Otra grande aventura en Vallecas (Diario).
Publicado en Mar 08, 2012
De mis muy variadas aventuras por Vallecas (y ya sabéis que no me refiero a aventurillas con chavalas porque siempre he sido, soy y seré fiel a mi Princesa) traigo a mi Diario, hoy, una bastante espectacular por las diversas ramificaciones que tiene (otra vez me huele a cuerno quemado todo esto). El caso es que hace unas pocas semanas que han ocurrido los ataques terroristas en Madrid (¡muriendo muchas decenas, que casi llegan a la centena, de seres humanos inocentes!). Mi aventura se desarrolla en un piso de alquiler cerca de la Calle Pico Cebollera de Vallecas (Madrid). Para más datos diré que abrí una cuenta en la sucursal de Cajamadrid más cercana a este pisito o lo que sea. Hemos venido, mi chavalilla y yo, solamente porque nos ha dado nuestra "querida amiga" ecuatoriana Mercedes M. S. su palabra de honor de que, a cambio del trabajo que le dimos en el Frederick Hopkins School de Cumbayá (Quito) como maestra y cuando absolutamente nadie le daba trabajo, y porque está totalmente agradecida por ello, podemos quedarnos en su piso y, cuando mi chavalilla tenga que volver a Ecuador, por supuesto que nos da toda su palabra de honor y lo promete solemnemente y hasta nos lo jura si es preciso jurar, que yo puedo quedarme en dicho piso todo el tiempo que sea necesario, sin ninguna clase de problemas, hasta que encuentre alguna solución. Pero me promete que sí, que me puedo quedar allí todo el tiempo que sea sin límite alguno de fechas (eso lo prometió en Quito delante de toda su familia y por eso tengo testigos de que es cierto que me lo prometió) porque está muy agradecida, pero que muy agradecida, por haberla dado trabajo en su país cuando nadie de su país la quería dar trabajo.
Comienza la aventura y comienzan nuestras investigaciones sobre un cura católico de la parroquia más cercana al piso de la Calle Pico Cebollera, en Vallecas-Madrid, que resulta que, a cambio de ofrecer alimentos a las más necesitadas, éstas tienen que irse a la cama con él. Eso es lo que nos informan. Así que mi chavalilla, acompañada por mí por supuesto, va a buscar a dicho cura a la misma parroquia. Llegamos a la parroquia y preguntamos por dicho cura (que nos han dicho que es bastante jovencito o aparenta ser bastante jovencito). Sale una señora vieja a la puerta y, al enterarse que estamos al tanto de lo que está sucediendo, nos da, como respuesta para salvar a dicho curita de la vergüenza de tener que confesar públicamente sus abusos sexuales contra las chavalas necesitadas de comida, nos dice que dicho curita no está allí. Lo más seguro es que esté escondido en la sacristía como hacen siempre los curas que abusan sexualmente de jovencitas o incluso jovencitos. El caso es que no tiene valentía suficiente para enfrentarse a mi chavalilla y yo estoy obsevando nada más y apuntando en mi memoria. Localizado ya este asunto mi Princesa se despide porque tiene que volver a Ecuador pero antes vuelve a preguntar a la "amiga" ecuatoriana Mercedes M. S. si va a cumplir con su palabra y ella le contesta que no hay ningún problema en que yo me quede en aquel piso. Le indicamos que si es necesario pagar algo se lo pagamos y ya está (aunque a ella no sólo no le pedimos ningún dinero cuando le dimos trabajo en el Frederick Hopkins School sino que le dimos un sueldo mensual bien remunerado). Mercedes M.S. contesta que no puede aceptar ningún dinero pero que yo pague la mitad (aunque somos tres) de los gastos de luz, agua, teléfono, gas y todo lo demás. Quedamos de acuerdo y por eso abro la citada cuenta en Cajamadrid (Pico de Cebollera). Mi chavalilla se va totalmente convencida de que su "amiga" ecuatoriana Mercedes M. S. va a cumplir con su palabra. Yo sólo espero acontecimientos y sigo anotando en mi memoria. Para empezar con las cosas "extraordinarias" que van a comenzar a suceder desde que me quedo solo en el pisito o lo que sea, resulta que, al día siguiente de volver mi chavalilla (mi esposa La Princesa) a Ecuador, se me empieza a molestar el primo ecuatoriano de la ecuatoriana Mercedes M. S. (del cual escucho, oigo y anoto en mi memoria, ciertos rumores a los cuales no quiero citar y no quiero dar crédito porque son "demasié" como dicen los franceses y están relacionados con asuntos de amoríos secretos y otras cosas que a mí ni me importan ni me interesan pero que circulan de boca en boca por la barriada y yo mantengo la boca cerrada). Este tal primo ecuatoriano de la ecuatoriana Mercedes M. S. me dijo que no le importa, para nada, dormir él en el sofá mientras yo dormía en una colchoneta tendido en el suelo de la habitación; pero mira por donde Mercedes M.S. se queja y me pone en conocimiento, a escondidas de este primo, que se está quejando continuamente (lo cual no se atreve a decírmelo en la cara) a mis espaldas -como siempre hacen esta clase de tipejos sean cuales sean sus nacionalidades- de que él prefiere dormir en la cama de la habitación y que yo pase al sofá del vestíbulo. Por eso yo, sin enojarme para nada porque está también faltando a sus promesas, acepto dormir en el sofá. Empieza el asunto a ponerse más interesante todavía. Poco después comienzan a decir, el primo ecuatoriano -que es un verdadero primo por cierto y ya veréis al final de este texto por qué digo que es un verdadero primo- junto con la "agradecidísima" ecuatoriana Mercedes M.S. que sudo mucho y me huelen los pies (será porque trabajo demasiado pateando las calles de un lugar para otro en busca de investigaciones de comunicador social y preparando mi oposición para ser maestro de Colegio Público y no como este primo que trabaja con total comodidad -coche bien completo por cierto- en un supermercado de la zona). Así que la "agradecidísima" ecuatoriana Mercedes M.S. me obliga, después de echarme broncas que no se atreve a echarme el susodicho primo (que ya veréis al final que sí que es un verdadero primo), a dormir otra vez en la colchoneta en la cocina, estrujado entre la pared y el frigorífico. Como acepto esta condición... ¡asombraos de nuevo!... empieza a decirme la "agradecísima amiga" ecuatoriana Mercedes M.S. (quizás por órdenes del primo ecuatoriano que a mí no me dice nada a la cara sino que está muy contento de que yo esté allí y que no me preocupe por nada) a decir que hay muchos gastos de luz, muchos gastos de agua, muchos gastos de teléfono, muchos gastos de gas, etcétera; y que debo pagar una cuenta elevadísima por todo ello; aunque resulta que yo apenas estoy en la casa luego gasto poquísimo de luz, apenas uso el agua porque me ducho sólo unos minutos mientras ellos (y los visitantes de los que luego hablaré) se pasan horas enteras duchándose y gastando agua a porrillo (algunas veces también huele a porrillos por cierto en aquel pisito o lo que sea), por supuesto que nada tengo que ver con el gasto de gas y, además, nunca llamo por el teléfono porque cuando comunico con mi chavalilla lo hago desde una de las cabinas telefónicas de cualquier Locutorio que encuentro por el barrio. Pero acepto también pagar esa suma de la cual yo no soy responsable. No paran ahí los ataques. Ante mi entera confianza de que aquella presión va a dejar de existir, mirad por donde la "agradecidísima" ecuatoriana Mercedes M. S. quizás también por órdenes de su "querido primito" ecuatoriano, me hace saber que tengo que salir del pisito (o lo que sea) a las 6 de la madrugada y que no vuelva por allí hasta las 10 ó las 11 de la noche, pero tampoco un minuto más tarde de las 10 ó las 11 de la noche. Debido a que no le doy más oportunudades de que me sigan abroncando, acepto también esas dictatoriales decisiones; ahora bien, la "agradecidísima" ecuatoriana ha tenido el enorme detalle de buscarme un Comedor de Asistencia para Hambrientos que dirigen unas monjas muy cerca de allí y así no comparto la comida con ellos, que es cosa de cristianos por cierto, y vuelvo a aceptar. Y no paran ahí todos los ataques pero tengo que decir que me