida. Deje de pensar que su obligación es hacer que su hijo siempre esté contento : no es así. Su obligación básica es equiparlo con las habilidades que necesitará para buscar, con éxito, la felicidad por sí mismo. Frustre a sus hijos, para que triunfen en la vida. En lo que se refiere a juguetes, menos es más. Y cuántas más cosas pueda representar cada juguete, tanto mejor. Recuerde que cuando un niño nos dice que está aburrido, lo que en realidad nos está diciendo es que le hemos dado demasiadas cosas, demasiado pronto. No se deje engañar por la apología que se hace de ciertos programas de televisión para chicos. Recuerde que la televisión es un problema más serio de lo que parece a simple vista: cuando un niño mira televisión, lo que importa no es el contenido del programa, sino el hecho de que está sentado frente al televisor. Brinde a sus hijos la más hermosa oportunidad, en este mundo tan inundado de tecnología: permítale crecer sin que lo distraiga el permanente titilar de la "droga electrónica". Ame a sus hijos lo suficiente como para poner en práctica todos estos consejos.
Ahora haremos una recorrida por distintos tipo de pensamientos según diferentes autores.
OSHO (Filosofo Hindú).- Para criar niños sanos y felices no los contaminemos con nuestras neurosis no resueltas, nuestros propios deseos, ideologías, miedos y creencias particulares. Antes de traer un hijo al mundo estemos nosotros sanos y felices luego y sólo luego podremos criar hijos sanos y felices. No es una coincidencia que todas las religiones del mundo tengan en sus parábolas la idea de que una vez el hombre vivió en el Paraíso y de alguna manera, por alguna razón fue expulsado de él. Las personas inteligentes, sensibles, creativas siguen estando obsesionadas por el Paraíso que una vez se conoció y ahora permanece como una tenue memoria, un difícil creer. La búsqueda del paraíso es nuevamente la búsqueda de la infancia: hacerse de nuevo un niño inocente, sin contaminar por los conocimientos, sin saber nada, todavía consciente de todo lo que nos rodea, con un profundo asombro y sentido del misterio. No permitimos a nuestros hijos bailar, gritar saltar, por razones triviales, quizá puedan romper algo, quizá se les moje la ropa con la lluvia si corren en el exterior, por pequeñas cosas se destruye por completo una gran cualidad espiritual: la alegría. El niño obediente es elogiado por sus padres, por sus profesores, por todo el mundo, y el niño juguetón es censurado. Sus ganas de jugar podrían ser totalmente inofensivas, pero es censurado porque existe un peligro potencial de rebelión. Si el niño continúa creciendo con total libertad, acabará siendo un rebelde. El niño rebelde se convertirá en un joven rebelde. No se le podrá obligar a satisfacer los deseos incompletos y los anhelos de los padres. Vivirá su vida propia de acuerdo con sus deseos más íntimos, no de acuerdo a los ideales de otra persona. No se le da una oportunidad a su naturaleza. Ese niño muerto en su interior destruye su sentido del humor: la vida en vez de expandirse, comienza a encogerse. La vida debe ser, en cada momento, una creatividad preciosa. No importa lo que tu hijo crea, podrían ser sólo castillos en la arena, pero todo lo que hace debería salir de su capacidad de jugar y de su alegría. Enseñen a los niños a ser autosuficientes: a no depender de nadie. Dejen de influir en el niño. Sólo podemos hacerle como nosotros y nosotros no somos nada. Démosle una oportunidad de ser él mismo. No lo malcriemos. Si no interferimos en sus primeros años, a los 7 años lo tendrá todo tan claro que vivirá toda su vida sin ningún arrepentimiento. Hay que educar a los niños para que puedan hacer preguntas, y los padres no deberían responder esas preguntas a menos que realmente conocieran las respuestas. E incluso si las supiesen deberían decir como Buda solía decir a sus discípulos: "No creas lo que te digo, esa es mi experiencia, pero en el momento que te la cuento se vuelve falsa porque para ti no es una experiencia. Experimenta, pregunta, busca. A menos que tu mismo conozcas, tu conocimiento no sirve; es peligroso. Un conocimiento prestado es una barrera". Los padres deben aprender el arte de no hacer. Es un arte muy difícil. Tienen que aprender a mantenerse alejados, fuera del camino del niño, no interferir. Tienen que ser muy valientes para eso, porque dejar al niño sólo, es arriesgado. Durante miles de años se nos ha dicho: si al niño se le deja sólo, será un salvaje. Tú no le puedes dar nada al niño, sólo puedes tomar. Si realmente quieres hacerle un