Existe dos tiempos para el amor:
Mi tiempo y tu tiempo.
Oportunos días y circuitos hostiles mi universo.
Habitas tu espacio apaciguando los hombres en espera de tu sexo.
No podemos así, encontrarnos…
Mi jurisdicción se complementa con mi vientre.
En ambos mundos me esperan mujeres ambiguas:
objetos siniestros que se revuelcan gimientes…
Despiertan los glúteos salientes como montañas decididas al coito.
Cuelgan del guarda ropas: versos, besos y vestidos femeninos olvidados.
Ah, todo suena perecedero: a crema de afeitar o lápiz para labios femeninos.
El té de la mañana que me sirves en la cama y esa mixtura de tus cabellos recién perfumados por mis labios…
En tu sitio oculto, lejanos hombre como sombras difusas esperan aparearse cuando regreses a tu tiempo.
Apretujada tu piel;  ya anciana,  intentas traspasar los hemisferios de mis labios…
¡Reposa, callas…! Me alejo con mi barca;  los mundos circulan apareados…
Voy por ese sexo ligero que me espera en otro lado
 para aplacar esa constante desigual que me dejaste.
HERNÁN ALEJANDRO LUNA FRINGES  23 de diciembre de 2011.