El patio de mi casa tiene un jardín que cuando se le corta el césped dice tururú tururú y tururú. Para sorpresa de los toreros, Chiriboga se ha puesto la montera por sombrero y ya tenemos el Cisco Kid armado. Algunos están confundiendo comisión por camisón y vaya pelos que se les ponen cuando quieren meter la cabeza debajo de la manta. Por cierto en Manta están manteando a un peruano que se llama Pedro pero nada tiene que ver con el Pedro de la Sagrada Biblia. Porque, ¡vamos a ver!, ¿qué es eso de ver en las pantallas de los televidentes y las bolas de cristal de los clarividentes a Arango chupando un mango? Eso me estoy preguntando desde hace días.
Hoy, precisamente hoy que no es ayer ni mañana, lo primero que hay que hacer es tener una buena agenda con los nombres y los dos apellidos completos empastados con letras de oro del que defecó el moro en la pasta. Dicha agenda es necesaria para saber, por ejemplo, algo tan interesante como que a las 19:30 exactamente ESPN Run y que quien quiera descifrar esta clave que lea el Código Da Vinci y se dará cuenta de que es perder el tiempo. Pues bien. Una agenda es una agenda pero llevar tres agendas de golpe y porrazo debajo de un brazo desequilibra a cualquiera, cuando camina por las calles ululando como sirena de coche de bomberos, que hasta las chavalas guapas huyen cuando le ven como se huye de un búfalo más enfadado que Emilito y Benito juntos.
Pongámonos serios de una vez por todas y contemos que todos los directivos de los clubes de fútbol del mundo entero deben ir más derechos que una vela, o mejor dicho velón, para reclamar sus derechos cualquier viernes de estos en que la Fox Sport Noticias anuncia, por ejemplo, que mañana habrá una reunión de todos esos citados directivos de los clubes de fútbol del mundo entero para ver si el balón de fútbol, a partir de ahora, cambie su forma y pase a ser algo así como una cebolla con penacho incluído. Buena cuestión para ser tratada a nivel mundial ahora que ya estamos cansados de tantos torneos que se avecinan para febrero.
Calendario. Es necesario llevar un calendario volante (o sea que vuele más rápido que el cometa Halley) en la agenda de trabajo si es que se puede decir que trabajan algo los susodichos directivos de todos los clubes de fútbol del mundo entero. Para ello se han abierto las inscripciones para ocupar 17 poltronas bien apoltronadas en la Organizáción Mundial de la Salud Mental. Y es que existen muchos directivos de los clubes de fútbol de todo el mundo que andan más descarriados que un tren de mercancías navegando por el Mar Muerto.
La polémica que se ha levantado como lo de quinto levanta tira de la manta (y ahora en Manta no dicen nada ante esto) es si los directivos de todos los clubes de fútbol del mundo entero deben estudiar ginecología a priori (o sea antes de ser directivos) o a posteriori (o sea después de ser directivos) para ver qué clase de paridas sueltan. Los televidentes de las cajas tontas y los clarividentes de las bolas tontunas no dicen ni pío pío papío y papío y toma más papío para el cuerpo ante esta polémica que tiene asustados hasta a los nativos de las Islas Marquesas y, además, algunas marquesas están reclamando que estos directivos de todos los clubes de fútbol del mundo no hacen más que zanganear de lo lindo y se merecen un buen par de chancletazos a volapié (o sea con la chancla lanzada a lo aquí te pillo aquí te mato si te doy con ella en toda la cresta). La cresta de toda esta polémica ha resultado ser que un directivo inglés se está haciendo el sueco.
Cambiamos de tercio, de cuarteto y hasta de quinteto, para informar que hoy, día 8 de enero en la Tierra y los demás planetas del Universo, de lo cultural no hay nada de nada de nada pero nada de nada de nada y nada de nada de nada... salvo una sesión de sombras chinescas que se van a llevar a cabo debajo del agua del Mar de los Sargazos. En definitiva, que como dice mi nueva amiga Ana: "Para no caer en estrés hay que saber llevar un cronograma en las tres agendas que llevan sus  nombres y los dos apellidos completos grabados en oro de ese que defecó el moro un día en que estaba mal de la barriga".
Me retiro con un: "adiós amigas compañeras de mi vida, adiós amigas de aquellos tiempos" y no sigo cantando porque va a llover más y es necesario que deje de llover para que la ropa que tengo tendida en las cuerdas de saltar a la comba se puedan por fin secar y porque además hoy es mi cumpleaños y no quiero que ninguno de esos mogollones televidentes y clarividentes que se han formado a botepronto me agüe la fiesta.