Cuando una chavalilla (además muy guapa por cierto) te cuenta su dolor es porque confía en ti; cuando una chavalilla (además muy guapa por cierto) te cuenta su frustración es porque confía en ti; cuando una chavalilla (además muy guapa por cierto) te cuenta su impotencia es porque confía en ti... y cuando una chavalilla (además muy guapa por cierto) te da su número de teléfono sin que tú se lo hayas pedido para nada es porque confía en ti. Nieves S. G. era la mejor del aula sin desmerecer, ni mucho menos, a otras también muy guapas o simplemente muy buenas compañeras. Nieves S.G. confiaba en mí. Ya es la segunda vez que hago justicia a favor de Nieves S.G y otras que estuvieron en el mismo aula (no importa cuáles eran sus físicos sino que confiaban en mí al darme sus votos para ser elegido representante estudiantil de todas ellas lo mismo que hicieron mis pocos amigos de verdad) pero es justo que lo vuelva a hacer porque la justicia debe ser bien patente que está del lado de las inocentes y los que no tuvieron culpa alguna. Sí. Nieves S.G. confió en mí.
Todo esto para que se entere el interesado y nada interesante bajo mi punto de vista Motorista Super Star de que es verdad que para ser hombre es necesario serlo. Nieves S.G. (quizás también en representación de otras muchas que me son ahora anónimas pero nunca las he olvidado) confiaba en mí. Y yo declaro que quien ríe mejor no es el que ríe el primero (como sucedió con el nazi Motorista Super Star y su pandilla, abusadores de chavalillas inocentes) sino quienes ríen más tiempo (como hacen ahora esas chavalillas sea cual sea el camino de la vida que han decidido tomar).
Afirmo rotundamente, por mis experiencias vividas en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid que la justicia, para que sea de verdad justicia, debe estar siempre del lado de las inocentes y los que no son culpables. Porque ellas buscan a alguien en quien poder confiar sabiendo que ese alguien no las va a defraudar a pesar de sus ocupaciones y obligaciones personales. Esperar justa justicia dentro de una biblioteca, aprendiendo a ser cada vez más hombre es mucho mejor que chulearse en las fiestas de disfraces con caretas de cabritos cuando se sabe que de hombres no tienen ni la hache muda que ya es decir porque se puede dudar hasta de que tengan cromosomas masculinos más allá de esa parte trasera donde la espalda pierde su nombre. ¡Chorizos no! ¡Morcilla sí! ¡Que les den morcilla a todos ellos! Para que te enteres del todo y bien enterado, Motorista Super Star, abusador de chavalillas que creyeron primeramente en ti pero después confiaron en mí. A mí me queda todavía la hombría de bien, la honradez y la nobleza de no haberlas engañado jamás. No puedes decir lo mismo tú, ni los que eran como tú, porque la verdad es que quien engañando gana también engañado fracasa. ¡Que sigan teniendo buen carburante vuestras fantásticas motos y, de paso, vuestros traseros también para que no os arda demasiado cuando os montéis sobre ellas u os entre el gusto de saber lo que es eso que tanto os gusta del gusto anal!.
Cuando una chavalilla (además muy guapa por cierto) te mira a los ojos y te dice que eres tan noble que por eso confía en ti es porque realmente sabe lo que vales y por eso te da el voto como su representante entre los estudiantes del aula universitaria. Nieves S.G. confió en mí y ahora es hora de cumplir esa justicia equitativa para que sea una justa justicia. No por una revancha porque para nada tengo de qué revancharme ya que a mí no me quitó nada, ni tan siquiera pudo evitar que consiguiese la licenciatura mientras jamás le tuve ni en cuenta para absolutamente nada, sino por todas ellas. Por todas y todos quienes confiaron en mí pidiendo que llegara el día que lo hiciese público. Como fue una experiencia real lo hago público y lo paso a mi Diario.