Hay mafias en Ecuador.
Publicado en Dec 28, 2011
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No escribo estas denuncias basándomes en rumores, chismes o palabras ambiguas. Escribo estas denuncias porque las he podido descubrir con mi propia experiencia. Afirmo y confirmo que hay mafias en Ecuador. Resulta que, según  las Leyes emitidas por el gobierno, la canasta básica familiar asciende a un valor de X dólares. ¿Se puede saber, entonces, por qué en la práctica, las personas sencillas y humildes del Ecuador se llevan la sorpresa de que la canasta básica familiar es dos veces o tres veces más que ese valor X establecido por las Leyes?.
He comprobado algo concreto que me hace deducir que existen mafias en Ecuador. Es el ejemplo de las cajas de cigarrillos. La caja de Philip Morris, de 20 cigarrillos, tienen el precio oficial y único de 2,20 dólares pero he podido ser testigo de que, en la misma barriada, en un círculo muy pequeño de metros, en algunos locales se venden a 2,20 dólares; en otros a 2,30 dólares; muy cerca de éste se vende a 2,40 dólares, un poco más allá se vende a 2,50 dólares y, en el colmo de los colmos, a la vuelta de la esquina se vende a 2,60 dólares. Igual sucede con el café, con el azúcar y con múltiples productos de los que todos conocemos como básicos para poder vivir. ¿Qué está sucediendo? ¿Quién manipula de esta manera tan desproporcionada el precio de los productos básicos o los que están estipulados por las Leyes gubernamentales?¿Quién maneja en realidad el mercado ecuatoriano? ¿Qué es esa mierda de Mamá Lucha y sus secuaces? ¿Quién está, verdaderamente detrás de toda esa mierda de Mamá Lucha y sus secuaces?
He comprobado, también por experiencia propia, que existen una gran cantidad de taxistas que no tienen el permiso oficial para ser taxistas; que hay taxistas que cobran el doble o el triple que otros taxistas por el mismo recorrido. ¿Por qué no tienen todos los taxistas incorporado un taxímetro para que el viajero pueda ir comprobando a cuánto sube la cuenta del taxi? ¿Quién maneja, desde la sombra oculta de los mafiosos, el transporte urbano en Ecuador?
También he podido descubrir que en algunas oficinas bancarias te dicen NO a unos simples papeleos burocráticos mientras en otras oficinas bancarias te dicen SI porque no hay ningún problema. ¿Quién se está haciendo millonario con la burocracia de los organismos oficiales del Estado y con las instituciones privadas que dicen una cosa y luego resulta ser otra? Podemos seguir citando cuestiones miles, en la economía ecuatoriana, que demuestra, fehacientemente y sin ninguna clase de dudas, que hay mafias actuando en Ecuador.
¿Quién o quiénes abren los equipajes y las maletas de los viajeros que llegan, en avión, hasta Ecuador y roban todo aquello que creen que tiene algún valor importante o las hacen extraviar quedándose con ellas? ¿Quién o quiénes están permitiendo que esto suceda ante la indignación y la impotencia de quienes se ven desvalijados de esta sucia manera?
¿Quién está queriendo imponer la ley del silencio y amenaza con matar a quienes desean desenmascararlos y denunciarlos ante las autoridades? Si vivimos atenazados por el miedo jamás podremos saber lo que es vivir en libertad. Y es mejor morir de pie que vivir de rodillas porque si vivimos con miedo nunca sabremos lo que es vivir. Yo me pregunto mucas veces por qué Ecuador (a la cual se le puede denominar, por las riquezas que contiene, la Suiza de América) todavía se encuentra en la fase del subdesarrollo cuando ya estamos de lleno metidos en el Siglo XXI después de Jesucristo. ¿Quién o quiénes impiden, en la realidad, que Ecuador no se haya todavía desarrollado con plenitud?. Porque hay mafias en Ecuador.
Lo que reflexiono es que si yo, que sólo soy un periodista español, sé desde hace muchos años que existen mafias en Ecuador... ¿cómo no van a saberlo los periodistas ecuatorianos? ¿Quiénes manejan, en realidad, los medios de comunicación social del Ecuador? ¿Por qué no interesa decir la verdad? ¿Cómo es posible que ciertas altas autoridades del país hagan como que no saben que existen dichas mafias? ¿Quién es la mente o mentes sucias y antipatriotas que se creen tan poderosos e inmunes como pensar que nunca jamás van a ser descubiertos? Yo, como escritor, como periodista... pero, sobre todo, como ser humano dejaría de llamarme hombre si no denunciara lo que he visto y comprobado por propia experiencia.
