Que vienen los Guerrilleros de Cristo Rey, compaeros! (Diario)
Publicado en Mar 13, 2012
Época de Universidad. Época de acudir, tarde tras tarde, porque soy de los que para estudiar en la Universidad Complutense de Madrid (Facultad de Ciencias de la Informacíón) no soy como los de esas jarcas de niños y niñas pudientes que estudian por las placenteras mañanas. Yo no. Yo ni soy de los niños y niñas pudientes ni me paso las mañanas laborales en placenteras jornadas universitarias sino que estoy, por las mañanas, sábados incluídos para más INRI, amarrado al duro banco (como dejó escrito el célebre poeta español Luis de Góngora y Argote, perteneciente a las casi dos centurias del conocido como Siglo de Oro de la Literatura Española ya que fueron casi dos siglos y no uno) de aquel Hispano Americano pero no me importaba en absoluto tener que estar allí realizando trabajos forzosos por culpa de jefezuchos de nonágesima categoría, tener que salir zumbando para comer en casa, porque casero era un montón ya que nunca jamás manchó la traición mi noble sangre (como dejó escrito también el poeta español Ángel Saavedra, más conocido como El Duque de Rivas), tragar lo que me ponían me gustase o no me gustase (porque no era ningún niño pijo de los que comen lo que más se les antoja sino que comían lentejas, garbanos, judías, a veces cocido, a veces paella o lo que fuera sin poder elegir nunca lo que se me antojase pues antojos no tuve jamás y no como el Emilín que de antojos estaba bastante sobrado), salir otra vez zumbando (pero ahora con la bolsa de deportes bien repleta de libros que para eso están y no para tenerlos de adorno en el mueble bar mientras se emborrachan a toda pastilla) y a toda pastilla o bien ir en el coche de San Fernando (algunas veces a pie y otras veces andando) o si había un poco de suertecilla hasta podía ir en metro (que de conocerme el metro de Madrid era todo un experto y no como los soplagaitas de la Zona Azul y me entra la risa cuando recuerdo lo de la Zona Azul) o en taxi (que era la rehostia cuando conseguía tener dinero para un taxi).
Después, claro está, a estudiar como bien manda Dios hasta que llegaban los primeros minutos del atardecer, comenzaba el anochecer y entonces me daba por divertirme lo más posible aunque sabía que lo otro era imposible (y lo otro es lo vicioso de todos estos pijastros hijos de pijastros y hasta nietos de pijastros y no digo nombres pero haberlos haylos como se dice en Galicia. Hago aquí un paréntesis en mis recuerdos para introducir lo siguiente que pillo por Internet a lo cual debo responder: ".... pero haberlas, haylas. La frase original es en gallego, así que esta es la traducción. Aquí en Galicia la usamos continuamente; es ya una coletilla tan conocida que la mayoría de las veces ni siquiera necesitamos decir la frase entera. Decimos simplemente cualquier parte de ella, y todo el mundo sabe qué queremos decir. Así se puede escuchar a alguien decir "ya, y yo no creo...", "pero brujas...", o "haberlas, haylas", cualquier variante que se os ocurra. Desde luego no siempre nos referimos a las brujas de verdad. Aunque haberlas, haylas (y mi vecina es una), la usamos para decir de una manera no demasiado directa que le concedemos a alguien el beneficio de la duda, pero que no creemos que lo que dice sea verdad. Por ejemplo, si alguien nos comenta que él siempre, pero siempre, es políticamente correcto en todo momento. Se la he oído decir a algún no gallego, y creí que la frase era ya universal. Pero a causa de un malentendido, ahora no sé si la frase es demasiado local para que un no gallego la entienda. ¿Hay algún otro sitio en donde se use, o es un uso gallego y nada más?". Respondo. En mi querido Madrid ya que soy madrileño (aunque nacido causalmente en Badajoz y por algo será digo yo) también he visto meigas y brujos en la capital de España. Por ejemplo los que se autodenominan Guerrilleros de Cristo que, por cierto, no tienen ni media hostia cada uno de ellos y en grupos de varios a la vez tienen menos hostias todavía. Y ahora que hablo de los Guerrrilleros de Cristo Rey he aquí que vuelvo a mis recuerdos de juventud. Que sucede que estamos estudiando en la Facultad (los que de verdad queremos estudiar en la Facultad porque nos pagamos los estudios de nuestro propio bolsillo y no como ciertos haraganes, holgazanes y otras clases de ganapanes que hay por aquí) cuando se da la voz de alarma: ¡Que vienen los Guerrilleros de Critos Rey, compañeros!. Salgo al descansillo y veo a tres o cuatro de ellos, gilitontos son hasta para atreverse a intentar subir por las escaleras, y no huyo sino que espero a que vengan -por supuesto que vienen con cadenas y bates de béisbol aunque os creáis que es mentira- y osen ponerse a la distancia adecuada para poder darles una patada en esos pechos de niños de pecho que tienen todos ellos. Como no se atreven a enfrentarse conmigo, y no me estoy tirando niguna clase de farol ni de pegote porque sucedió de verdad, ya que estoy dispuesto a hacer una jugada de "patada a seguir" propia del rugby... pues bajan de nuevo las escaleras más rápidos que el cemento armado (y eso que iban armados hasta los dientes) y a mí que me entra la risa recordando algún sainete para mearse de risa, tal así como "La señorita de Trevélez" del escritor español Carlos Arniches (en cuyo homenaje he escrito "El Señorito de Vélez" que me troncho de risa según lo estoy pasando todavía a limpio). Vuelvo a los hechos acontecidos en aquellos tiempos de pleno apogeo de los Guerrilleros de Cristo Rey (tantas veces les he hecho cortes de mangas que sería para escribir un libro entero) y la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid. Pues que, como dice ahora José Mota... "y después no pasó nada". ¡Jajajajaja!. Gracias por leer y si queréis comentar comentad lo que más os guste (admito hasta insultos de toda clase y de cualquier color) y si no os gusta comentar nada pues callad para siempre (como se dice en las bodas cuando las bodas son como Dios manda). Buen día a todos y a todas menos a algunos y a algunas a los cuales no deseo saludar.
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