EL PODER DE LA IMAGEN
Publicado en Dec 19, 2011
Relato. [Lo que tal vez pudo ocurrir.]
Nadie pensó que era posible un encuentro entre Clear y Nenúfar. Se conocieron en internet y sus opciones habían marcado a los amantes. Los días se sucedieron ininterrumpidamente, se miraban, se sonreían, y discernían el lenguaje de los gestos corporales, sus movimientos inquietos o pausados; a veces sensuales y otros casi provocativos. El amor comenzaba en el chat a las 00:00 o la 24:00 como quiera decirse… Las palabras y las imágenes no pocas veces coincidían, pero el teclado funcionaba con una cadencia amorosa a los oídos. Clear era moreno como le guastaba a Nenúfar. Ella una princesa blanca, etérea, insoportablemente leve o de lánguida ingravidez, tal vez…Sus ojos fluían a través de los pixeles de la pantalla. Clear la invitaría a cenar unos de estos días, se contactaría por teléfono y ambos acudirían a un encuentro impensado…Clear luego de beber de su copa la incitaría a caminar por el rosedal y luego el parque, al lago y… -La besaría- pensó con rapidez- . Acariciar su cuerpo y esperaría el asentimiento de una mujer cándida y vital que se manifiesta al apretar con decisión amorosa la camisa del joven pretendiente. La fantasía de Clear eran tan poderosas y sus imágenes tan vívidas que había llegado a cansarse de todo aquello. Entró deprimido al bar de siempre; miró el exterior desapacible, la tormenta parecía apresurar ese deseo de meces de espera… Nenúfar vestía un conjunto rojo que se destacaba con el más profundo gris de la mañana y el cemento de los edificios. No caminaba, se deslizaba con una urgencia tangible. Sus ojos se posaron en Clear y cuando éste se levantó para ofrecerle la silla…Afuera era el caos. -¿Qué habrá ocurrido? –Dijo para sí.- La gente lo empujo al exterior como si fuera una marea irresoluta, incoherente y poco amable… Al llegar al borde de la línea de la calle…, sombras consternadas se arremolinaba, mientras sonidos lejanos, chirridos de neumáticos, voces encajonadas y maniquíes con delantales de quirófano entraban y salían…; ponía, sacaban objetos…, succionaban y cortaban… Ahora un gemido… Pudo tocar el cuerpo frío… Nunca había tocado la muerte o su proximidad, y esa sensación de no pertenecerle…Tocó sus mejillas y ese rictus perdido: era Nenúfar. Sus sueños habían concluido, ya no podría imaginar hermosas escenas o encuentros en bosques o prados con madreselvas y aves multicolores… Nenúfar yacía, con su cuerpo dislocado y los ojos fijos mirando a Clear que en su retina de muerte quedaría impresa la última imagen que por milenios recordaría. HERNAN ALEJANDRO LUNA FRINGES 16 de diciembre de 2011.
Página 1 / 1
Agregar texto a tus favoritos
Envialo a un amigo
Comentarios (0)
Para comentar debes estar registrado. Hazte miembro de Textale si no tienes una cuenta creada aun.
|