Años de Sindicalismo puro y duro. Hay que bombatir al vertical con todos los horizontales que uno se pueda imaginar. Los fabulosos héroes mitológicos que lideran muy bien liderado son Justo Fernández, Felipe Torrecilla y otros muchos más (de todas las tendencias ideológicas que os podáis imaginar en el espectro de los colores políticos y a ver asi ahora se les salen los colores de vergüenza) que son correas de transmisións de sus repectivos Partidos Políticos. En todo aquel avispero de los empleados de las aspiraciones pequeño burguesas, estamos los Independientes Autónomos, oyendo, escuchando, mirando, observando, callando, pero activos, totalmente activos a la hora de reivindicar derechos de los trabajadores pero no a favor ni en contra de nadie (como hacen ellos que se pelean todos los días ante la sorpresa inaudita de los neutrales que no se mojan nunca pero que siempre son los primeros en poner las manos para recibir los pocos céntimos de aumento que han conseguido los sindicalistas) sino a favor solamente de los trabajadores.
Intentamos, cuando nos da por hablar, hacerles comprender a lo trabajadores y trabajadoras que sí, que han conseguido un aumento de unos cuantos céntimos al mes pero que no se están dando cuenta de que están perdiendo toda clase de privilegios y beneficios sociales como, por ejemplo, los vales de descuento de las zapaterías, los vales de descuento de Mantequerías La Leonesa o algo así, los vales de descuento de Simago, las vacaciones en las Residencias de Comarruga en Tarragona, San Pedro del Pinatar o algo parecido por Andalucía y la de la Sierra de Madrid (en las que por cierto estuve yo gozando unos días con mi Princesa cuando ya había pasado todo el rifirafe de las peleas de unos horizontales contra otros horizontales, de verticales contra verticales y de todo aquel mal rollo), que también han conseguido que no consigamos el sábado libre y, además, ahora que estábamos pidiendo una jornada única resulta que han firmado con los empresarios toda una gama de jornadas tan psicodélicas que conseguimos el sábado libre unos pocos pero hay otros a los que les hacen firmar trabajar los sábados, y además hay jornadas nocturnas y no sé si hasta hay servicios laborales en domingo pero poco faltó para eso, más lo de competir y machacarse unos trabajadores contra otros (¡válgame Dios lo que tuve que ver!) para conseguir objetivos de rendimiento (cosa que yo jamás firmé y por eso me pagaban menos); además, lo de la supresión de las horas extraordinarias (y eso que nosotros no hacíamos sino explicarles todo a pesar de las amenazas personales del tal Justo Fernández que les iba a decir a todos nuestros compañeros y compañeras y lo de compañeros y algunas compañeras más bien feas con perdón, sólo es un decir para no dejarles demasiado mal, que éramos los Independiente Autónomos solamente un grupúsculo de locos) no sólo las suprimen (que era lo quer debían haber hecho para poder trabajar todos según decían ellos mismos) sino que las aumentan cada vez más; porque hasta resulta que los mismos afiliados a los sindicatos horizontales, verticales, azules, rojos, negros, amarillos... y de todos los colores que os podéis imaginar, son los más interesados en que no se suspendan las horas extraordinarias para que pudiesen trabajar todos sino que se aumenten para conseguir comprarse los mejores chalés de todas las Sierras y todas las Playas de España. Por cierto, dicho sea de paso, los anarquitas de la CNT que proclaman que no a ninguna clase de autoridad están locos por ascender y ocupar cargos de jefecillos de última categoría y lloran a moco tendido cuando no lo consiguen (¡Increíble pero cierto!).
Podría seguir contando la tira (no cómica por cierto porque no nos hacía gracia aquello de estar exponiéndonos en las calles ante la dureza de los grises mientras ellos ni aparecían a doscientos kilómetros de distancia de los hechos que sucedían en la calle para que ellos luego viviesen con todo lujo de aspiraciones pequeño burguesa) de cosas que ya prefiero olvidar y ahora que unas nubes de sus memorias me borren a mí y, de paso, a los pocos pocos, pero muy pocos, que estábamos verdaderamente concienciados de lo que eran las verdaderas luchas obreras. Ya está.
¡Qué buenos son los enlaces sindicales que no me dejaron ni tan siquiera una banqueta en sus lujosos despachos de Enlaces Sindicales para poder atender a algún que otro trabajador o trabajadora no fuese que al hablar conmigo les confesase toda la verdad y se diesen cuenta de lo que estaba realmente pasando en la Banca Privada! ¡Es que privaban del todo! ¡Por supuesto que privaban del todo y por eso quisieron privarme de la voz! Menos mal que nos quedaba el recurso de reírnos mucho con algo así como ¡Jajajajaja! que es muy sano para olvidar. ¡Olvidadme ya majetes compañeros y por favor a ver si ya habéis dejado de ser tan majaderos!.