No sé donde estoy, no sé donde he caminado esta vez, en rumbos inesperados te busco una y otra vez, amada mía,  música de amor y horrores, princesa de mi alma, donde has estado que no te encuentro en ninguna dirección, a donde te has llevado lo que no fue mío, lo que estaba por serlo, eso que reside en la presencia de tu esencia que vive perseverante en el recuerdo de tu ausencia.
Mujer misteriosa escribí para ti una promesa real, no un para siempre superficial, con estos dedos prometí recrear mis letras, en un por siempre temporal, pues mis pasos se encaminan a lo eterno, a un amor inmortal.
Mi luz, ahora eres obscuridad, mi luz, por momentos me dejas de iluminar, mi fuerza se parte en dos, en huellas opuestas marcadas con profundo dolor, una pisada con el peso de tu imagen, otra, con la nostalgia de tu voz.
Pero ¿de qué soy fuerte? Si me imagino en un baile sin fin, en tu vestido brillante, en tu sonrisa amante, ¿De qué voluntad hablo? Si soy torpe, un tímido, un introvertido penoso al hablar, con miedo a lo social, perdido en los caprichos de mis deseos, en la hermosura de mis sueños, prisionero encadenado, pesado, cargado de tanto por dar, silenciado, mudado por el ignorando dolor que grita en aparente calma tu nombre una, dos y mil veces…
Soportar tu frio, percibir tu calor, quiero como nada en el mundo unir nuestros caminos, tomarte de la mano como si fuera mi única necesidad, pido con lamentos que nadie le interesa escuchar, encontrarte amor lejano, amor que el tiempo no parece borrar, sentimiento que los días parece alimentar…
Quiero seguirte no importa si pierdo mi nombre, no importa si abandono mis recuerdos, que solo me haga parte de ti…
Reina de este viejo lagrimeo, solo pido una sentencia para el delito de amarte, solo pido un juez justo que me ayude a encontrarte, pido lo que quieras, deseo lo que deseas…
Cualquier cosa para ser tu pensamiento, cualquier cosa para ser tu pesar, cualquier cosa para que me extrañes, para que no me dejes de amar…
Pídeme el tiempo, parte de la vida o la vida entera, pídeme lo que me queda, se lo que me sobra, se la verdad de tantas mentiras, se el descanso eterno de un sueño inalcanzable.
Así, quien me ve con la vista ida a los confines de mi realidad, donde alcanzarte es posible, donde imaginarte se hace costumbre, no se entera de esa imagen, de ese cielo donde se pinta el viento en tus cabellos, te empapa la luna en la lluvia de su alumbrar, te abraza la noche, te acaricia la soledad.
Te amo…
Te busco…
Espérame…