"Vida nada te debo, nada me debes, estamos en paz". AMADO NERVO. 
 
¿Cuanto le debo a la vida?
¿Cuánto la vida me debe?
Si Amado Nervo se atreve
a empatar esa partida;
a su grandeza de aeda
esa abstracción bien le queda.
 
Un terráqueo innominado
no puede darse ese lujo
que Amado Nervo introdujo
en su criterio expresado
en el cómputo del debe
con un dictámen tan breve.
 
 
La vida nos donó a todos
a unos más a otros menos
recursos propios y ajenos
que impactaron nuestros modos
para amar y desamar
en esta suerte de dar.
 
Dar alegría y el placer
y recibir recompensa
y cuando uno menos piensa 
es más extenso el deber.
La vida nos dió el aliento
y adjetivó el pensamiento.
 
 
 Respirar, tmbién amar,
facultades tan dichosas,
sencillas y prodigiosas
que debemos exaltar
como regalos de vida
de esa vida tan querida.
 
Enjoyar el pensamiento
del numen de los poetas,
son deliciosas facetas
de la vida en un momento
y es deber agradecer
como un regalo hacia el ser.