De los más destacados programas de toda la Historia de Concursos de la televisión española (y hay muchos que son excelentes) se encuentran "Un, dos, tres... responda otra vez", "Un millón para el mejor" y "¿Quiere usted ser millonario?. Posiblemente, y es cosa de gustos, el más completo de todos ellos sea "Un, dos, tres... responda otra vez".
Este programa apareció, por primera ocasión en España, el día 24 de abril de 1972 y ha estado existiendo hasta el 11 de junio de 2004. Yo recuerdo bien aquella su primera etapa en que lo presentaba el ya fallecido Kiko Legard y, en mi primera época de casado, me acuerdo de Mayra Gómez Kemp, Jordi Estalella y Miriam Díaz Aroca. Era una idea creada por Narciso Ibáñez Serrador, hijo del actor Narciso Ibáñez Menta y consistía en tres partes: la ronda de preguntas culturales, la eliminatoria de ejerciciós físicos y la subasta donde entraba a formar parte la suerte de cada pareja de concursantes que, por aquel entonces, sólo estaba permitido que fuese mixta (un hombre y una mujer).
Recuerdo muy bien a las azafatas y secretarias en la parte buena (de entre ellas surgió la actual actriz cinematográfica Victoria Abril pero había otras que a mi me gustaban mucho más). En la parte negativa me hacían reír Don Cicuta y sus dos ayudantes porcedentes los tres del imaginario pueblo Tacañón del Todo. Como mascotas fueron sucediéndose Calabaza, Ruperta y Botilde.
Cuando apareció el programa yo era todavía soltero y había salido de cumplir mi Servicio Militar Obligatorio (sin tener ningún trauma por ambas cosas porque jamás me traumatizaron a mí ni el estado de soltería ni usar armas de fuego) y me reunía junto con mi abuela, mis padres y mis dos hermanos pequeños a ver el programa todos en familia. Mi hermano mayor, como siempre, estaba lejos de lo que es el verdadero sentido familiar y andaba ya resentido contra todos y tramando la ocasión propicia de destruir a la familia diviéndola en  partes separadas. ¿Desea, ahora, ese susodicho hermano tener un enfrentamienro cara a cara conmigo? Él bien sabe por qué lo digo. Y ahí va mi mensaje: "Un, dos, tres... ¿deseas intentarlo otra vez? Como no es tonto aunque lo parece ya sabe muy bien por qué digo yo eso. A ver si es lo suficientemente hombre de venir hacia mí solo y sin compañía... porque al pan pan y al vino y si quiere volverlo a intentar que lo intente... pero bien sabe él que en ese caso podría a pasar a la posteridad como el nazi "Cara Partida". A ver si los tres gallitos de pelea vienen otra vez... que les estoy esperando...
Ya se sabe eso de "quien va por lana sale trasquilado" asi que "Un, dos tres... ¿quieren ustedes tres -Emi, Boni, Maxi- intentarlo otra vez ahora que ya no está nuestro padre vivo?". Ya saben bien por qué lo digo. Y resulta que, según el comportamiento de los tres, ellos sí que tendrían que estar encerrados de por vida en un psiquiátrico. Donde las dan las toman y ahora vas y se lo dices... que si quieren ir a juicio vamos a juicio, gallitos desplumados. Aquí queda el mensajito hermanitos "valientes".