Teleclub de La Costera (Diario)
Publicado en Jan 20, 2012
Algunos juegan con los naipes españoles una especie de subastado muy original. Otros juegan, también de manera muy original, al dominó. Y los hay que sólo son mirones. Todo es una especie de amistad que envuelve el ambiente del Teleclub de La Costera. Es Alhama de Murcia y, cuando no estoy trabajando en la computadora, me entretengo en charlar con algunos de ellos, de manera muy especia con Sebastán y con Juan, mientras tomo el café o me limito a jugar, con los naipes españoles que sobran, al original Mágico Solitario mientras sigo, con atención, las películas del Oeste americano... sobre todo cuando salen chavalas muy guapas.
Son días de asueto, de trabajar poco y de divertirnos un mucho con las películas del Oeste. Siempre hay algún café que Sebastián me regala a cambio de contar algún chiste que otro. Este Teleclub es como una verdadera chistera llena de magia y conversación. Los de los naipes españoles, a veces, pelean y dicuten armando una pequeña trifulca, pero nunca llega la sangre al río; mientras que los del domino golpean tan fuerte las fichas contra el tablero de la mesa que pareciera que, de un momento a otro, dicho tablero va a quedar hecho pedazos. Al final nadie gana ni nadie pierde; pues así es de caprichosa la suerte del azar... hasta que entra la vendedora de lotería y se arma otro revuelo con el asunto de comprar o no comprar un décimo; aún sabiendo que sólo se puede ganar a la lotería si el azar lo permite. Pero el azar anda muy lejos del Teleclub de La Costera de Alhama de Murcia, entretenida con repartir la suerte en la capital. Llega la hora de trabajar. Entro en la sala de las computadora. Si hay alguna chavala saludo y si no hay ninguna chavala me saludo a mí mismo y comienzo las tareas. Cae la noche, Apago la computadora y salgo a la sala del televisor. Le pido al barman que me devuelva mi pasaporte y, con´él bien guardado en el bolsillo trasero de mi pantálón, me despido de todos los reunidos. Salgo al exterior y contemplo la placa conmemorativa de la creación de este Teleclub, veo el nombre de A. Yzarra. Me pregunto quién habría sido el tal A. Yzarra mientras observo la tres banderas ondulándose con el viento: la de España, la de la Comunidad de Murcia y la de Alhama de Murcia que no se debe confundir con la de Alhama de Aragón. Comienzo a caminar por el sendero, siempre con campo a ambos lados, hasta llegar al Camino de Inchola y, con las manos en los bolsillos de mi pantalón, llego a Villa Carmen. Siempre hay algo distinto cada dia. Siempre hay una nueva sorpresa.
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