toca, todos los días, ir errabundo por las calles, estudiando la Oposición para Maestro de Colegio Público (que por cierto no voy a aprobar por mucho que estudie y me esfuerce ya que las plazas están ya apalabradas para los enchufados y las enchufadas) en parques públicos a la intemperie (sol, frío, agua o lo que tenga que soportar mi cuerpo), andenes de metros, andenes de estaciones de autobuses, bancos callejeros, cafeterías y otros diversos y variopintos lugares donde los errabundos tenemos que sobrevivir. Ahora vienen cosas más interesantes todavía. Resulta que de vez en cuando (numerosas veces por cierto) por aquel pisito o lo que sea, acude y aparece un moraco marroquí que se las da de muy guaperas (cuando resulta que bien visto es más feo que Jamenei del cual debe ser un adicto seguidor), muy gracioso, muy saleroso y... ¡cómo no!... demasiado hablador y jactancioso de los atentados sufridos el 11-M en Madrid. Se cachondea bastante este moraco y tanto y tanto habla que yo me limito a escucharle y tomar nota mental de todo lo que "larga" sin que el muy "pardillo" se de cuenta de que lo estoy memorizando todo y le voy sacando informaciones que parecen intrascencendentes preguntándole cosas como ¿dónde trabajas?, ¿de qué trabajas?, ¿qué estudios tienes?, ¿a qué dedicas el tiempo libre? y el moraco va y se me chulea bastante e insulta a Jesucristo llamándole Jesusito. Le miro a la cara para que vea que no le tengo miedo alguno ni a él ni a Mahoma aunque yo respeto el nombre de Mahoma sin hacer lo que hace él con Jesucristo. Y entonces -debido a que a veces yo visitaba a mi hermana- le pongo al corriente de que Emilito, Bonifacito y Maximito, han puesto una denuncia judicial a mi hermana y a mí; sólo por ver como reacciona este moraco. Este moraco se lo toma a cachondeo y no hace más que burlarse de dicho juicio creyendo que voy a tener miedo, pánico o terror. Pero como nada de eso me ocurre y tampoco le tengo miedo a los tres citados "itos" ni al albacea ni por supuesto menos todavía a él, ocurre que visito el día anterior a dicho juicio a mi hermana, y los dos nos llevamos la sorpresa que el trío formado por Emilito, Bonifacito y Maximito acaban de retirar la denuncia judicial sobre una tal herencia familiar (consigo hacer declarar a mi hermana que yo no he hecho absolutamente nada en aquellos trapicheos y que nada tengo que ver con lo que está sucediendo en aquel tema de la herencia y por eso estoy tranquilo). ¿Quién hizo saber a Emilito, Bonifacito y Maximito que yo iba a acudir al juicio para hablar todo lo que sé del asunto?. No hay dudas de que el citado moraco les ha avisado a los tres y de paso también se ha enterado el albacea Benitito. ¿Había, además, una conexión Madrid-Quito y, dicho de manera más exacta, entre Emilito JO ("Ojete") y Antonio PJ ("Pijillo") como yo estoy avisando ya desde hace tiempo?. Todavía hay más. ¿El moraco tiene o no tiene relaciones sentimentales y/o sexuales con la "amiga" ecuatoriana Mercedes M.S. y con otras chavalas que encuentra, descuidadas, por Vallecas junto con sus compinches moracos por supuesto? Porque es que en esta época por Vallecas ocurre que por cada español que pasea por las calles hay más de 10 extranjeros que pasean por las calles (y es verdad que existen mafias de rumanos, mafias de marroquíes, mafias de ecuatorinos, etcétera porque uno de sus "camellos" me ofrece droga que yo no acepto porque jamás las he aceptado en mi todavía joven existencia). También, de vez en cuando, aparece por aquel pisito o lo que sea, un jovenzuelo y una jovenzuela que se sientan, muy acaramelados, en el sofá mientras cuentan chistes que yo no encuentro graciosos pero que hago como que me hacen mucha gracia. Deben ser de los que se jactan de ser ácratas, lo cual a mí me produce risa pero risa total. O sea, que allí están prefiriendo que entren y salgan todas las veces que les de la real gana este sospechoso moraco (que sé que sabe mucho sobre los atentados del 11-M) y sus amigos