Esta forma de sentir la Existencia es abrir los ojos en cada amanecer y descubrir que seguimos siempre estando vivos; levantarse sin lanzar, como energúmeno, denuestos contra la madre, o contra la hermana, o contra la esposa, o contra la hija; desayunar acompañado de un café que alimente las ideas diarias; escribir dichas ideas; salir a pasear, bajo el sol o la lluvia, disfrutando de la belleza de caminar con las manos metidas dentro de los bolsillos del pantalós mientras vamos fluyendo como río sin cesar; volver a escribir otras nuevas ideas, con más café, que vienen a alimentar nuestros bagajes y el acervo de nuestros conocimientos; almorzar como Dios manda (no aquello que te desagrada por repetitivo y cansino sino lo que te agrada por ser variado y variable); nuevo café como si fuese el primero del día; volver a escribir otras ideas aún más nuevas que las anteriores; vivir el atardecer como si fuese la primera vez que lo viimos; seguir escribiendo más ideas para adornar aún más nuestros pensamientos; cenar acompañado del café de medianoche; ir a la cama y soñar, con los ojos abiertos, contemplando la luna y las estrellasjunto a la Princesa que tenemos al lado como esposa, amiga y compañera de esta Etenidad.