El gran e ilustre escritor español Francisco de Quevedo dejó escrita, para la posteridad, una espístola que, puesta en prosa, dice así: "No he de callar por más que con el dedo, ya tocando la boca o ya la frente, silencio avises o amenaces miedo. ¿No ha de haber un espíritu valiente? ¿Siempre se ha de sentir lo que se dice? ¿Nunca se ha de decir lo que se siente? Hoy, sin miedo que, libre, escandalice, puede hablar el ingenio, asegurado de que mayor poder le atemorice. En otros siglos pudo ser pecado severo estudio y la verdad desnuda, y romper el silencio el bien hablado. Pues sepa quien lo niega, y quien lo duda, que es lengua la verdad de Dios severo, y la lengua de Dios nunca fue muda. Son la verdad y Dios, Dios verdadero, ni eternidad divina los separa, ni de los dos alguno fue primero. Si Dios a la verdad se adelantara, siendo verdad, implicación hubiera en ser, y en que verdad de ser dejara. La justicia de Dios es verdadera, y la misericordia, y todo cuanto es Dios, todo ha de ser verdad entera. Señor Excelentísimo, mi llanto ya no consiente márgenes ni orillas: inundación será la de mi canto. Ya sumergirse miro mis mejillas, la vista por dos urnas derramada sobre las aras de las dos Castillas. Yace aquella virtud desaliñada, que fue, si rica menos, más temida, en vanidad y en sueño sepultada. Y aquella libertad esclarecida, que en donde supo hallar honrada muerte, nunca quiso tener más larga vida. Y pródiga de la alma, nación fuerte, contaba, por afrentas de los años, envejecer en brazos de la suerte. Del tiempo el ocio torpe, y los engaños del paso de las horas y del día, reputaban los nuestros por extraños. Nadie contaba cuánta edad vivía, sino de qué manera: ni aun una hora lograba sin afán su valentía. La robusta virtud era señora, y sola dominaba al pueblo rudo; edad, si mal hablada, vencedora. El temor de la mano daba escudo al corazón, que, en ella confiado, todas las armas despreció desnudo. Multiplicó en escuadras un soldado su honor precioso, su ánimo valiente, de sola honesta obligación armado. Y debajo del cielo, aquella gente, si no a más descansado, a más honroso sueño entregó los ojos, no la mente. Hilaba la mujer para su esposo la mortaja, primero que el vestido; menos le vio galán que peligroso. Acompañaba el lado del marido más veces en la hueste que en la cama; sano le aventuró, vengóle herido. Todas matronas, y ninguna dama: que nombres del halago cortesano no admitió lo severo de su fama. Derramado y sonoro el Océano era divorcio de las rubias minas que usurparon la paz del pecho humano. Ni los trujo costumbres peregrinas el áspero dinero, ni el Oriente compró la honestidad con piedras finas. Joya fue la virtud pura y ardiente; gala el merecimiento y alabanza; sólo se cudiciaba lo decente. No de la pluma dependió la lanza, ni el cántabro con cajas y tinteros hizo el campo heredad, sino matanza. Y España, con legítimos dineros, no mendigando el crédito a Liguria, más quiso los turbantes que los ceros. Menos fuera la pérdida y la injuria, si se volvieran Muzas los asientos; que esta usura es peor que aquella furia. Caducaban las aves en los vientos, y expiraba decrépito el venado: grande vejez duró en los elementos. Que el vientre entonces bien diciplinado buscó satisfación, y no hartura, y estaba la garganta sin pecado. Del mayor infanzón de aquella pura república de grandes hombres, era una vaca sustento y armadura. No había venido al gusto lisonjera la pimienta arrugada, ni del clavo la adulación fragrante forastera. Carnero y vaca fue principio y cabo, y con rojos pimientos, y ajos duros, tan bien como el señor, comió el esclavo. Bebió la sed los arroyuelos puros; de pués mostraron del carchesio a Baco el camino los brindis mal seguros. El rostro macilento, el cuerpo flaco eran recuerdo del trabajo honroso, y honra y provecho andaban en un saco. Pudo sin miedo un español velloso llamar a los tudescos bacanales, y al holandés, hereje y alevoso. Pudo acusar los celos desiguales a la Italia; pero hoy, de muchos modos, somos copias, si son originales. Las descendencias gastan muchos godos, todos blasonan, nadie los imita: y no son sucesores, sino apodos. Vino el betún precioso que vomita la ballena, o la espuma de las olas, que el vicio, no el olor, nos acredita. Y