Tengo una bici locaina (El Chivatazo).
Publicado en Dec 11, 2011
Ciclópolis. Esto es Ciclópolis. Resulta que la policía nacional ha optado por montar en bicis locainas para vigilar a los navarretes que vienen para acá con las mochilas repletas de chorizos pamplonicas, un poco de queso más bien rancio y grandes hogazas de pan que se van desmigajando por la Avenida de La Gasca por culpa del trote que ellos llevan camino del Guagua Pichincha. El desafío consiste en montar carpas en medio de las terrazas preincaicas y ecológicas y, claro está, se ha quejado una señorita que dice que esto resta vitalidad a la Plaza del Teatro. Las bicis locainas parecen artilugios milenarios y antediluvianos y son muy apropiadas para Bandung, allá por la Indonesia, pero ¿qué pintan las bicis locainas en Quito?
En Guayabamba están de moda; aunque son más lentas que una procesión de orugas paseando por las veredas de la Amazonas. Ahora resulta que el gobierno de Correa las quiere implantar en la quebrada de San Antonio para que los estudiantes de primaria vayan resolviendo los problemas de quebrados mientras desahogan sus ímpetus infantiles subiendo y bajando por la dichosa quebrada aunque sirva de quebraderos de cabeza para Míster Benth, un gringo que se ha instalado en dicha quebrada para descansar de sus fatigas vividas en tiempos laborales allá por Michigan y que se queja de que hay hasta 40 especies distintas de bicis locainas. El proyecto, según me cuentan en el Parque de El Ejido unos cuantos chullitas que andan voceando ¡Inga, Inga, Inga! que por cierto no sé lo que significa, consiste en modernizar el parque automovilístico ecuatoriano con estas bicis hidráulicas del tiempo de la Cultura Mochica. Por cierto, me cuenta una viejecita que encuentro montando en una Trek Mambo (mientras suena un mambo en la casa de los vecinos) que está dispuesta a resistir hasta 17 años practicando el activismo en contra de los panecillos ambateños y que, para ello, va a realizar una marcha de protesta, montando en su bici locaina, desde El Panecillo hasta la Plaza 20 de Mayo. La policía nacional ha decidido que, en el año 2012, todas las bicis locainas sean parte de un plan estratégico para desenmascarar a los secretarios ejecutivos que han engordado más de la cuenta a costillas de los ciudadanos y las ciudadanas. Se medirá la cantidad de pasta que han robado según sea la cantidad de sebo y grasa corporal que les sobre. Es una alternativa que trae de cabeza al señor Alcalde de Cantuña, título honorífico que se le ha otorgado a un caballero de más de 100 años que trajeron, no sé si por las buenas o por las malas, desde Vilcabamba y en un viaje a toda costa hacia la capital pero pasando, no faltaría más, por la costa de Esmeraldas; para que sirva de ejemplo de algo que llaman por aquí El Descenso Urbano en bicis locainas. Esta idea se va a proponer también a los Alcaldes de Mindo, Chimborazo, Cotopaxi, Baños, Baeza y Tena mientras se planifica una Ruta del Morapio importado de Valdepeñas. Está prohibido beber vino en las peñas pero está permitido hacerlo en las quebradas y por las partes más abruptas de la selva de Morona Santiago. Las bicis locainas van a hacer historia en Ecuador y, ya en Quito, un señor del Distrito Metropolitano, incita a grito pelado, en plena 12 de Octubre y en medio de un continuo ladrar de perros, a todos los ciudadanos y ciudadanas (incluídos los que están de paso procedentes de Macedonia que no sé si habrá alguno este año) a descubrir las emocionantes aventuras de montar en bicis locainas que, si el tiempo no lo remedia, se convertirá en costumbre y tradición posmoderna. ¡Atención a las adrenalinas y las penicilinas! porque las bicis locainas son como las mujeres malas: no sabes nunca hacia donde te pueden llevar. Por eso, para no perder el equilibrio (que bastante desequilibrados estamos todos ya) es aconsejable manejar las bicis locainas a una velocidad máxima de 2 metros por hora. Al parecer la bici locaina ha sido invento del madrileño Perico Locatelli, con ascendentes italianos de Palermo y españoles de Santa Cruz de Mudela, al que le apodan "El Loco de Lavapiés". Como es obligatoria montarlas con los pies descalzos... por favor, lávense los pies después de usar una bici locaina, porque sueltan grasa a través de los pedales.
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