PALESTRANDO
 
POR MARIO LOPE HERRERA
 

       

Mérida, Yuc., 08 de diciembre del 2011
 
SUELDO DE REY EN PAÍS DE COMARCA
 
 
POR DEBAJO DE(L) CHILE
 
El 5 de este mes se publicó en diversos medios la calificación que la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) otorgó a México en materia de desigualdad. El panorama es desolador. Somos, sólo por debajo de Chile, el país latinoamericano que mayor desigualdad social alberga entre sus habitantes. Es decir, la brecha entre el rico y el pobre cada vez es mayor, cuando en países desarrollados como Suecia, Dinamarca, Noruega y Alemania es casi inexistente.
               Esta realidad no es casualidad ni culpa de las economías que comercian con México. Tiene mucho que ver con las políticas públicas que, desde la época de la Revolución, (y hasta probablemente el Porfiriato) han sido objeto de la corrupción, cinismo y descaro de la clase política de todas las épocas de nuestro país. El resultado es el México que todos los días vivimos.
               Y es que resulta hasta morboso pensar cómo en un país que ocupa el primer lugar en corrupción en Latinoamérica (según datos de la misma OCDE), el segundo en desigualdad social, y que posee la nada temible cantidad de 7 millones 226 mil jóvenes de entre 15 y 29 años que no estudian ni trabajan, (por lo que la nación ocupa el tercer lugar entre los 34 países miembros del G-20 que tienen el mayor número de población juvenil inactiva), viva uno de los tres hombres más ricos del mundo. Usted sabe quién. Sin embargo, no es tan perverso pensar con cierto morbo.
               Ayudada sobremanera del corporativismo, clientelismo, favoritismo, corrupción, y dejando para el mañana que nunca llega las reformas estructurales del país (educativa, laboral, energética, fiscal, etc.),  la clase política ha sabido procurarle al César lo que es del César. Con ello han dejado la casa de lado. México se parece al niño obeso que se sació de comida chatarra y que acumuló su desgracia en una sola parte de su cuerpo: el estómago. Ahí habitan los pobres, los millones de mexicanos que viven en pobreza extrema y otros millones que sobreviven con menos de 6000 pesos al mes.
 
 
HABLANDO DE 6000 PESOS AL MES
              
Llegaron las fiestas decembrinas y con ellas los aguinaldos. Hablando de desigualdad, ¿recuerda usted que el precandidato del PAN a la presidencia, Ernesto Cordero, dijo aún siendo Secretario de Hacienda, que los mexicanos podríamos vivir con 6000 pesos al mes pagando casa, coche y colegiaturas en colegios privados? Pues bien ahí le va. Los que de plano no podrían vivir con ese sueldazo serian los magistrados de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que cobrarán los siguientes aguinaldos. El presidente de la SCJN, Juan Silva Meza, recibirá un aguinaldo de 329 mil 898 pesos, más un pago por riesgo de casi medio millón de pesos, al igual que otros diez ministros, según el portal de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS).
               Estas cantidades exorbitantes no corresponden con la realidad social que vive nuestro país. Los “hijos de la prole” que trabajan más de ocho horas al día, toman el autobús o el metro, comen tortillas, compran pañales y leche para sus hijos, que no pueden ir al cine a ver una buena película por que en la esquina “sale más bara” una pirata-clon que el boleto, cobrarán de aguinaldo 30 días de salario, que oscila entre 50 y 90 pesos al día. Haga cuentas.
 
 
 
 
EL “YO NO FUI”
 
               Una vez publicados los resultados de la OCDE, el presidente Felipe Calderón no se hizo esperar para responder a estas cifras. Argumentó que del año 2000 al 2008 la brecha social se había reducido considerablemente, y aún más del 2008 a la fecha. Es decir, yo no fui fue teté. Según un artículo publicado en La Jornada, Calderón defendió su gestión echándole la culpa a las crisis económicas de 1982, 1987 y 1994 (administraciones priístas). Pero, ¿qué dijo de la crisis mundial del 2008 que afectó considerablemente al país en 2009? Pues que los ricos sí la resintieron mientras que los pobres no. Al César se le quitó lo del César. Con esta aseveración, el presidente Calderón insulta la inteligencia de cualquier mexicano ya que según los pobres se quedaron como estaban pero el rico quedó menos rico; y como ya es menos rico la brecha social se adelgaza no porque los pobres son más pobres sino porque el rico ya no lo es tanto.
 
 
EL NINI
              
Pero los ninis de la semana son Enrique Peña Nieto y Ernesto Cordero. El primero porque ni lee ni hace el intento, y el segundo porque ni ayuda al primero ni se ayuda a sí mismo.