"El que cree en mí...de su interior correrá como un río de aguas vivas"Cómo escribir en presente algo que siento desde mi niñez...un deseo ferviente de ser feliz junto a mi alma gemela.
Hoy se refleja en este amor que crece y nos consume.Entonces, este grito se hace un eco inmortal, la letra atemporal y aquello que parecía un juego de enamoramiento y pasión se materializa en la novela histórica que es nuestra vida.
Lo amé desde que lo conocí, de porte elegante, mirada soñadora, alma de navegante y hechicero...Cierta vez nos vestimos con el traje de la noche y amanecimos bendecidos por la aurora...
Nuestro destino se hizo uno, mágico, indestructible...una tarde de lluvia  se dibujó el arco iris en el crepúsculo y nuestros corazones latieron al unísono, fuimos parte de la naturaleza circundante, tanto que nos mimetizamos con el horizonte.
 Esa comunión que invade nuestras vidas hizo que un día nos fuéramos a vivir juntos y aquí es donde en verdad comienza la historia...Nos decidimos a construir la felicidad,la casa es amplia como nuestros corazones, en el parque cada fin de semana nos reunimos familiares y amigos, la risa es la música preferida, el deporte acompaña nuestra mesa junto al folclore...
Mas, tanta dicha no se compara a la noticia que nos sorprendió cuando le anuncié que esperábamos un bebé...para celebrarlo decidimos realizar un itinerario de viajes...
Y para qué ilustrar con anécdotas la bendición de nuetras vidas, si desde el instante que nos conocimos se inició esta magia que nos une y hace que esta elegía no conozca su fin...Así, a medida que transcurre nuestra primavera, el Señor obra sus milagros en nosotros, descubre nuestros dones...somos dos personas en un alma y multiplicamos las maravillas en frutos de Amor.