Hoy, día 8 de enero, cumplo años. Son 18 en total; por aquello de jugar con el 1 cuando estoy de portero y con el 8 cuando lo hago como jugador de campo. Esto es la ventaja de cumplir años en plena juventud. 18 años recién cumplidos que es una buena edad para gozar la vida en plenitud. Eso es lo que sucede cuando la plenitud cristiana está acompañada de la Luz del Espíritu Santo. Quien dude que dude, allá él o ella con su pesimismo, porque para eso existen esas dos frases de William Shakespeare que dicen así: "Duda que sean fuego las estrellas, duda que el sol se mueva, duda que la verdad sea mentira, pero no dudes jamás de que te amo" y "Nuestras dudas son traidores que muchas veces nos hacen perder el bien que podríamos ganar si no temiéramos buscarlo".
Es por eso que en este día en que cumplo 18 años de edad recuerdo a Don Quijote vivo siempre amando, a sus 18 años de edad, a su Dulcinea de tan sólo 16. Eso es lo que me interesa y no las dudas existenciales de quienes no creen en lo milagroso que es esto de vivir como cristiano. Si dudas de algo, peor para tu inteligencia cuando ese algo es la Verdad de tu existencia. Y es que cumplir 18 años de edad no sólo forma parte de nuestro interior espiritual sino, también, porque así lo dice Jesucristo, de nuestro exterior corporal.
¿Qué es, en realidad, un ser humano?. Para mí que tengo por bien aprendido y asumido que un ser humano es aquello que desea ser. Algunos suspiran por llegar a ser centenarios para poder decir que han cumplido los cien en perfecto estado de salud. Pero otros somos mucho más certeros cuando nos vemos en el espejo de nuestra existencia y comprobamo que, efectivamente, acabamos de cumplir los 18 años de edad mientras nuestras chavalas sólo tienen 16.
Entre la verdad de Don Quijote y Dulcinea y la mentira de quienes no ven en ellos a dos jovencitos enamorados ciento por ciento, me quedo con la verdad. El caso es que Siro sigue vivo y, a pesar de quienes digan lo contrario, tiene la vida entera en su naturaleza animal (Siro es un perro de fortaleza increíble) y no ha perdido un centímetro de saludable condición. Esta es la Verdad que predica Jesucristo a pesar de los incrédulos: "Si me pides con sinceridad, sencillez y fe que hoy has cumplido solamente 18 años de edad, en verdad te digo que estás en lo cierto; porque cosas más difíciles he hecho yo a pesar de que quienes lo ven sigan siendo tan necios que no lo creen".