Tiempos duros del tardo franquismo. Algunos tardan bastantes horas en llegar al Banco pero les perdonan y a otros no nos perdonan que lleguemos ni tan siquiera un segundo. Casi matan a Sancho. No me estoy refiriendo a Sancho Panza, del cual todos sabemos que estuvieron varias veces a punto de matarlo por ser el escudero de Don Quijote; sino a un arbitrucho que, a veces, se lo lleva Martínez Banegas (compañero del Banco Hispano Americano de la Oficina Principal de Madrid) que es todo un árbitro de Primera División que hasta le han hecho internacional y todo eso, como linier. Me estoy refiriendo, cómo no porque es inolvidable este personaje, a Sancho Ochaíta; un arbitrucho de Regionales de Castilla la Nueva o, como mucho, de algún partido de Tercera División (cuando la Tercera División era la Tercera División y no la Cuarta División) entre, por ejemplo, el Socuéllamos contra el Villarrobledo que siempre se vende al mejor postor y por eso siempre nos arbitra en contra y no podemos ni tan siquiera empatar cuando nos toca como árbitro que es casi siempre y por eso no podemos clasificarnos bien en la Clasificación General.
El caso es que un día aparece por la Oficina Principal de Madrid, del Banco Hispano Americano, este tal Sancho Ochaíta con media cabeza vendada y la otra bastante hinchada por cierto. Lo que me cuentan es que el domingo (época de Luis Miguel Dominguín retirado ya de los toros) ha estado arbitrando un partido de Regional de Castilla la Nueva o quizás un partido de Tercera División entre, por ejemplo, el Socuéllamos contra el Villarrobledo, y como siempre está favoreciendo a los equipos más fuertes contra los equipos más débiles o a quien le paga mejor... pues resulta que ha debido anular un gol legítimo al equipo de los más débiles económicamente hablando (porque le gusta la pasta gansa y ganar toda la pasta que pueda con eso de ser árbitro de fútbol) y ha enfadado a algunos fanáticos seguidores del equipo más débil hasta tal punto que alguno de ellos, como es época de campos de arena, pedruscos y malas hierbas y no como ahora que todos los campos de Tercera División y Regional Preferente deben de ser de hierba bien cortada y bien cuidada, le ha arreado una pedrada en la cabeza.
Eso es lo que me contaron en la Oficina Principal de Madrid, en el Banco Hispano Americano, en la época en que Magro me ha castigado a Cartonera sin haber hecho yo más motivo que muchos otros de los que tiene bien enchufados. El caso es que oigo decir a Martínez Banegas: "He visto ya tantas cosas en la vida que creo que ya no me falta nada por ver". Pues se equivoca Martínez Banegas porque en el futuro, pensaba yo, vamos a ver cosas todavía peores de las que usted se imagina.
En definitiva que, en aquellos años en que los árbitros tenían por obligación que vestir de negro entero (camiseta, pantalón corto, medias y botas) casi matan de una pedrada a este tal Sancho Ochaíta. Me lo cuentan tal como lo estoy recordando y es que debe ser verdad.