también moracos (que sé que saben mucho sobre los atentados del 11-M) antes de que yo, cristiano verdadero, resida allí por el tiempo que sea necesario. Y a todo esto que mira por dónde aparece una jovencita, que me parece que también es ecuatoriana, reclamando que el primo ecuatoriano de la "agradecidísima" ecuatoriana Mercedes M.S. es el padre de una criatura que tiene dentro de sí -ya sabéis lo que esto significa- pero como la citada jovencita es menor de edad el jaleo que se arma es enorme y Mercedes M.S. defiende a capa y espada (me parece a mí que es excesiva la capa y espada que emplea) para decir que su primo (y es por eso por lo que os cité antes que de verdad era un "primo" pero bien "primo" del todo) y de pronto me desvía la atención del asunto hablando no sé qué de una "hermana loba" sin darse ni cuenta de que yo ya hace bastantes años que sé de lo que va "El Hermano Lobo" que había leído algunas veces y que eso de la "hermana loba" es una pequeñez comparado con "El Hermano Lobo". Como último recurso para que yo salga de allí se inventan la excusa de que fumo (lo cual no es cierto) y que tiro colillas por las escaleras lo cual tampoco es cierto porque alguien las tira por mi para que me echen a mí las culpas. Por cierto... ¿cuántos moracos entraban y salían cuando les daba la real gana en aquel pisito o lo que sea?. Debido a que todo aquello ya es insorpotable, por consejos que recibo de mi guapísima chavalilla (con la que estoy en permanente contacto sin que nadie de todos aquellos y aquellas se enteren) compro una cama portátil a ver si de esa manera, aunque sea poniéndola dentro del cuarto de baño, me dejan seguir residiendo allí. Pero que si quieres arroz Catalina. Y entonces recuerdo que a las horas de la siesta, el moraco acude todos los días al pisito o lo que sea, y se encierra en la habitación con la "agradecidísima" ecuatoriana Mercedes M.S. y como no quieren que sepan lo que sucede por eso me mandan estar todo el día andando por la calle. Así de que en vista de que me he enterado de todo, Mercedes M.S. me da el ultimatum de que en menos de tres días tengo que abandonar aquel pisito o lo que sea que hasta viene la dueña del piso a quejarse de mí cuando yo no estoy para nada dentro del pisito o lo que sea, sino toda esta jarca de personajillos moracos y no moracos. Me voy por fin de aquel lugar -una vez ya recogida toda la información necesaria- y les regalo la cama portátil para que inviten a alguien más para que puedar dormir allí en mi lugar (porque al agujero negro donde me voy para seguir con mis investigaciones de comunicador social no me van a dejarla usar)... pero, eso sí, antes de irme aparece una monja enormemente gorda por cierto (será de los muchos jamones que come) y me hecha un sermón sobre el fumar y sobre el matrimonio que ya me sé de memoria y sin darse cuenta la muy ignorante de que yo no fumo y que estoy casado como Dios manda y como mandan las autoridades públicas. O sea, que todos y todas han caído en la trampa. El gilitonto, analfabeto e ignorante moraco que tanto se reía de Jesucristo andará escondido por algún lugar de España pero la "agradecidísima" ecuatoriana Mercedes M.S. que ya está casada como Dios manda (quizás porque aprendió la lección de no jugar con alguien más experto que ella en estas cosas de la vida) vive por Málaga, por Cádiz o por algún lugar de Andalucía y debe saber cómo se llama este moraco, a qué se dedica en realidad este moraco, qué hacen este moraco y sus compinches en España y dónde se le puede localizar a este moraco. Nada más. Asunto cerrado en cuanto a mi Diario se refiere. Sólo falta añadir la siguiente Nota Adjunta: en aquel pisito o lo que sea había varios libros sobre bujerías, magia negra, cosas del ocultismo, ovnis, misterios sin resolver y algunos casettes de música moruna "muy selecta" por cierto; con mensajes de esos que todos sabéis que existen en algunas clases de grabaciones musicales.
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