regalo al niño, este es el único posible : no interfieras. Arriésgate y deja que el niño se adentre en lo desconocido, en lo inexplorado. Respeta a los niños, hazles intrépidos. Sólo puedes hacer una cosa con tus hijos: compartir tu propia vida. Cuéntales que tú has sido condicionado por tus padres, que has vivido en ciertos límites, de acuerdo a un cierto tipo de ideales, y por culpa de esos límites e ideales te has perdido completamente la vida, y que tu no quieres destruir la vida de ellos. Quieres que sean totalmente libres, libres de ti. Los padres necesitan un coraje y un amor inmensos para decir s a sus hijos: "No nos obedezcan, dependan de su propia inteligencia. Incluso si se equivocaran, es mucho mejor que seguir siendo esclavo y siempre hacerlo bien. Es mejor cometer errores y aprender de ellos que hacerle caso a alguien y no cometer errores; porque entonces nunca vas a aprender nada excepto a obedecer, y eso es veneno." Dile a tus hijos: "No hay nada malo en cometer errores. Comete todos los que puedas, porque es el modo en que más aprenderás. Pero no cometas el mismo error una y otra vez, porque eso te convierte en un estúpido". Si los padres aman a sus hijos les enseñarán a ser valientes, incluso en contra de ellos mismos. Le ayudarán a ser valiente en contra de los profesores, en contra de la sociedad, en contra de cualquiera que vaya a destruir su individualidad. Los niños deberían convivir, o por lo menos conocer a muchas personas. Diferentes personas aportan diferentes canciones, otros estilos de vida, traen diferentes brisas y los niños deben ser expuestos a tantos estilos de vida como sea posible, de modo que puedan escoger, de modo que tengan libertad para escoger. Y se deben enriquecer conociendo a tantas mujeres que dejen de estar obsesionados con la cara de la madre o el estilo de la madre. Entonces serán capaces e amar a muchas más mujeres, a muchos más hombres. La vida será más una aventura. No hay que estar demasiado ocupados en hacer feliz a los hijos y luego sentirse infeliz por fracasar en el intento. La infelicidad es contagiosa, es como una enfermedad. Si eres infeliz, todos los que están conectados contigo, en especial los niños, se sentirán muy infelices. Y los niños son muy sensitivos, muy frágiles, muy intuitivos, sienten las cosas inmediatamente. Hasta una determinada edad los niños permanecen muy arraigados en ti y saben lo que está pasando. Relájate un poco. Déjale que se mezcle con otros niños, déjale que juegue, y deja de hablar en términos de felicidad o infelicidad. En vez de eso, sé feliz. Viéndote feliz, ellos se sentirán felices. El niño sólo es feliz cuando no es consciente de ello. La felicidad es algo muy sutil que sólo sucede cuando estás totalmente inmerso en otra cosa. El niño está jugando y es feliz porque, en esos momentos, no sabe nada de sí mismo, ha desaparecido. La felicidad sólo existe cuando has desaparecido,. Cuando regresas la felicidad ha desaparecido. A la felicidad no hay que buscarla directamente, haz cualquier cosa y la felicidad te sigue; es una consecuencia, no un resultado.
MIGUEL ANGEL CONESSA: Ser padres es una tarea sumamente personal. La reflexión sobre la forma personal de ser padres la podemos hacer antes de tener un hijo, como una forma de establecer una orientación previsora. Si el hijo ya es mayor, también es un momento de retomar ciertas actitudes y ver, desde la experiencia, si son adecuadas o no. Podemos plantearnos cómo queremos educar, porque los aspectos innatos son sólo una parte y la otra importante es la educación. De ella depende qué haga nuestro hijo con sus capacidades innatas, esta herencia genética que recibe y nosotros como padres debemos ayudarlo a administrarla. Con los recursos que le demos le enseñamos a sacar el máximo rendimiento a sus potencialidades. Hay unos requisitos básicos para que el desarrollo de nuestro hijo sea armónico, que pueda crecer sano y feliz.
Que tenga las necesidades básicas satisfechas. Que sea atendido y aceptado por la familia. Que tenga un grupo de referencia y de pertenencia. Que reciba una educación que potencie sus capacidades. Hay formas de ser padres que no favorecen este desarrollo, incluso pueden, al contrario, llegar a bloquearlo.
WILHEM STEKEL: Lo importante para criar hijos sanos y felices es educarnos como padres. Nuestra ignorancia de las cosas psíquicas y nuestros principios erróneos, son responsables de numerosas y crecientes trastornos psíquicos en nuestros hijos, víctimas de una falsa educación. Las impresiones de la juventud deciden el porvenir.
