Un par de monjas
Publicado en Feb 13, 2012
La monja de blanco y la monja de negro, tres en realidad porque el gris oculta otra más perversa, hoy lunes caminan por la principal calle de mi pueblo. Sin tomarse de las manos y sin mirar a nadie, como acostumbran hacerlo siempre . El par de monjas no se da cuenta que las observo huirle a la dulce lluvia de tigres somnolientos. Ni la monja de blanco ni la monja de negro los vieron caer. Mi pueblo está de fiesta por primera vez en cien años. Y esta noche de monjas apresuradas, no se quiebran las lámparas y nadie atrapa los cocuyos. No se silencia la risa del bailarín. Dime, papá, ¿por qué lloras para mí si para todos habrá a su debido tiempo gotitas de tigre que te desgarren? No tengo tiempo de mirarle a las monjas sus blancos muslos de papel. No es para mí la puerta abierta del automóvil. Nadie adivinará cuál era el libro que ocupaba el espacio vacío entre los dos de Plutarco. Tronante la música. Y cómo se abren las bocas y se dilatan los labios y se alargan las lenguas al sonreir la monja de blanco y la monja de negro. Entre el gris de ambas, camina otra más perversa. Sus dientes son el blanco teclado del piano que alguien hiere en la bodega. Esas monjas que hoy no se toman de las manos, tienen tristes las miradas mientras mi pueblo está de fiesta. Al azar, leo un renglón del libro Las vidas paralelas, de Plutarco. Tiberio - Graco: "...porque él mismo destruye las autoridades que le hacen poderoso". ¿Qué relación tienen ahora mismo el par de monjas, con Tiberio, con Graco, conmigo? La monja de blanco y la monja de negro, en realidad es una sola girando como remolino cerca de mis ojos.
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MAVAL
saludos!