Es totalmente incierto, Marian. No tengo ningún resentimiento pero soy un ser humano y como ser humano también siento dolores porque si no fuese así sería un monstruo. No estoy resentido, de verdad puedes creerlo, con nadie sino que con algunas personas prefiero no compartir nada de lo que en su día compartí porque, insisto, no soy un monstruo sin sentimientos y como tengo sentimientos tengo mucha alegría y me gusta mucho la vida pero también tengo dolores que ya están en el pasado pero prefiero no vivirlos de nuevo así que por eso despejo mi corazón contando verdades que sucedieron no por revancha, no por resentimiento, no por nada sino para hacerme un gran bien a mí mismo... porque pienso mucho en los demás pero me he dado cuenta de que es muy bueno pensar, también al mismo tiempo que en los demás en uno mismo para seguir teniendo buen humor. Verás, Marian... como me siento feliz de lo que he hecho, de lo que hago y de lo que haré pues mejor me quito los cargados pesos que me hicieron llevar durante muchos años (¡¡¡ay si yo te contara todo, Marian!!!) y a pesar de mis errores (que los tengo como cualquier ser humano) prefiero contar, sobre todo en mis Diarios (o en cualquier otro producto literario que se me ocurra) la verdad de muchas cosas (y eso que dejo otras muchas sin contar o al menos las procuro dulcificar un poco con cierto sentido del humor) porque así me desprendo de lo que me cargaron a mis espaldas de manera cruel e injusta. Si fuese rencoroso sería   violento pero soy feliz porque soy pacífico. Al pan pan y al vino vino y yo no guardo rencor pero hago caso a los psicólogos que me aconsejan bien. Para poder navegar feliz por estos mundos es mejor soltar lastre y liberarte del todo. ¿Me comprendes ahora? Espero haber sido claro y te soy honesto cuando te digo que no lo hago por rencor sino porque soy feliz. Aunque parezca otra cosa la verdad es que lo hago para poder navegar completamente liberado (¡¡¡ay si yo contara todo!!! pero ya ves que sólo cuento trozos sueltos y  solo para seguir siendo feliz). Quienes saben por qué escribo esos textos a los que te refieres muy bien saben por qué lo hago. No soy El Conde de Montecristo sino solo un cristiano que vive feliz y no se arrepiente de contar verdades entre tantas mentiras como hay por estos mundos. Es eso solamente, Marian. Gracias por leer y comentar.