Desdoblando el tiempo,
en la alquimia de lo imprevisible
el polen de la vida se cuela ,
y te conjuras en mi  solitaria esencia 
para inventar nuevos motivos  
entre veleros despojados de ternura,
pero las horas infinitamente pasan
sin dejar un párrafo abismado.
 
Seguiré mi camino desterrada,
como en un limbo
con mi maleta de horas hibridas
diáfana, 
 con mi piel de pájaro.
batiendo mis alas  etéreas
 en la espesura de esta distancia hiriente.
 
Pero tu memoria huele a olvido,
 Y entre desaguados  helechos mustios
un siniestro  delirio  me aturde
entre arpas de exuberantes quejidos dionisiacos.
en este  desmantelado atardecer
donde no somos más 
que  traficantes del tiempo.