Aspirantes a "la gran carrera" (Diario)
Publicado en Mar 12, 2012
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Año de 1968, el famoso del Mayo francés, y próximos subsiguientes. Estaban, por el Banco Hispano Americano, Loli y también Luis Miguel y también Mati. Y el loco de Veguillas estaba pensando en Marisa. A mí me entraba, de vez en cuando, la risa. Había que llegar a ser jefes de octava categoría y entonces apareció Esteban. Con ninguno de ellos cruzo más palabras que las del saludo necesario y nada que tenga importancia. Esteban es gordo, feo y con pupas en su enrojecida cara de beber tanto para olvidar a Loli; porque resulta que Luis Miguel se contonea con sus bucles dorados al viento e intentando olvidar a Mati; porque Veguillas está más nervioso que don Mario Conde intentando olvidar a Marisa y, mira por dónde, sale otro aspirante a "la gran carrera". Este se apellida Villaoslada y se cree más guapo que José Antonio Primo de Rivera (del cual debe ser acérrimo seguidor) y... ¡miren por dónde!... un tal Caja se apunta a esta "carrera de caballos y parada de burros" diciendo majaderías como "pobre ligón de barrio". Así que interviene mi amigo Luis y le suelta aquello de "de pobre nada, de ligar siempre con las mejores y de barrio un montón". Le doy las gracias a Luis pero no era necesario.
Así que, en un aparte, le digo: "No te esfuerces, Curro, porque a los enanos mentales es mejor no hacerles ni caso". Total, que apostamos, Luis y yo, a marcharnos de aquel nido de pardillos que a lo mejor aspiran a llegar hasta El Pardo sin tener facultades físicas apropiadas para el maratón. En efecto, Luis y yo nos vamos de Compensación pero yo no he huído de nada porque nada hice más que tener amistad noble y sincera con Pili y nadie sabe que yo, en silencio, estoy observando a otra.
Los aspirantes a "la gran carrera" quizás estuvieron mucho tiempo, o quizás sigan estando todavía, trabajando a destajo en las horas que a los altos directivos del Banco Santander les dé la real gana imponerles. O a lo mejor solamente todos ellos, o algunos de ellos, están recordando aquellos tiempos del cuplé de lo tarras que son; por ejemplo el famoso cuplé de "La pulga".
Aquellos cuplés cantados en aquellos locales de variedades eran muy atrevidos para la moral de la época, calificados como sicalípticos es decir la «pornografía» del momento, siempre teniendo en cuenta la moral y las costumbres de entonces. También empezó a llamarse género ínfimo a este tipo de espectáculos. En uno de estos locales fue donde se dio a conocer el cuplé de Retana y Yust titulado Un paseo en auto, interpretado por la Chelito,  una de cuyas estrofas era coreada y memorizada por el público madrileño: Tanto sufría yo al mirar que el ahogo no lograba que aquello marchara, que por fin me arriesgué y al muchacho ayudé para que su motor funcionara. Quizás me esté refiriendo a ayudar a mi amigo Antonio de Compensación Interior y es que en el interior de mi persona repartía sentimientos amistosos a todos ellos y a pesar de todos ellos.
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Foto del autor José Orero De Julián
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Descripción

Página de Diario personal.

Palabras Clave: Diario Memoria Recuerdos.

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Personales



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