Sácame de aquí de esta realidad que no hace más que lastimar, sálvame del mundo comercial, de los desenfrenos físicos, abrázame bella noche y no me dejas escapar, abrázame en el frio de tu brisa, bésame en la soledad de tu cuerpo, acaríciame en la penumbra de la muerte, en la sombra de tu alma, libérame de este cuerpo limitado e incapaz, déjame ser tuyo, déjame morir en tus brazos, no soy nada sin ti, no soy nada sin tu amor… Sin tu corazón, sin tu vida en la mía, sin tu boca en mi boca, sin tu mirada en mi cuerpo, sin tus palabras en mi mente…
 
 
Quien soy yo para merecer tu cuerpo como el lecho de mi muerte, quien soy yo para tocar la suavidad de tu piel, quien soy yo para respirar la tranquilidad de tu ser, quien puedo ser para amarte a ti una vez hasta morir de pena inminente por jamás eternamente separarme de ti, mátame si quieres, esa es mi libertad, aniquílame si esa es mi salvación…
 
En ese miedo me siento libre, en ese terror me siento a mí mismo, en el escalofrió del cobarde me siento valiente, en el peligro de muerte me siento invencible... En ese abrazo imaginario soy quien soy sin mascaras, soy quien soy sin ataduras, quien soy, soy realmente verdadero en la oscuridad, en el poema romántico naciente en el alma gótica…