Estoy pasando los últimos días del año 2011 después de Jesucristo en la playa. Sobre lo de la salvación eterna algunos me han llegado a decir que no me salvo si no me aprendo toda la Biblia entera de memoria o, por lo menos, unos 56 versículos completos (me suena mucho esto del número 56 pero es salirse del tema); otros me han predicado que si no tengo el don de lenguas no hay nada que hacer (por eso algunos se inventan lo de ¡chapristi, chapristi, chapristi! que, auqnue no significa nada lo repiten hasta la saciedad con tal de aparentar que tienen dicho don para poder salvarse); y, en el colmo de los colmos, el anciano que más manda en cierta iglesia evangélica (no me sé ni su nombre ni sus apellidos por cierto) va diciendo pro ahí que sólo serán salvos los que pertenezcan a su iglesia y, además, que las mujeres son seres inferiores y por eso no tienen que tener ningún cargo ni minsterio ni mucho menos un programa de televisión donde demuestren su verdadera inteligencia. Para él sólo son mujeres y no pueden sobresalir por encima de muchos hombres como él, el anciano que más manda y del cual no sé ni su nombre ni sus apellidos ni falta que me hace.
Por el otro lado me atacan la conciencia los de los puñetazos en el pecho repitiendo, cansinamente, "mea culpa, mea culpa, mea culpa" y, además de levantan cuando el que manda les dice que se levanten, se sientan cuando el que manda les dice que sienten y se ponen de rodillas cuando el que más manda les dice que se pongan de rodillas... y todo esto aunque en esos momentos no tengan ganas ni deseos de hacerlo. Además, llega incluso el momento en que, de manera rutinaria y autómata repiten hasta miles de veces seguidas, si es necesario, lo de "ora pro nobis", "ora pro nobis", "ora pro nobis" y muchos etcéteras más de "ora pro nobis" aunque hay muchos que no saben lo que significa o lo dicen por quedar bien y salir airosos del asunto.
Afirmo rotundamente que soy escritor y periodista pero no soy pastor de ovejas, ni tampoco soy ministro de ovejas ni, mucho menos anciano de ovejas ni deseo serlo nunca porque bastante tengo ya con pensar, meditar, reflexionar y escribir que Jesucristo es la verdadera iglesia, que Jesucristo no es religión, que Dios Padre es el único que está capacitado para decidir quiénes se salvan y quiénes se condenan.
Pues bien. En estos días no estoy dispuesto a que el anciano que más manda me intente dar "la barrila" de su sermón dominical cuando sólo estamos en miércoles, jueves o viernes. Y por supuesto que el domingo no voy a ir a tragarme "la barrila" (también se dice "el tostón" o "la matraca") de algo que ya me sé de memorieta. Por ejemplo lo de Absalom que sé que fue uno que se rebeló contra su padre y terminó muerto o, por ejemplo, lo de Sansón y Dalila que lo tengo ya super aprendido. Además, hablando en serio, ¿para qué quiero yo escuchar tres o cuatro horas seguidas de "barrila", "tostón" o "matraca" de algo que puedo consultar en la Biblia (que para eso ya está escrito) y buscando en las Concordancias puedo hasta escribir 10, 12 o incluso 13 y más hojas sobre el tema en cuestión porque para algo me ha dado Dios el don de la escritura?.
Para conocimiento de ese anciano que más manda (y peor para él que quiera ser anciano porque yo nunca voy a serlo ya que siempre seré joven por mucho que me mande emisarios para decirme lo contrario porque ni le hago caso a él ni a sus emisarios) he visto a mujeres que ya son Directoras, Ministras y hasta Presidentas... cosa que, quizás, ese anciano que más manda (del cual desconozco su nombre y apellidos y ni falta que me hace) que peca de machismo elevado a una gran potencia, nunca lo conseguirá.
El caso es que yo, ahora que estoy descansando en la playa, sólo pienso una vez más en el Sargento Matute y en el juego de las chapas de mi primera infancia que me traen a la memoria a Geminiani y a Gimi (dos pedalistas para ser más exactos).
Como sé razonar perfectamente y reflexionar en gran cantidad pues razono y reflexiono y llego a la conclusión bíblica de que mi único Pastor es Mi Señor Jesucristo, que mi única Palabra es la que proviene directamente del Espíritu Santo y que mi único Destino Final es conocer a Dios Padre; aunque por ello me llamen loco o cosas parecidas ya que, como me enseña Jeuscristo decir: "Padre, perdónalos porque no saben ni lo que dicen ni lo que hacen". Otra cosa bien distinta es que tenga, en esta Tierra, a un consejero cristiano al cual escucho y, aunque muchos lo duden, también en algunas ocasiones me pide mi consejo. Eso es ser hermanos cristianos de verdad.