Los padres servimos de ejemplo a nuestros hijos, nuestro comportamiento es, pues, concluyente para ellos. ¿Pero cómo educar hijos sanos y felices cuando uno mismo no lo está? Somos un producto de predisposiciones hereditarias (factor constitucional) y de la influencia del medio (factor condicional). Aún cuando el factor constitucional sea definitivo, puede ser mejorado. Se puede demostrar que la nerviosidad de los padres no se trasmite sólo por herencia, sino también por una educación falsa. Nerviosidad es igual a desdicha disfrazada. Hay padres nerviosos, insatisfechos, irritables, muy jóvenes o muy maduros, puritanos, sádicos, alcohólicos, obsesivos, egoístas. Algunos ejemplos: Los padres ambiciosos, decepcionados de la vida, esperan de los hijos las realización de sus proyectos fracasados. Los padres descontentos, hacen reproches a sus hijos descubriendo en ellos cada vez nuevos defectos. Los padres hipocondríacos, que tiemblan por su vida, no quiere a ninguno de los que le rodean, hacen de sus hijos seres obsesivos. El padre derrochador, el pedante, el incumplidor, el cruel, el débil, el indiferente, el exageradamente tierno, el inquieto, el descuidado, el impulsivo, el apático, el colérico, cada uno de estos tipos dejan huellas imborrables. No hay que desesperar ante tamaña enumeración, y creer que la educación de los padres es insoluble. Todo perjuicio tiene sus ventajas. Sería un error unificar la humanidad de acuerdo con un modelo. Pero la humanidad sacaría un provecho inconmensurable, si los padres, conscientes de nuestros defectos los evitáramos, dominando nuestra debilidad en la medida en que se las trasmitimos a sus hijos. Es natural deducir que es muy difícil criar niños sanos y felices en esas condiciones psíquicas. Hay estados intermedios (acá estamos la mayoría) que podemos observar, internalizar para mejorarnos, educarnos como padres. El simple y profundo acto de darnos cuenta es el motor esencial de cambio. Pero sabemos que antes de querer educar con amor tenemos que sentir amor, ser alegres, ser sanos.
Doy mi última reflexión propia sobre este asunto: Fabricación de campeones. Ese es el verdadero problema porque podemos confundir, fácilmente, la fabricación de campeones con la fabricación de mitos que conducen, a la corta o a la larga, al fracaso. Debemos ser conscientes de que para que nuestros hijos e hijas sean los campeones del futuro que deseamos que sean hay que interiorizar en ellos la voluntad de querer ser campeones. Si un hijo o una hija no interioriza estas aptitudes, aunque tengan dones para ello, jamás lo van a conseguir. Alcanzar el campeonato, por ejemplo, en un juego deportivo, no consiste en vencer desde el principio, no consiste en triunfar en el primer momento... puesto que yo he visto caer a más de uno y más de una que, por el hecho de haber vencido y triunfado demasiado pronto, al llegar la hora de la verdad ha quedado destruído y destruida. No. La fabricación de un verdadero campeón o una verdadera campeona de la vida es dejar que los niños y las niñas interioricen su autoestima, revaloricen su persona en primer lugar y, después, sepan enfrentarse a cualquier clase de enemigo (los vicios precisamente) para subirse al primer lugar del podio. Un niño o una niña no es un hoja en blanco donde podemos escribir los padres nuestros sueños. Ese pensamiento es falso. Los niños y las niñas son hojas ya escritas por sí mismos y sí mismas desde el primer momento en que la mujer queda embarazada. A partir de ahí mismo, desde el mismo momento de su concepción, ya el niño o la niña está empezando a "escribir" su propia historia. Así que si queremos que esa "historia" sea la de un campeón o la de una campeona ayudemosles a ello pero sin interferir su "escritura". Es como si, por ejemplo, a alguien que desea ser, de mayor, escritor o escritora, los padres estuviésemos escribiendo sus "aventuras". Nunca serían, por muchos éxitos o triunfos obtenidos, "sus aventuras" sino "nuestras aventuras" y ellos, una vez descubierta la verdad, quedarían totalmente desolados. Fábrica de campeones. Ese es el problema fácil de solucionar si dejamos que el hijo o la hija compita libremente, con las herramientas que les hemos aportado, pero con sus propias capacidades. Sólo de esta manera conseguiremos que sean los campeones y las campeonas que deseamos que sean.
20.4.- Ganadores o perdedores, vencedores y vencidos.
Vamos a enfocar este asunto desde los planos sociológicos y psicológicos al mismo tiempo. ¿Ganadores o perdedores?. ¿Han visto ustedes la enorme cantidad de películas norteamericanas en que sale esta filosofía?. Los ganadores y los perdedores. Los unos adorados o adoradas por todos y todas (son los chicos y las chicas guay, los chicos y las chicas que molan, los chicos y las chicas que son la admiración de quienes les miran desde el lado oscuro de la vida). El lado oscuro de la vida. Esa es la otra gran verdad de esta falsa sociedad que nos han traído desde las películas de los Estados Unidos. Arrinconados y arrinconadas en los más oculto de la sombra vivencial están los que siempre son perdedores y perdedoras, los que sólo sueñan un poco de gloria nada más. Pasemos ahora a textos escritos sobre este asunto.
