El hombre ideal
Publicado en Nov 30, 2011
Me atrevería a decir que este no es un tema muy rebuscado, que ni siquiera tengo derecho a intentar dilucidarlo, mas me es imposible no intentar comprender su elocuencia. ¿Qué es realmente este ser? ¿Una agrupación de calificativos de género colectiva? ¿O simplemente, al igual que en muchos ámbitos sociales un prototipo erróneo? En primera instancia es preciso el descartar –aunque su origen popular lo desmienta- la característica de individuo al que describen las masas femeninas; esto por el simple motivo de que nunca desglosaríamos las virtudes de dicho personaje, pues aunque muchas intentemos perfilar a este súper hombre, sólo de manera individual nos calzaría el zapato. Las mujeres ciertamente presentamos una menor superficialidad en cuanto a estos temas, no obstante, le sumamos una emotividad que nos permite el interiorizar en la naturaleza humana. No es mi intención adscribirme a alguna corriente ideológica de géneros, simplemente espero dar un mensaje a ambos. Para las mujeres: creo que ya todas hemos dicho llenas de frustración que el “hombre ideal” no existe. Ciertamente les quiero infundir esperanza, su existencia no es mito, proviene de una leyenda, es decir, hay algún fundamento y este fue el de una mujer que vivió acompañada por un hombre con muchos defectos, pero que supo conocerlos, respetarlos y quererlos. Pues si compartimos naturalezas; compartimos todo lo que ello conlleva. Evitemos los prejuicios, pues nuestra decisión es la que importa: quienes son dignos de dar un concejo se lo guardan y solo expresan su opinión. Para los hombres: Sin ánimo de atacarlos, les digo que todo lo que se dice sobre la mente masculina y femenina, y su imposibilidad de conocerla, sí es un mito. Solo no se dejen llevar por los prejuicios que podamos llevar las féminas, porque al fin y al cabo muchos hombres comparten lo bueno y los diferenciamos y escogemos por lo malo. No nos dificulten la tarea buscando virtudes que no son propias, ya que, de esa manera se genero el debate. Desde ya agradezco la lectura de esta precoz opinión, que busca solo el mutuo respeto. Después de todo, tanto la poesía como los insultos provienen de nuestra interacción, y las letras son dignas intermediarias que siempre terminan en inspiración.
Página 1 / 1
|
LAPIZ ESCRIBE
Tamara Alejandra