El pensar y el sentir se confunden dentro de nosotros pasando uno por el otro sin que nos demos cuenta... A veces pensar es descreer en qué pensamos o en qué sentimos; por eso lo pensamos. Llegamos hasta a confundir el pensamiento con el sentimiento o a dudar si estamos pensando o sintiendo... Pero en la realidad no podemos hacer las dos cosas al mismo tiempo; primer se piensa, y después es que se siente. Pensar otra vez ya es descreer en lo que sentimos o es descreer en lo que pensamos, o creer que creemos; pero nunca es algo definitivo, porque el pensar es relativo dentro del propio pensamiento. Cuando pensamos, todo va hacia al infinito del propio pensamiento. Y tenemos la imaginación, que es lo que buscamos por las razones del propio pensamiento. Pero todo se queda en un área fuera del conocimiento. Por eso se puede decir que pensar es descreer. Muy cerca del pensamiento tenemos el sentimiento, que es lo que sentimos consonante al que pensamos. Por eso a veces sentimos cosas que no corresponden a la realidad. Y a veces ni queremos pensar para no descreer que puede ser verdad o para no creer que puede ser falso. Pero en la realidad estamos dando ilusión al corazón. Lo mejor que podemos hacer es, atendiendo a los hechos, contemplar a las razones del pensamiento y a la verdad del sentimiento, sin profundar demasiado el propio pensamiento. Pues en la contemplación iremos sentir sin pensar, y es aquí que está la verdad del sentimiento; es a partir del sentimiento de la contemplación que debemos tirar conclusiones que nos llevan a pensar correctamente sobre lo que sentimos, seguiendo ese sentimiento como lógica de los sentidos de la contemplación. 15-12-2011 Orlando Faias

Palabras Clave: Poeta

Categoría: Poesía

Subcategoría: Filosófica