Veamos "Cultura de ganadores y perdedores" escrito por Winner Loser Culture en Internet y, más exactamente por la Comunicadora Social Marta Lucía Betancur: "Mazzucato aseguraba que la sociedad moderna era profundamente criminógena dado que sus valores son exclusivos, no inclusivos, porque están fundados en el individualismo posesivo, en la competencia, en el éxito, el dinero, el ascenso y en el poder que cree necesitar de las apariencias, las verdades únicas, el prestigio, las conquistas, las máscaras y la insolidaridad. Por lo tanto, una cultura edificada con estos valores, sin remedio es una cultura de la guerra, con ganadores y perdedores. Y en Colombia, como nos gusta más la tragedia y el dolor, que el amor,
un paisaje y la risa... nos gastamos la vida y el dinero en desarrollar la carrera del poder, desconociendo al otro. Y para eso, utilizamos la guerra de la violencia relacional y la guerra de las armas. Y como criminógenos, gozamos de una sin igual mente punitiva: incapaz, dice Paul Ricoeur, de comprender que el ser humano ( el otro y yo) es falible por naturaleza y por ello, en muchas ocasiones de su vida falla, se equivoca. Así el ojo por ojo y el diente por diente, se ha convertido en
la marca colombiana del decir, sentir y hacer. Por esa razón, hoy somos miembros de la sociedad de la judicialización. Y de esta manera, ya sin fe en la virtud de los hombres, mientras los días se suceden, vuelve y aparece en escena la misma historia: un sin fin de guerras, conflictos y violencias encadenadas que reclaman siempre una razón para la imposición, la venganza y una decisión sin reversa para continuar la espiral del negocio productivo del guerrear y no escuchar, ni conversar, ni perdonar, ni resarcir, ni cumplir con los acuerdos pactados, ni con la lealtad. Por eso, hoy somos miembros de la sociedad de la traición, la delación y la retaliación.
Y como egoístas poderosos o perdedores, permanecemos blindados a transformaciones que de alguna manera socaven nuestros intereses, religiosos, ideológicos, económicos y sociales. Convertidos en islas de nuestros deseos, o en autómatas de la producción, no admitimos visiones nuevas, caminos de incertidumbre, cambios de paradigmas, miradas con otros lentes... Nos da físico miedo ceder para que muchos
ganen. Gritar para que todos oigan. En fin que, nos da miedo la democracia, donde todos ganan o todos prefieren perder, porque al fin todos lo decidieron. Por eso hoy somos miembros de la sociedad de la inmovilidad".
Fomentado el esceso de egoísmo social por parte de la cultura de los ganadores y los perdedores, nuestros hijos e hijas están siendo manipulados por la práctica del egocentrismo. Quieren, a todas costa, deslumbrar en las aulas de los colegios y la sunviersidades porque si no se sienten ganadores no son nada como les hacen creer dichas películas mas la indistente publicidad del engaño en el que les introducen. Si poseen una marca de identidad (por supuesto que impuesta desde fuera de ellos mismos y ellas mismas) son algo "importante". Si no la poseen son "nada". Y en este falso duelo de los ganadores (los "importantes") y los perdedores (los que son "nada") van cayendo, uno tras otro y una tras otra, en la falsa vida de lo aparente, de lo que no es triunfar sino aparentar que se triunfa. De una vez por todas hay que decir mil veces no a esta forma de dividir a nuestrosa hijos e hijas. De una vez por todas hay que hacerles ver que la realidad es falsa, que la verdad es lo que deben perseguir. Y es que la realidad, muchas veces, no es la profunda verdad con la que Dios creó a los humanos. Veamos otro texto como ejemplo de lo que pregonan los "famosos" sociólogos de la competitividad esta en que van cayendo muchos para darle el trono a unos pocos. En principio parece positivo y digno de tener en cuenta. Ya veremos, al final de este punto, qué hizo Jesucristo. Veamos, ahora, las reglas que se promocionaron en la Primera Convención de Líderes de Centro y Norteamérica (Panamá 2009):
 • Un ganador ve siempre una solución en cada problema, un perdedor ve un problema en cada solución.
• Un ganador dice: - "Es difícil, pero posible.", un perdedor dice: - "Es posible, pero es muy difícil."
• Un ganador hace las cosas difíciles, sencillas; un perdedor hace las cosas sencillas, difíciles.
• Un ganador ve en las crisis una posibilidad de crecimiento, un perdedor ve en una posibilidad de crecimiento una posible crisis.
• Un ganador sabe que puede porque Dios lo sostiene, un perdedor sostiene que no puede porque Dios no lo quiere.
• Un ganador encuentra una respuesta a cada pregunta, un ganador encuentra una pregunta a cada respuesta.
• Un ganador encuentra en su familia su estímulo, un perdedor acusa a su familia de ser un obtáculo para su superación.
• Un ganador piensa que su buena suerte es fruto de su buen trabajo, un perdedor piensa que su mal trabajo es producto de su mala suerte.
• Un ganador ve siempre campos verdes detrás de las piedras, un perdedor ve siempre piedras antes de los campos verdes.
• Un ganador dice: - "Hoy lo voy a hacer antes de que sea demasiado tarde."; un perdedor dice: - "Ya es demasiado tarde para hacerlo hoy."
Ante esta propuesta en el camino, en el largo camino de la vida, van quedando millones y millones de perdedores abandonados por todos, oscurecidos por la "gloria" de los que triunfaron y los nominaron para ser los elegidos, los vencedores. Los que quedaron vencidos son los olvidados, los que dejaron de ser y de existir siempre para los mejores medios de comunicación social que siempre destacan a los vencedores para ponernos como ejemplo lo que debería dar vergüenza ajena.
