Yo no creo, para nada, que la Numerología sea ni una Ciencia exacta ni una Ciencia inexacta, ni tan siquiera que sea una Ciencia como dicen las malas lenguas pero he de reconocer que muchos números me han traído suerte y no precisamente por casualidades sino por causas diversas. Por ejemplo, para citar solo unos pocos que se me vienen a la memoria apunten la siguiente y variopinta serie: 3 - 9 - 10 - 13 - 16 - 18 - 49 - 56 - 68 - 84 - 94 - 2012. Me dejo otros muchos en el tintero pero es que la memoria de mi disco blando (yo no uso disco duro en mi cerebro como ocurre con algunos bastante brutos por cierto); pero existe un número muy especial (aunque todos ellos han sido muy especiales) que es el 27. Y es que 27 fueron las jornadas completas (cada cual tiene el derecho de medir lo que dura una jornada como le venga en gana que para eso estamos ya liberados)  en las que trabajé, de manera como de corresponsal y otras cosas, para la U.C.I. (que no es Unidad de Cuidados Intensivos sino Unión de Comunicadores Investigando) en cierto ámbito bancario.
El caso es que llegué allí procedente de una alta misión que había llevado a cabo en una cima madrileña, y no me refiero a la Sierra de Guadarrama sino a Madrid capital, un poco casi como desconocido o desconocido del todo, porque ya había tenido cierto éxito con una misión en asunto de cajas. En fin, que como estaba algo despitadillo, comencé a escuchar a las chavalillas guapas y bullangueras de aquellos ambientes cantar lo de "Me gusta el nombre de Pepe porque se pega a los labios y Pepe no me des tormento y déjate querer" (lo cual me animó mucho en mis tareas de investigaciones secretas) mientras jamás escuché a ninguna de aquellas chavalillas guapas y bullangueras (y perdonen pero estoy diciendo la verdad) cantar nada a Benito, Emiliano, Bonifacio y/o Máximo o por lo menos yo no he conocido esas canciones.
Estoy seguro de que, ahora, irán Benito, Emiliano, Bonifacio y/o Máximo, junto con todos sus miles y miles de adláteres que estaban pululando a mi alrededor en aquellas 27 jornadas de mi todavía corta vida (y a ver si ahora se me van a cortar los pavos) me echarán a mi la culpa (échame a mi la culpa de lo que pase, cúbrete tus espaldas con mi dolor y que allá en el otro mundo een vez de infierno encuentres gloria y que una nube de tu memoria me borre a mí) de que las chavalillas guapas y bullangueras cantaran aquello para animarme y no les cantaran nada a ninguno de esos cuatro. Seguro que, como siempre y desde que nací, me estarán echando la culpa a mí pero es que resulta que los 4 Mosquiteros citados están ansiando apoderarse de una herencia ajena que, ¡mirad por dónde y esto sí que es curioso!, asciende a la friolera cantidad de 0 euros con 0 céntimos. O sea, que si eso merece la pena tantos sacrificios pues que aprendan que para eso son ya muy mayores.
Bueno. Pues eso. Que iban buscando a alguien pero esa chavalilla guapa y bullanguera (y no digo quién es porque luego también me dirán que me estoy tirando el pegote, el folio y todo lo demás y ya se ocuparon ellos de echarme muy mala fama como para yo echarme más mala fama todavía) les dio esquinazo a los 4 Mosquiteros que ahora se han reconvertido en 4 Trompeteros tocando el jazz por las rúas. En fin, que quizás hayan aprendido demasiado tarde cómo se debe defender a la Dama cuando jugar de Ajedrez se trata y por eso ni se dieron cuenta de que nos comimos a todos sus peones, les derribamos todas sus torres, les aniquilamos todos sus alfiles, les robamos todos sus caballos, matamos a la Dama de Elche. No. Esto es un error. Quiero decir a la Dama Negra (con perdón de los de piel negra pero no va contra ellos) y les dimos Jaque Mate en menos que canta un gallo... y mira que cantaban bastante bien las chavalillas guapas y bullangueras aquello de "Me gusta el nombre de Pepe porque se pega a los labios y Pepe no me des tormento y déjate querer" que me animaron tanto (y yo no tengo la culpa de que no cantaran nada a favor de Benito, Emiliano, Bonifacio y/o Máximo o por lo menos yo no he escuchado ningún disco a favor de ellos) que realicé toda mi labor investigativa durante aquellas 27 jornadas (cada cual puede elegir como quiera y como le guste cuánto dura una jornada) y ya está. Me la llevé porque era mía y Santas Pascuas y menudas pascuas les hice a los 4 Trompeteros (ahora se dedican a estar trompudos contra mí como si yo fuera el culpable de todas sus fechoría por conseguir una increíble herencia de 0 euros con 0 céntimos o sea de alforjas vacías pero vacías del todo) y a todos sus miles de adláteres, pelotas, pelotilleros y gentes de más o menos vivir así como un tanto desvariados, vacuos (que quiere decir vacíos porque me parece que son tan analfaburros que no saben que vacuo quiere decir vacío) y hasta bastante gilitontos por cierto.
Buen día a todos y todas porque vivimos de un día en un día y se debe decir buen día en lugar de buenos días. Y a ver si tantos "listos" como hay todavía por ahí sueltos y como despendolados y tal y tal se enteran ya de una vez. ¡Hala, a tomar vientos o buñuelos de vientos o chocolates con churros que bastantes churros andan por ahí vendiendo nuestras chavalillas pero que cuestan un pastón y a ver si siguen haciendo el gilitonto y nosotros nos hacemos millonarios gracias a los churros que venden nuestras chavalillas a esos pardillos, verderones y hasta loritos cacatúas!. Eso es lo que sucedió durante mis 27 jornadas vividas como enviado especial de la U.C.I. (Que aclaro que no es Unión de Ciclismo Internacional aunque algunos se creen mejores ciclistas que Aniceto Uset por ejemplo sino Unión de Comunicadores Investigando).