RESTAURACIÓN DEL VOTO
¿A QUÉ VIENE EL PAPA A MÉXICO EN 2012?
 
 
 
“Prácticamente será Benedicto XVI quien esté abriendo las campañas, que empezarán el 1 de abril… a los pocos días de su visita a México”.
Elio Masferrer Kan
 
La próxima visita del Papa a México tiene varios matices, no obstante el principal de ellos es la elección presidencial. Más que promover la fe y la palabra de Cristo, el Papa será un emotivo y “espiritual” motor de auxilio para el panismo. Después de la crisis del actual gobierno y su política de guerra para contrarrestar al crimen organizado, la figura papal procurará refrescar la imagen piadosa de la cúpula de derecha. Ante la falta de liderazgos definidos, con propuestas sólidas y un pragmatismo eficiente y funcional, el panismo (reducido, sin rumbo, desesperado, y sin una figura moral que lo sostenga como partido ideológico) tendrá en el líder de la Iglesia Católica al redentor político de su ideología erosionada de cara al voto que ha perdido la fe en la derecha mexicana.
No es casualidad que en la agenda de la visita se definiera al estado de Guanajuato (símbolo geográfico de la lucha cristera), donde el PAN tiene más de veinte años gobernando. Ya en México, y de jiribilla, el Papa tendrá la oportunidad de estar cerca de sus fieles para promover la fe Católica en un país que cada día se convierte a otras sectas y/o denominaciones cristianas, motivado principalmente por los escándalos de pederastia de sus clérigos y otras crisis que sufre la grey católica en México.
Pero, ¿por qué Benedicto XVI no visitará el Distrito Federal? La respuesta es tan simple como obvia. Ahí gobierna el liberalismo social, la izquierda radical, el marxismo de nombre. El Papa no ha sido bien visto en algunos países de Europa que promueven los matrimonios gays, el aborto, el uso del condón, etc. En el Distrito Federal hay grupos que no están de acuerdo con las posturas de la Iglesia Católica en ese sentido, y lo que menos quiere Felipe Calderón es que el Papa tenga una bochornosa visita si de ayudar a su partido se trata. Además, el cardenal Norberto Rivera Carrera fue un arduo defensor de Marcial Maciel, ahora repudiado por El Vaticano, y eso Benedicto XVI lo ha de saber, así como sabrá que las misas del cardenal mexicano no tienen poder de convocatoria aunado a su gusto mediático (práctica que al Papa no le agrada mucho para un pastor de la fe cristiana).
Otro matiz es que la política de centro también llevará agua a su molino. Enrique Peña Nieto, como diría el maestro Bernardo Barranco, “es el más panista de los candidatos a la presidencia”. La afinidad de EPN con la Iglesia Católica ha llamado la atención pues trascendió que negoció con la cúpula eclesiástica la reforma al artículo 24 Constitucional para que se permitan actos religiosos en público. Con esto, el candidato del tricolor se agencia simpatías de los líderes de la fe católica, pues “más de un 30% de los obispos ubicados principalmente en el centro y norte del país miran con simpatía a Peña Nieto; puede decirse que, más que priistas, los obispos se comportan como peñistas”. (PROCESO, 1833, pág., 27).
Ya ni qué decir del PRD pues, en teoría, la ideología de izquierda está en perenne divorcio con la religión. Y digo en teoría porque Andrés Manuel López Obrador anda fusilándose los principios morales y espirituales del cristianismo para “su” República: el amor. Así que no está muy lejos de hacerle ojitos al Papa en una de esas; si ya le hizo piojito a Televisa, no veo por qué no a la Iglesia.
Una vez más atestiguamos que lo laico y lo religioso, políticamente, se dan la mano y lo que está escrito es fundamentalismo para niños. Que las cortinas son tan transparentes que podemos ver lo que sucede dentro. Juegos de poder donde lo religioso pertenece al César. Por un lado los políticos se desgreñan en las Cámaras para separar a la Iglesia de toda práctica pública, “defienden” cuales vicarios el legado de Juárez y sus Leyes de Reforma, traicionando en breve a éste cuando la cúpula del catolicismo amenaza con retirarles su “apoyo” fraternal. Ahí tiene usted el por qué los líderes de la Iglesia buscaron a EPN, ante la circunspección de Josefina Vázquez Mota.
Será interesante seguir de cerca a los candidatos en la visita papal. Parece que la estrategia de cada uno de ellos es la piedad, la penitencia y el amor. EPN ha propugnado por establecer un pacto de no agresión, donde los improperios y abyecciones queden en el pasado. ¿Será que ya ha tenido suficiente golpeteo después de su visita a la FIL donde todo el país lo estropeó cual muñeco de twitter? Y qué decir del nuevo apóstol del amor. Palabra escrita, ahora, con la mano izquierda. Es posible el acercamiento entre un Marx demacrado y vencido por Keynes, con un Jesús que ha recibido con fiesta en el cielo a AMLO, a esa oveja descarriada que todos creímos se había perdido. Pero no, la encontramos.
Ante el poder mediático que posee la Iglesia Católica en el mundo podemos esperar un repunte en las encuestas de los candidatos que protagonicen la visita del Papa. Sobre todo, Felipe Calderón la utilizará como un gran evento de restauración panista, mientras que EPN ostentará que sigue siendo un blanquiazul de clóset.
 LA DIFERENCIA
En Cien años de soledad, Gabriel García Márquez nos cuenta que la única diferencia entre conservadores y liberales, es que los primeros van a misa de siete mientras que los otros a misa de ocho.
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