¿Quiénes son los vencedores y quiénes son los vencidos en esta sociedad cada vez más animalizada por lo que dictan, desde "arriba", quienes se han erigido en dioses de la humanidad, quienes deciden quíénes son los que triunfan y quienes son los que fracasan según su forma y manera de medir el éxito social?.
Dslumbrados por la publicidad de los que consideran que o eres un vencedor de la vida o eres un vencido para siempre... nuestros jóvenes hijos e hijas se encuentran en la doble y fatal tesitura de ser ellos mismos o ser lo que observan. Ellos mismos no son capaces de entender la diferencia entre ser o no ser... y caen, rápidamente, en las telarañas sociales de los sociólogos que predican, con tan bellos consejos como los antes expuestos, la victoria social o la derrota como ser humano. ¿Es cierto que los ganadores son más humanos que los perdedores?. Pues yo, sin embargo, declaro lo contrario. Basándome en las enseñanzas aprendidas del proceder de Jesucristo opino, mantengo y sostengo, que estamos llenos de ídolos de pies de barro mientras que en el silencio de la historia diaria, en la sombra de quienes nunca aparecen en los salones de la fama, están los que de verdad son humanos; están los que sufren por conseguir algo, aunque ese algo sea solamente poder existir. Pero están los otros. Los que confeccionan, anualmente, lo que es válido para ser un ganador y lo que no vale para descollar en la Tierra... como si ellos fuesen los creadores de la sociedad y la cambiasen tantas veces como les viene en gana.
Esto de los ganadores o perdedores, vencedores y vencidos, me suena a mí algo así como el poderoso intento de querer alienar a nuestros hijos hasta enajenar tanto su conducta que sólo los personajes del Salón de la Fama son los espejos donde pueden ver reflejados sus sueños. Fuera de ello sólo existe la resignación s ser considerado siempre un perdedor (ante las chicas, ante los chicos, ante los ascensos laborales, ante la honorabilidad de los grandiosos lugares del lucro, ante las salas de fiestas del glamur, etcétera). Y ¿quiénes son los que juzgan quiénes son los jóvenes ganadores y los jóvenes perdedores? ¿Quiénes se arrogan el supremo derecho de vaticinar quiénes vencen y quiénes son los vencidos?.
La juventud se ve envuelta en la trampa de la apariencia. Cuanto más aparentes son más posibilidades tienen de entrar a formar parte del "ranking" de los ganadores. Algo así como si la sociedad fuera una exposición de presencias sin importar si tienen esencias. Me explico: Quienes dictaminan quiénes son los vencedores y quiénes son los perdedores son los "señores" que emiten juicios sin ver la verdad; los que, ciegos de placer, son ciegos ante la verdadera condición de lo que es ser humano.
Y a todo esto... ¿a quiénes ama Jesucristo? Yo tengo la respuesta entresacada de la Campaña Evangelística La Gran Esperanza 2012: "Cuando tenemos que enfrentarnos a grandes problemas en nuestra vida, ya sean familiares, económicos, laborales, psicológicos o espirituales, una de las preguntas que llegan a nuestra mente es: Hay un Dios? Existe Dios realmente? Si Dios existe, por qué hay sufrimiento en el mundo? Si Dios existe, por qué un accidente, un hecho delictivo o un intento de suicidio pueden poner fin a un sueño, a un proyecto o a una vida produciendo dolor, depresión y sufrimiento? No has pensado que Dios aprovecha la oportunidad de las cosas que nos ocurren para llamar tu atención para que vuelvas a El? Vas a responder a este "sacudón" espiritual y vas a entregar tu vida a Dios? Las señales de los tiempos descriptas en la Palabra de Dios indican que el mundo se acerca a su fin y el Señor te está dando una nueva oportunidad de prepararte para encontrarte con El. Tarde o temprano todos vamos a morir, sin excepción. Estás listo para encontrarte con tu Creador? Vamos a intentar ayudarte con tus angustias, con tus problemas e inquietudes. Te vamos a mostrar que Dios existe y es muchísimo más bueno de lo que tu mente (y la nuestra también) pueda llegar a imaginar alguna vez. Te vamos a mostrar que tú le importas a Dios, que El mantiene el universo en funcionamiento pero que también conoce tu nombre, tu dirección, tu código postal y hasta el número de tus cabellos. Se interesa por tu bienestar y te ama mucho más de lo que tú mismo puedas llegar a amar a alguien. Cómo vas a responder a ese amor infinito?".
Jesucristo no rechaza al vencedor pero ama mucho más al vencido que supo superarse de mil, dos mil, tres mil caídas. Jesucristo no rechaza al ganador pero ama mucho más al que antes de ganar definitivamente perdió muchísimas batallas. Esto es lo que deben aprender e interiorizar nuestros hijos e hijas si de verdad somos cristianos. Y hacerles saber que Dios no ha elaborado, jamás, listas del glamour sino listas de la sencillez, listas de la humildad, listas de quienes tuvieron que callar y calmar su dolor en la soledad antes de salir a la luz y decir ¡Aquí estoy yo y vivo para siempre!.
