El descaro
Publicado en Jan 08, 2012
El descaro
posee tu cara y tu nombre y el peso liviano en el que te manifiestas. Con palabras que se sueltan desprovistas de labios quieres llevarme siempre a una esquina indómita en que puedas abolirme con tu esencia de sino y clavarte en mi tórax como estaca sagrada. No palideces cuando andas desnuda sobre ecos y hastíos, sobre cañas apáticas: Se han quitado de tu voz todos los velos santos y en tus muslos se enrolla la palabra Victoria. Acostumbrada a merecerlo todo no puedes determinar que no vengo de bestias y que tengo el corazón que no es de alfeñique: Ese que te derrota en tus largas andanzas.
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Richard Albacete
Elidee