quedaron las huestes españolas bien perfumadas, pero mal regidas, y alhajas las que fueron pieles solas. Estaban las hazañas mal vestidas, y aún no se hartaba de buriel y lana la vanidad de hembras presumidas. A la seda pomposa siciliana, que manchó ardiente múrice, el romano y el oro hicieron áspera y tirana. Nunca al duro español supo el gusano persuadir que vistiese su mortaja, intercediendo el Can por el verano. Hoy desprecia el honor al que trabaja, y entonces fue el trabajo ejecutoria, y el vicio gradüó la gente baja. Pretende el alentado joven gloria por dejar la vacada sin marido, y de Ceres ofende la memoria. Un animal a la labor nacido, y símbolo celoso a los mortales, que a Jove fue disfraz, y fue vestido; que un tiempo endureció manos reales, y detrás de él los cónsules gimieron, y rumia luz en campos celestiales, ¿por cuál enemistad se persuadieron a que su apocamiento fuese hazaña, y a las mieses tan grande ofensa hicieron? ¡Qué cosa es ver un infanzón de España abreviado en la silla a la jineta, y gastar un caballo en una caña! Que la niñez al gallo le acometa con semejante munición apruebo; mas no la edad madura y la perfeta. Ejercite sus fuerzas el mancebo en frentes de escuadrones; no en la frente del útil bruto la asta del acebo. El trompeta le llame diligente, dando fuerza de ley el viento vano, y al son esté el ejército obediente. ¡Con cuánta majestad llena la mano la pica, y el mosquete carga el hombro, del que se atreve a ser buen castellano! Con asco, entre las otras gentes, nombro al que de su persona, sin decoro, más quiere nota dar, que dar asombro. Jineta y cañas son contagio moro; restitúyanse justas y torneos, y hagan paces las capas con el toro. Pasadnos vos de juegos a trofeos, que sólo grande rey y buen privado pueden ejecutar estos deseos. Vos, que hacéis repetir siglo pasado, con desembarazarnos las personas y sacar a los miembros de cuidado; vos distes libertad con las valonas, para que sean corteses las cabezas, desnudando el enfado a las coronas. Y pues vos enmendastes las cortezas, dad a la mejor parte medicina: vuélvanse los tablados fortalezas. Que la cortés estrella, que os inclina a privar sin intento y sin venganza, milagro que a la envidia desatina, tiene por sola bienaventuranza el reconocimiento temeroso, no presumida y ciega confianza. Y si os dio el ascendiente generoso escudos, de armas y blasones llenos, y por timbre el martirio glorïoso, mejores sean por vos los que eran buenos Guzmanes, y la cumbre desdeñosa os muestre, a su pesar, campos serenos. Lograd, señor, edad tan venturosa; y cuando nuestras fuerzas examina persecución unida y belicosa, la militar valiente disciplina tenga más platicantes que la plaza: descansen tela falsa y tela fina. Suceda a la marlota la coraza, y si el Corpus con danzas no los pide, velillos y oropel no hagan baza. El que en treinta lacayos los divide, hace suerte en el toro, y con un dedo la hace en él la vara que los mide. Mandadlo así, que aseguraros puedo que habéis de restaurar más que Pelayo; pues valdrá por ejércitos el miedo, y os verá el cielo administrar su rayo".
Hay mafias en Ecuador. Lo confirmo una y mil veces y lo sé desde hace muchos años. Y sé que hay quienes los conocen y saben sus nombres, sus apellidos y todo su historial completo. Entonces termino preguntando: ¿por qué puñetas no están detenidos y pudriéndose de por vida en las cárceles si tanto daño han cometido y siguen cometiendo contra el sencillo y humilde pueblo ecuatoriano? ¿Quién lo impide? ¿Quién está detrás de todo este tinglado? Yo acuso porque es verdad. Y ahora que venga un imbécil de esos que amenazan con la pistola que, por Dios vivo que es Jesucristo, le hago meter la pistola por ese agujero corporal llamado ano y disparo para que sepa bien lo que es tener alojada en sus intestinos su propia bala. Que no importa cuánto sé o no sé de artes marciales pero me sobra el valor de mi conciencia para enfrentarme a cualquiera de esos seres imbéciles que hablan con matar a quien desea hablar y denunciarles.
Por el bien de la República de Ecuador y por su definitivo desarrollo de sociedad de bienestar escribo a 28 de diciembre del año 2011 del Siglo XXI después de Jesucristo.
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