20.5.- Encuentros y desencuentros de la juventud.
Veamos qué dice, desde Medellín (Colombia), José Fernando Tabares Fernández: "La recreación, como derecho ciudadano, aparece hoy como elemento visible e importante en la configuración del Desarrollo Humano Integral. Sin embargo, el avance de este sector, en la perspectiva de alcanzar las adecuadas condiciones para su garantía, apenas empiezan a establecerse, siendo prioritario la articulación de voluntades, el fortalecimiento de las oportunidades hoy existentes, el avance de procesos de cualificación tanto del talento humano que se desempeña en el sector como de la comunidad en general y el compromiso con acciones que permitan evidenciar los beneficios que aporta la recreación al Desarrollo Humano Integral y en general a la construcción de ciudad en sus múltiples proyectos.
El presente documento, pretende hacer un recorrido por algunos aspectos considerados importantes para el proceso de garantía de recreación como derecho. Aspectos como la presencia de proyectos de esta índole en la ciudad, las características de dichos proyectos y la forma como estas propuestas representan dispositivos que coadyuvan a la formación de los ciudadanos y las ciudadanas hacia una ciudad social e incluyente.
Un primer elemento para hablar del aporte que fenómenos como la recreación hacen al desarrollo humano integral, tiene que ver con la existencia de dispositivos que en la ciudad funcionan desde este campo de acción. Poco relevante sería hablar del gran valor de estas prácticas, si su acceso para los ciudadanos fuera restringido en un alto porcentaje. Tampoco bastaría, en caso de que así fuera, que existiera una gran cantidad de dispositivos que con presencia en todas las comunidades funcionara de manera regular. Porque al igual que cualquier ámbito de la existencia humana, la recreación se configura a partir de aspectos que potencian o debilitan los procesos. Así entonces, y como un elemento a ser tenido en cuenta, la característica e intencionalidad del dispositivo marca el rumbo de una actuación que promueve la autonomía y la participación o el asistencialismo y la manipulación.  Es decir, no todos los dispositivos de recreación aportan de igual forma al desarrollo humano integral.  Los dispositivos - de acuerdo a su configuración, por las condiciones que propician, por las oportunidades que generan a las personas y los grupos -, tienen diferentes orientaciones.
Identificarlos, caracterizarlos y socializarlos, es un aporte que se hace al sector y fundamentalmente a la generación de condiciones para que las personas encuentren cada vez más posibilidades de garantizar el derecho a la recreación. El concepto de necesidad se soporta en la perentoriedad de su satisfacción.  Es decir en su importancia e irrefutabilidad al aporte de una vida humana digna.
Sin embargo, y por múltiples razones, la recreación, al ser abordada desde una perspectiva fundamentalmente jerárquica de las necesidades, ha quedado relegada a un segundo plano. Aspectos como la salud, la educación y el trabajo, asumen una supremacía casi hegemónica sobre la recreación, teniendo como consecuencia la poca presencia de ésta, como vital para la vida, y por tanto la ausencia de programas y proyectos sostenibles en los diferentes ámbitos.  Lo más preocupante de esta situación es que este imaginario no sólo está presente en los funcionarios y personas que toman decisiones, sino en la ciudadanía en general, lo que conduce a que estos fenómenos sean identificados como elementos marginales y accesorios, cuya ausencia no representa una real amenaza para una vida digna.  La siguiente consecuencia de este hecho, tiene que ver con la no identificación de la recreación como derecho que debe ser exigido, en la misma medida que todos los demás.
No es suficiente desde esta perspectiva, ofrecer actividades para que las personas participen como usuarios, se hace necesario además, la implementación de acciones que apunten a la transformación de imaginarios y prácticas.  Dicho en otras palabras, se requiere de un proyecto que desde la educación potencie el logro de otras condiciones más propicias para el desarrollo humano integral.
Quizás una afirmación sea necesaria como encuadre para el desarrollo de este apartado.  La recreación por sí misma, no es necesariamente mediadora para el desarrollo humano integral. Lo contrario, sería desconocer los múltiples intereses, tendencias y funciones que este fenómeno maneja a su interior, como consecuencia de factores de diferente índole (cultural, social, político, económico, etc.).  En este sentido, sería mucho más pertinente partir de una pregunta como ¿Qué tipo de recreación es el que más favorece las condiciones para el desarrollo humano integral? Para responder a esta pregunta, se hace necesario hacer algunas precisiones que nos posibilitarán una mayor claridad en torno a su respuesta. Al referirnos a la recreación como derecho, lo hacemos en referencia a aquellas actividades necesarias para una buena vida.
