Llevo casi cinco años buscando un disco de un grupo pop de los 90's, una década que como verán no está muy lejos . Pero quizá para los empresarios de la música, veinte años sea mucho tiempo.
Por ello, me encuentro con que no lo hay en ningún Mixup, tienda que por cierto, ha degenerado mucho en los productos que ofrece. No hay más que estrenos (y no todos), cajas de series idas y venidas, cuyo precio nunca baja y cientos de películas basura que vemos todos los días por la televisión  con un doblaje horrible (Y si no, hay que pagar telecable, por cierto).
Busco opciones en internet y me encuentro con que en Amazon necesito una tarjeta de crédito para comprar el disco que saldrá más caro que comprar un tostador de pan o una batidora. La tarjeta de crédito me endeudará de por vida y el mundo del consumismo me empujará tanto como pueda por exprimirme lo poco que me puedan prestar, ya que no tengo mucho qué ofrecer.
Sigo buscando en internet y me encuentro con Taringa, donde me ofrecen una gran cantidad de opciones para bajar el tan codiciado disco.
Me suscribo a Taringa, abro los links y varios me mandan a bajar el archivo en Megaupload.
En varios links es imposible bajar el archivo porque no existe. Sigo buscando y me encuentro por fin con un enlace que parece prometer el disco. Por fin voy a escucharlo... pero...
Resulta que mi conexión a internet es barata y no da para descargas. Para eso tengo qué pagar un poco más.
Voy a casa de un amigo y le pido que me dé un chance para bajar un archivo.
Resulta que tarda horrores en bajar. Mientras me ofrecen que pague diez dólares para que se baje más rápido.
Falta un 20% para que se descargue, entonces se bloquea por no sé yo qué diantres y el archivo se pierde.
Al día siguiente, cierran Megaupload por piratería y robo.
Ahora sí, habrá qué aguantarse porque los que venden música legal prefieren ofrecer a Lady Gaga y para ellos no existe nadie más.
Ahora sí, habrá que aguantarse porque es piratería conseguir un disco que nadie quiere vender.
Después de todo, Kim Schmitz ya está en la cárcel y disfrutó por un momento la grandeza al explotar una de las páginas más visitadas en internet.
Al fin, todo esto de los derechos de autor, va a parar a las empresas que lo administran y quien menos derechos tiene es el autor.
Mientras ellos se pelean por el dinero que ganan o dejar de ganar, yo sigo sin un disco de los años 90 que no he podido conseguir.
Seguiré aquí, soñando que alguna vez lo escucharé...
Lw.