Lo que más me divierte es ir caminando por el sosegado mundo de las esperanzas. Soy un hombre que flota, sin complejo alguno, como esa clase de poetas que podemos convertir el sonido del viento en una fresca composición musical en donde los arcos iris se pueden contemplar en todas las partes de este misterioso caminar con  rumbo a los besos oportunos de la mujer que sabemos amar.
¡Qué perenne caminar es esto de seguir siempre adelante, como surgen las olas del mar, como cándidos humanos haciendo fiestas en el aire donde bailan las hadas de nuestra imaginación! Es como el agua de un manantial que circula por todo nuestro pensamiento y nos convierte en niños y niñas que han crecido sólo para ser jóvenes eternos.
Lo que más me divierte es ir caminando por las primitivas rutas de mis sueños e irlos alcanzando uno tras otro, jugando con la espuma de los sentimientos, haciendo navegar a mi alma por esos océanos de mar, de aire y de tierra...