En la perspectiva de evidenciar la dimensión social de la recreación, se hace necesaria la mirada a aspectos hasta entonces no evidenciados y analizados en profundidad y que sin embargo siempre han estado presentes como grandes beneficios. 
Es necesario un referente a partir del cual sea posible buscar respuestas.  Un referente que permita identificar las regularidades constitutivas de dichas experiencias para de manera clara explicitar su coherencia con la apuesta por la transformación de las condiciones que impiden el acceso a las prácticas y beneficios de la recreación.
Así entonces, la recreación puede ser potenciadora de transformaciones o por el contrario ayudar a mantener el status quo. Por ello y antes de adentrarnos en su análisis, nos apoyaremos en el planteamiento de Victor Andrade de Melo y Edmundo de Drummod Alves, quienes para el análisis del ocio desde la perspectiva de la animación cultural, plantean tres sentidos en dicha intervención. En primer lugar está el paradigma tecnológico, en el cual el ocio cumple una función algo así como de ambulancia, es decir va de lugar en lugar atendiendo las situaciones más críticas, buscando fundamentalmente la atenuación de la situación problemática, pero sin avanzar en atender las causas de dicha situación. En este paradigma se inscriben las prácticas de ocio dirigidas, planteadas desde el profesional, de manera masiva y esporádica en la mayoría de las ocasiones. Bajo este paradigma se busca garantizar las mejores condiciones para que el estado de cosas se mantengan.
Un segundo paradigma, denominado por estos autores como Interpretativo, busca, desde la motivaciones y preferencias, garantizar el acceso a posibilidades que permitan desarrollar las prácticas de ocio a las que se atribuye valor. Aunque este paradigma es presentado como la superación del tecnológico, se cuestiona su poca capacidad transformadora, pues su objetivo es garantizar el acceso a bienes y servicios sin preguntarse apenas por las condiciones e intencionalidades bajo las cuales se instauran.  Este paradigma corresponde al ofrecimiento de cursos, visitas a lugares y demás tipos de ofrecimientos para la población.
En último lugar, se encuentra el paradigma dialéctico, que entiende la realidad como algo histórico, con intereses de clases, que tiene en cuenta el contexto y las situaciones que son producidas en cada lugar por dichos condicionantes.
En este paradigma, el ocio es orientado hacia el empoderamiento personal y político, la participación y en últimas la búsqueda de mayores niveles de autonomía frente a las prácticas que son elegidas en relación con la potenciación de capacidades humanas.
El referente propuesto es el dispositivo, entendido como el microcosmos en donde confluyen ideas de mundo, de sociedad, de ser humano, de recreación, de educación, etc., que se disponen de una determinada forma para lograr una meta. Así entonces, el dispositivo nos permite una mirada más integral de los entramados existentes al interior de las propuestas. Una mirada que avanza hacia la superación de la mirada de tipo instrumental, en donde lo importante deja de ser sólo el dominio de la técnica. En esta dirección las interacciones recreacionista - participante, participante - participante, recreacionista - padre, dispositivo - comunidad, toman relevancia y hacen visibles otro tipo de elementos claves para la lectura de la recreación en relación con el desarrollo humano integral. Pongámosle algunos atributos a los dispositivos para identificar cuales pueden ser considerados como más orientados al Desarrollo Humano Integral.
En la investigación "Experiencias  Deportivas y/o recreativas que en medio de contextos de violencia a portan a la construcción de tejido social y la convivencia en Medellín" se puede leer: "Los pobladores justifican esta apelación a la satisfacción de necesidades recreativas y deportivas porque encuentran significativo fortalecer los vínculos sociales y garantizar la integración social. Acá se encuentra ya la primera pista sobre la característica de un dispositivo de  recreación orientado al desarrollo humano y es que por las características de su vivencia deben favorecer los vínculos sociales y la integración social, es decir, uno de los beneficios identificables en la presencia de dispositivos de recreación en las comunidades, es que favorecen el encuentro y la interacción entre las personas, lo que se ve ratificado en la siguiente afirmación:
Este contexto de crisis y de violencia que ha vivido la ciudad, ha estado acompañado por una emergencia de múltiples experiencias y prácticas educativas, culturales y recreativas con un papel, en ocasiones, de mediación entre los diferentes actores, de construcción de redes sociales y políticas que han actuado como dispositivos para fortalecer las relaciones sociales. 
Una segunda característica del dispositivo de deporte y recreación orientado al desarrollo humano, es que trasciende en su fundamentación su tradicional mirada como fenómenos marginales con una relación sólo con el descanso y la diversión como elemento revitalizador para volver al trabajo, es decir, una función compensatoria. 
Este contexto ha obligado a que las experiencias recreativas y deportivas trasciendan su connotación originaria de corte con las labores cotidianas de trabajo y estudio, de disfrute del tiempo libre, para ser reclamadas y reivindicadas también como prácticas que contribuyen a la paz, la seguridad, la convivencia y la integración.
