Fue un día caluroso, cercano a Navidad, cuando el dueño de una tienda de juguetes conocida como "La Fantasía" salió a tomar un poco de aire en la banquita de siempre. Mientras él agitaba su sombrero para refrescarse un poco, una de sus creaciones, Danbo, volvía a cobrar vida para intentar conversar, una vez más, con los demás juguetes. 

De pronto fijó la vista en una nueva compañera que parecía moverse, una pequeña hada dentro de un frasco, lista para ser vendida.

-¿Qué haces ahí encerrada?- preguntó Danbo sorprendido- tus alas son para que vueles libremente.
-Pero que no vez que no puedo escapar de este lugar- respondió ofuscada
-Si dices: "no puedo", no podrás. Yo sólo tengo este cuerpo de cartón y parezco ser más libre que tú que tienes alas. ¿quieres que te ayude a salir de ahí?
-Prefiero quedarme aquí, he escuchado como es el mundo allá afuera de la propia gente que viene a este lugar. Lo desconocido me da miedo, más que los humanos. Me siento segura en mi frasco -confesó
-Es cierto -afirmó y se puso de pie- pero acaso no has escuchado acerca de las maravillas de "Vivir" así creo que llaman al lugar fuera de estas paredes.
-Si...-dijo la pequeña hada y exhaló un suspiro-pero nunca conoceré la felicidad de "Vivir"
-¿Sientes miedo de mi?-interrumpió el robot miniatura 
-No, pero...
-¡Entonces huiremos juntos!-gritó entusiasmado-, porque yo tampoco puedo enfrentarme sólo a eso que desconocemos, pero cuando tienes a alguien a tu lado todo es posible. ¿Recuerdas a esa chica que vino a comprar uno de esos osos tipo "Teddy"? mencionó que la felicidad es compartida, y yo quiero compartirla contigo. 

El hada lo miró sonriendo:

-Quizás podamos volar muy lejos de aquí -propuso mientras posaba sus manos contra el vidrio y sentía algo moviéndose en la zona de su pecho- Si en "Vivir" está la felicidad de la que ellos hablan, entonces...

De pronto la luz del sol entró de lleno a la habitación. El hombre había vuelto. Posó su bebida en la mesa de trabajo y fue a ordenar la vitrina que da hacia la calle. Debía estar todo perfecto para este fin de semana de compras navideñas. En ese momento notó un espacio vacío. 

-¡Otra vez me robaron esos chicos malagradecidos!- exclamó- y fueron dos juguetes esta vez- dijo subiendo las manos a la cabeza como queriendo arrancarse los blancos cabellos.

El hada de rojo vestido y el niño de cartón habían desaparecido. 

FIN.

♥ Espero que les haya gustado, Rina.