Hay lugares que se nos quedan como sitios entrañables para siempre. El Bar-Cafetería- Restaurante Los Rescoldos de Carrascoy, en la provincia de Murcia, es uno de ellos. Cada café tomado allí siempre estuvo rodeado de tertulia con uno, con dos o con grupos de personas que fui conociendo, a veces nacionales y a veces extranjeras, mientras pasé algún tiempo en las montañas murcianas. Tertulias que siempre surgían espontáneas y en las que participaban todos con un poco de algo que hablar: desde los mismos hermanos propietarios del Bar-Cafetería-Restaurante hasta personas imprevistas que se unían cuando iban de paso. Todos estamos de paso en algunos lugares; pero hay lugares que se quedan con nosotros para siempre.
A veces era el fútbol (sobre todo los duelos entre Real Madrid y Barcelona, o los duelos entre Real Murcia y Cartagena entre otros y de otros deportes como el ciclismo); otras veces eran cosas de la vida diaria (de los casados y casadas versus los solteros y solteras, de las relaciones con vecinos que a veces nos caen bien y otras veces menos bien), de la situación política española (lo que hacen o dejan de hacer quienes dirigen la nación española o la región murciana); de chistes más o menos subidos de tono; del tiempo; de los jóvenes y los adultos; de cosas más o menos variopintas que van sucediendo en nuestro devenir de esta existencia llamada vida.
En Los Rescoldos de Carrascoy dejé rescoldos de mi presencia y la presencia de todos ellos y ellas que, para mí, nunca se apagarán.