De esta manera, la recreación es entendida como derecho, cuya garantía aporta indudablemente a la calidad de vida de las personas y las comunidades, trascendiendo la mirada de estos fenómenos como resultado de unas determinadas condiciones para pasar a mirarlos como potenciadores de las condiciones necesarias para el logro de mejores condiciones de vida.
Como tercera característica del dispositivo, se encuentra que como escenario genera condiciones para la identidad, la participación y la creatividad, al representar para las personas oportunidades de interacción y participación mucho más flexibles y horizontales.
En definitiva, estas expresiones constituyen una manera de hacerse públicos y de esgrimir formas de pensar y actuar diversos; son prácticas socioculturales que pueden tener un papel importante en la construcción de cultura política y ciudadanías democráticas desde las cuales dotar al sujeto de una caja de herramientas, de conocimientos, de prácticas y de proceso de constitución de identidad que transformen referentes tradicionales de actuación pública anclados en el clientelismo y en la eliminación de la diferencia, para fortalecer relaciones de reconocimiento democráticas y, por ende, de convivencia.
Una cuarta característica del dispositivo, quizás una de las más importantes, es la generación de procesos de formación que persiguen la transformación de una determinada condición de cosas. La dimensión cultural de la ciudadanía referida a los procesos socioculturales que tiene en cuenta las condiciones históricas, las experiencias cotidianas, así como las dinámicas locales comunitarias y ciudadanas.  Desde esta dimensión cultural, tiene sentido recobrar el significado de la ciudadanía no como estatus jurídico, sino como fuerza simbólica encarnada en las luchas por el reconocimiento social, político y cultural. Porque es este último significado el que permite, incluso, recobrar la dimensión emancipatoria de los derechos, es decir, nos permite recordar que los derechos han sido una conquista de los sujetos y no una dádiva del estado.
El dispositivo orientado a la dimensión social de la recreación, la concibe como práctica que se realiza en el tiempo libre, que son libremente elegidas, satisfactorias en ellas mismas y placenteras, y favorecen adecuados escenarios para el desarrollo humano integral.
En últimas, lo que busca el dispositivo es hacer visibles otro tipo de aspectos que se dan a través de las prácticas de ocio y recreación: identidad, participación, creatividad. Se trata de enfatizar en la dimensión política de las experiencias recreativas y deportivas, de tal suerte que ella pueda pensarse como escenario donde también se llevan cabo procesos de formación de referentes simbólicos, culturales, de significación política y de actuación en la esfera pública"
Traspasemos estas ideas a la juventud, a cómo maneja la juventud su tiempo de ocio y de recreación social y cultural. En esto de los encuentros y desencuentros de la juventud es necesario primeramente una educación ciudadana, y social en general, para poder enseñar a la juventud que el encuentro debe ser siempre de actidud positiva. ¿Cómo se ha llegado a creer que disfrutar de un encuentro juvenil es tumbarse en medio de las plazas públicas bebiendo cervezas tras cervezas (el famoso botellón) donde jamás hay comprensión alguna entre ellos mismos sino que sólo produce desencuentros a través de peleas callejeras por culpa del alcohol?. Los encuentros de masas de jóvenes drogándose mientras berrean ante un acto musical de falsos ídolos rockeros (heavy metal por ejemplo)... ¿son en realidad encuentros de la juventud o desencuentros de unos jóvenes contra otros?. Lo primero que hay que inculcar en las mentes de nuestros hijos, cuando son niños y niñas de corta edad, es hacerles comprender lo que es un encuentro pacífico, positivo, sanamente recreativo y de aprendizaje cultural.
Cuando los jóvenes tienen bien claro lo que es un encuentro juvenil que no sepa de diferencias de ninguna clase, que no sepa de prejuicios dañinos, que no sepa del tabaquismo, el alcoholismo, la drogadicción, el sexo indiscriminado que muchas veces conduce a la muerte o a una enfermedad irreversible, las gobias de unos grupos contra otros, es cuando se da el verdadero encuentro juvenil. Lo otro no son encuentros sino desencuentros totales o parciales en donde la ira y el odio hace que se dividan en pandillas opuestas y siempre de carácter negativo contra la sociedad en donde viven.
Construir un mundo donde los jóvenes sepan de verdad encontrarse los unos con los otros es un esfuerzo que se inicia en los adultos, en los padres que saben inculcar a sus hijos e hijas (desde que son niños y niñas) que el ejemplo a seguir es el de la comprensión, la empatía de unos con otros, el adecuado actuar dentro de lo que es cordura, educación, civismo, confraternidad y hermandad cristiana que vaya mucho más allá de las diferencias y los separatismos. Las banderas y los símbolos juveniles sólo son positivos cuando sirven para unir, para compartir sanamente el ocio, para ser personas verdaderamente humanas.
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Foto del autor Jos Orero De Julin
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Miembro desde: Jun 29, 2009
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Descripción

Ensayo sociolgico cristiano.

Palabras Clave: Literatura Ensayo Sociedad Conciencia Conocimiento Realidad Verdad Cristianismo.

Categoría: Ensayos

Subcategoría: Sociedad



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